"El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el bien común". Esta es una de las frases del artículo 1º de nuestra Constitución Política que junto con formar parte de las bases de nuestra institucionalidad, es uno de los fundamentos de todo nuestro sistema normativo, incluyendo el sistema económico que nos rige. Para todos quienes formamos parte de lo que la Constitución denomina comunidad nacional, un Estado democrático como el nuestro debe contribuir a crear las condiciones que permitan la mayor realización espiritual y material posible.
Así entonces, la actividad económica en general debería buscar la satisfacción de las necesidades humanas, en los distintos ámbitos: salud, educación, vivienda, previsión social, entre tantas otras, no con un afán de lucro desmesurado como la que prevalece hasta hoy, sino que poniendo énfasis en lograr el necesario equilibrio en el desarrollo humano.
Los desastres a causa del cambio climático nos muestran la urgencia de hacer esfuerzos a nivel global para restablecer el equilibrio en el planeta, contribuyendo favorablemente a ello iniciativas como el anuncio de un proyecto de ley en Chile que busca eliminar el uso de bolsas plásticas en las 102 comunas que limitan con el mar, la protegiendo los océanos.
El modelo extractivista de sobrexplotación de los recursos naturales, que tanto daño está produciendo a nivel global y local, necesariamente debe dar paso a un nuevo modelo de desarrollo que sea sostenible no sólo en el ámbito económico, sino también en materia ambiental y social, pensando en las futuras generaciones que vendrán.
La nueva revolución que nuestra sociedad necesita es el cambio social que de una vez por todas emprenda la aventura de construir una sociedad de cooperación, no de competencia; de contribución al bien común y no de desmedido afán de lucro. Necesitamos una sociedad abierta a comprender su realidad y con voluntad de cambio, que sea capaz de volver tras sus pasos, enmendando el rumbo, de manera de poder construir un futuro para todos, no individualista, basado en la confianza, la colaboración y la búsqueda del bien común.
Jaime Sotomayor abogado, magíster en Gestión Pública