Según los datos de la OMS, en su informe "Depresión y otros trastornos comunes" (2017), en Chile existe una prevalencia de 5% para los trastornos depresivos y de 6,5% para los trastornos de ansiedad.
Dentro de los factores protectores en salud mental, según el Ministerio de Salud en el Plan Nacional de Salud Mental (2017), se encuentran: el comportamiento materno seguro durante el embarazo, interacción positiva entre padres e hijos, sentimientos de seguridad, dominio y control del crecimiento socioemocional, interacciones positivas, adaptabilidad, habilidades para resolución de problemas y para la vida.
En relación a esto, la regulación emocional en los primeros años de vida y la forma en que los cuidadores pueden aportar a este, se vuelve un factor altamente relevante para favorecer la salud mental en niños y jóvenes y proveer las herramientas necesarias para enfrentar la vida.
La regulación emocional impacta altamente en el comportamiento, en relación a cómo las personas evalúan y responden mediante reacciones ante las demandas del entorno (Gómez & Calleja, 2016), así tanto sus relaciones entre parejas, en el trabajo, estudios, actividades de recreación, y su participación social, se verán influenciadas por el desarrollo emocional, y este a su vez se verá influenciado por las experiencias previas.
Estas experiencias son modeladas en gran medida por los padres, sin embargo la herencia del modelo conductual, sumado a los tiempos disponibles debido a los actuales estándares laborales, y el desconocimiento en las consecuencias del uso de la tecnología como fuente de regulación emocional (celular, tablet, y computador, utilizados para calmar a los niños), puede impactar negativamente en la regulación emocional, perjudicando alcanzar una autorregulación que permita ser capaz de enfrentar las demandas del entorno.
Recomiendo el juego libre como forma de enseñanza-aprendizaje adecuada, significativa y de interés para los niños. De igual forma es relevante al trabajar en educación emocional, fortalecer las herramientas del adulto, permitiéndole modelar de forma adecuada los comportamientos en los niños. Respetar sus tiempos y aceptar sus emociones. Y debido a su alta importancia en el bienestar emocional y la salud mental, debieran instaurarse estrategias de promoción y prevención en salud enfocadas en los niños y sus cuidadores.
María Francisca Rauch, directora Escuela Terapia Ocupacional
Universidad Santo Tomás Osorno