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"Es un deber elevar el nivel de nuestro trabajo, leer más para escribir mejor"

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Alexander Hopkinson

Falta espacio para contar todas las vivencias de Luis Schwaner, periodista osornino radicado hace varios años en la capital, donde estudió y se desarrolló profesionalmente como periodista radial. Allí pasó por varios medios y emisoras hasta recalar en la Radio Universidad de Chile, que ha sido su casa desde el nuevo milenio a la fecha.

Simpático, algo vanidoso, tanto así que no quiso dar a conocer su año de nacimiento y costó mucho que enviara una foto actual, el ganador del Premio Apes 1993 se refiere a sus inicios en la Radio Sago de Osorno, su percepción sobre los periodistas en política y la calidad del periodismo regional, además de su rol como actual presidente del Colegio de Periodistas de Chile, donde luego de las elecciones del gremio volverá a ocupar la vicepresidencia.

-¿Cómo parte su relación con el periodismo?

-Debo decir, de partida, que fue "LA RADIO", así con mayúsculas, la que marcó mi vida y me llevó al periodismo. Al punto que hoy, casi 60 años después, sigo cumpliendo diariamente labores frente al computador y al micrófono por igual.

Tío Pinocho

-¿De dónde nace ese apego con la radio?

-Todo comenzó cuando a los 5 años mi madre y una tía-madrina me llevaron al programa "30 minutos con el Tío Pinocho", que los días sábados se realizaba en el auditórium de la Radio Sago, en el tercer piso del edificio del Teatro Osorno, donde hoy queda la galería Cuatro Vientos. Eran los tiempos en que Osorno entero escuchaba el informativo de la única emisora. Allí realicé una pequeña actuación, canté en alemán y me fasciné con aquel ambiente: el escenario con cortinas rojas, el piano donde me acompañaba la señora Yolanda Atero; esa luz roja en el techo, aquel micrófono y un gran hexagonal RCA de cinta, una de las maravillas de ese tiempo.

-¿Cómo fue su infancia en Osorno?

-Durante las largas tardes de lluvia de mi niñez yo jugaba "a hacer radio" con un pick-up (tocadiscos de tres velocidades) y los discos de mis padres. En mi hogar esas eran noches de radio, porque religiosamente escuchábamos el Informativo Nocturno entre las 21 y 21.15 horas, que redactaba y transmitía Gustavo Wittber. Y antes de dormir sintonizábamos las grandes emisoras de Santiago para oír radioteatros como "Adiós al Séptimo de Línea". Por eso, sin aguantar más mis ganas de ser locutor, cuando tenía 11 años me presenté justamente al programa del Tío Pinocho para intentar convertirme en uno de sus protagonistas.

-¿Y cómo le fue?

-El querido Tío Pinocho, que en realidad se llamaba José Larrea, era un músico argentino que se radicó en Osorno. Él, creador y conductor del espacio junto al libretista de Radio Sago, Sergio Otero -lamentablemente falleció hace poco- me realizaron una prueba de lectura. Afortunadamente mis padres me habían provisto de muchos libros infantiles desde que aprendí a leer, por lo que al comprobar que yo interpretaba los textos que leía, fui aceptado de inmediato. De hecho, Sergio se encargó de transcribir a libreto radial teatralizado diversos pasajes de la obra Papelucho, el afamado personaje de Marcela Paz. Y fui Papelucho por dos años, interactué con otros dos personajes, niños del programa, llamados Porota y Puntete.

-¿Y después?

-Todo bien hasta que sobrevino el cambio de mi voz... los "gallos" (al aire) empezaron a denunciarlo. Entonces, Pablo Burgos, el histórico director de Radio Sago, me dijo en modo sentencioso: "Mijito, lamentablemente no puede seguir en un programa infantil, pero vuelva cuando tenga voz de hombre". Le hice caso pues, puntualmente a los 18 años, me clavé como puñal ante su puerta y le cobré la palabra. A don Pablo no le quedó más remedio que darme la luz verde y ahí comenzó verdaderamente mi carrera profesional.

-¿Cómo fue esa etapa?

