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Lluvias permiten recuperación de los lagos Puyehue y Rupanco

MEJORÍA. Tras una intensa sequía que hizo retroceder hasta 200 metros la superficie de las cuencas hídricas de la zona en 2016, los lagos Puyehue y Rupanco muestran hoy una notable restitución de su caudal gracias a las lluvias de este año, que han permitido su recarga. Sin embargo, todavía falta para que retomen sus niveles históricos.
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Alexander Hopkinson

Helga Schlageter es dueña del camping y cabañas Los Copihues, ubicado justo a los pies del lago Puyehue, por la Ruta 215. Ha vivido más de 47 años en este lugar y dice que hace varios años el lago no sube como lo hacía antes.

Aunque hoy es evidente la recuperación de la cuenca hídrica en términos de profundidad y superficie, en comparación con el año anterior, todavía los lagos Puyehue y Rupanco no retoman sus niveles normales de agua.

"No ha subido tanto el lago, no entiendo por qué se nos está desapareciendo el agua, pero creo que puede ser por la hidroeléctrica (Pilmaiquén) que quizás tiene sus barreras abiertas (para captar más agua), sino estaría más alto", cree la empresaria turística de Puyehue.

Para Gonzalo Mardones, geógrafo y académico de la Universidad de Los Lagos (ULagos), el repunte actual de las cotas se debe principalmente a las lluvias registradas este año, que han sido a la fecha bastante más frecuentes que en años anteriores.

"Hay fenómenos meteorológicos recientes. Este invierno ha sido normal, en términos de lluvias, sin ser excepcional respecto de lo que ocurría hace 30 o 50 años atrás, pero un invierno de condiciones normales hace que en general todas las cuencas recuperen sus niveles de agua habituales", explica Mardones.

Sobre el factor hidroeléctrica, el académico del Departamento de Ciencias Sociales de la casa de estudios superiores de la zona señala que ésta no tiene mayor impacto en la fluctuación de agua de los lagos.

"La central Pilmaiquén está ubica abajo de la desembocadura del lago, entonces técnicamente no debiese afectar el nivel del lago, porque está mucho más abajo. Lo que sí afecta el nivel de los lagos en general es el déficit acumulado de aguas lluvias que viene arrastrándose desde hace muchos años", añade Mardones.

Según el experto, el problema radica en que hubo a lo menos siete u ocho años de sequía prolongada, lo que hace que la cantidad de agua que se va acumulando en las cuencas lacustres vaya teniendo un periodo más lento de recuperación.

Ello, porque parte del agua también va recargando las napas subterráneas, las cuales una vez llenas en su totalidad, recién dejan de absorber el recurso vital y permiten que el agua "en vez de escurrir subterráneamente, lo haga superficialmente, lo que explica en parte la tardanza de su recarga", complementa Mardones.

REGISTROs ANTERIORes

Hace un año, los medios locales hicieron eco de la preocupación de la población que advirtió el bajo nivel de agua, primero en el lago Llanquihue y posteriormente en Rupanco, Puyehue y Chapo.

Tal como decía el experto de la ULagos, en aquel entonces la falta de lluvias en la Región de Los Lagos habría sido el causante del déficit hídrico que sobrepasó el 60%, generando un sinnúmero de problemas en la zona, especialmente en la agricultura.

En ese entonces, lugareños de la ribera del lago Puyehue aseguraban que en algunos sectores la playa habría pasado de tener una extensión de 20 a 200 metros de superficie, permitiendo incluso el paso de vehículos donde antes había agua. Según las autoridades, fue el retroceso más grande de agua en 40 años.

"Todo esto está muy feo. Mi vecino está haciendo un muelle, pero si seguimos así no tendrá agua. Hace 3 años que estamos viviendo lo mismo y cada vez es peor", dijo un vecino el año pasado a El Austral.

Una situación similar ocurría en el lago Rupanco, donde también los residentes confirmaron que había un retroceso evidente de sus aguas, dejando a la vista mayores porciones de tierra.

"Este es el año (2016) donde más he visto que ha bajado el agua del lago. Ha caído muy poca lluvia. Por suerte nuestros pastos siguen verdes, pero es el lago el que ha sufrido", expresó en aquel entonces un agricultor local.