-Fueron tres años increíbles al frente de mi programa "Show Juvenil", que cada tarde iba al aire de 18 a 19 horas y que los sábados se emitía desde aquel mítico auditórium. Fui afortunado al contar con el apoyo de los jóvenes osorninos en pleno auge de la Nueva Ola chilena.

A la universidad

-¿Y cuándo da el salto a Santiago?

-Entonces éramos menores de edad hasta los 21 años, por lo que aunque trabajaba, seguía ligado a lo que mis padres decidieran. Fue en ese momento que mi papá me puso los puntos sobre las íes y me dijo: "sigues en la radio en la medida que estudies una carrera". Así que Prueba de Aptitud Académica (P.A.A.) mediante, postulé a las cuatro escuelas de periodismo que entonces había en el país y quedé en las cuatro, así de bueno era el entrenamiento periodístico-radial y los conocimientos adquiridos también en esa tremenda escuela que fue para mí la Radio Sago, junto a periodistas como Hugo Cheix, Marcelina Oyarzún y Sergio Marín (...). Así llegué casi directamente a la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de Chile, a la Radio Cooperativa y a Canal 13, todo en apenas pocas semanas.

-¿En qué contexto llega el Apes?

-Bueno, a partir de ahí tuve muchas otras experiencias en Chile, América Latina y Europa que fueron enriqueciendo mi acerbo profesional y personal, hasta que anclé en las radios Chilena y Aurora "la de la música booonita", como aún recuerdan, donde viví dos décadas inolvidables. Ello me permitió diversos reconocimientos, entre ellos el premio Apes en 1993, como mejor Conductor de Programas Radiales.

"somos ciudadanos"

-¿Qué le parece que los periodistas postulen a cargos de poder?

-Creo que eso es bueno para nuestra profesión por dos razones: primero, porque demuestra que los periodistas también somos ciudadanos y como tales ejercemos nuestro derecho a participar de la vida política del país; y lo segundo, es que si llegan al Parlamento o al Gobierno, pueden ser vehículo de apoyo y respaldo a los postulados del Colegio de Periodistas en diversos temas, como lo ha sido el senador Alejandro Guillier en el ejercicio de su cargo parlamentario. En su caso, además, es casi una obligación, porque él también fue presidente de nuestra Orden.

-¿Qué significa para usted ser presidente del Colegio de Periodistas y, desde esa posición, cómo ve los principales desafíos del gremio?

-Me han honrado mis colegas, mis pares y eso conlleva una alta responsabilidad, no sólo para con aquellos que votaron por mi como Consejero Nacional, sino con todos los miembros del Colegio de Periodistas. Seré presidente de nuestro colegio por el período que marcan los estatutos y el reglamento (...). De hecho, convocamos a tales comicios, los que se efectuarán en noviembre próximo. Creo que tenemos múltiples tareas por delante, pero hay una que centra nuestra mirada: la alta concentración en la propiedad de los medios de comunicación. Creemos que hay que pluralizar las voces y debemos extender el derecho a la información para democratizar la comunicación en Chile.

-¿Cuál es su opinión del periodismo regional?

-Creo que es un deber elevar el nivel de calidad de nuestro trabajo, leer más para escribir mejor. Lamentablemente, a veces leo informaciones escritas o transmitidas por colegas cuyas expresiones están llenas de lugares comunes, de "ripios" y de superficialidades. Necesitamos ser más rigurosos, pero muy fundamentalmente que los editores lo sean. Que se vuelva al sistema del corrector de estilo, tal vez muchos de los jóvenes periodistas ni sepan de qué se trata y qué función cumplían. Las redes sociales no lo son todo, no podemos vivir con el celular en la mano "wasapeando" y "googleando" todo, eso no ayuda sino que empobrece la calidad y contenido de nuestra hermosa, noble y difícil profesión.

"Las redes sociales no lo son todo, no podemos vivir con el celular en la mano 'wasapeando' y 'googleando' todo, eso no ayuda sino que empobrece la calidad y contenido de nuestra hermosa, noble y difícil profesión".

Luis Schwaner, Periodista osornino"

gana el premio Apes como el mejor Conductor 1993

de Programas Radiales. 5 años