Situaciones que se comprueban con los bajos registros de agua caída en años anteriores y los 850 milímetros que han precipitado en lo que va corrido del presente año, de acuerdo a los datos proporcionados por la Dirección General de Aguas de la Región.

Cifra bastante generosa en comparación con los registros anteriores que tiene la Dirección Meteorológica de Chile en la zona. En 2012, por ejemplo, cayeron 569,7 mm. En 2013 fueron 496,2 mm. Luego, en 2014 cayeron 661 mm.; en 2015 408 mm. y el año pasado sólo cayeron 258 mm., lo que sumado a las altas temperaturas del verano desencadenó la crisis hídrica.

Asimismo, de acuerdo a las últimas mediciones de la Dirección General de Aguas (DGA) en estos lagos, en agosto de 2015 el Puyehue alcanzó un promedio mensual de 3,9 metros de altura. En el mismo mes de 2016 el promedio bajó a 2,8 metros y en agosto de este año tuvo una recuperación de 0,4 metros, llegando a 3,2 metros de altura. Una situación similar ocurre en el lago Rupanco, ya que en agosto de 2015 alcanzó 2,9 metros, un año más tarde bajó a 2,1 metros y hoy se encuentra en 2,7 metros de alto.

Calentamiento global

Para el académico de la ULagos el gran problema de la sequía no se debe tanto a los inviernos lluviosos o secos, sino a veranos muy calurosos, que hacen que "las reservas glaciares, no de nieve, se derritan bastante rápido en primavera".

En efecto, "las reservas glaciares están mucho más reducidas por las temperaturas que se registran en la temporada estival en esta parte del país", explica Mardones, para quien es fundamental atender esta situación, ya que "este es el último recurso de agua dulce disponible que nos va quedando y que se pierde cada a año a causa del calentamiento global".

Prueba de ello fueron las imágenes que tomó el experimentado montañista Christian Franz, quien ha visitado 15 veces la cumbre del volcán Osorno y ha comprobado en terreno su deshielo.

En marzo de 2016, el deportista dijo que la única cara que se mantiene congelada es la sur, ya que las otras tres -este, oeste y norte- cada año cuentan con menos hielo.

"La capa de nieve a mediados de enero desapareció; pero aquí es el hielo eterno el que se está derritiendo", indicó.

El director de la Dirección General de Aguas (DGA) de Los Lagos, Javier Vidal, señala que se realiza un monitoreo trimestral de las cuencas hídricas presentes en toda la zona y afirma que la recuperación se debe a la gran cantidad de lluvias de este año.

"La verdad es que todo esto está asociado a fenómenos hidrológicos que tienen relación con la recarga que se genera mediante la precipitación tanto pluvial como nivel", expresó, agregando que "en años donde tenemos una mayor cantidad de lluvias, como ha sido 2017, vemos una relación directa con el aumento del agua, lo que repercute en mejorar las condiciones de cota en los lagos, que es lo que se está visualizando este año".

Si bien la DGA está enfocada en otorgar derechos de aprovechamiento de agua a quienes los soliciten, también realiza una medición trimestral de la cota de los lagos de la zona.

"Esta recarga es algo necesario para mantener la cantidad de agua disponible en las cuencas hidrográficas y en ese sentido es una muy buena noticia que estemos teniendo un 2017 favorable", apunta Vidal.

La cantidad de agua acumulada en los lagos permite tener cierta holgura para enfrentar las condiciones que podrían ser adversas en un futuro cercano.

"Creo que es una buena noticia, pero no se puede perder de vista la necesaria oportunidad de mantener siempre un uso eficiente del recurso hídrico, que sabemos es un bien escaso, por lo tanto, es relevante llamar al uso eficiente del agua para resguardar su cantidad y su calidad, más allá de que 2017 sea un año favorable en términos de recarga", indica el director de la DGA.

Según Gonzalo Mardones, geógrafo de la ULagos, existe además otro factor que afecta la rápida restitución de las aguas de los lagos, que es la deforestación en los ríos que alimentan a las cuencas hídricas lacustres. "Los ríos escurren el agua mucho más rápido, porque al tener poca cobertura de vegetación, es menor el agua que se va infiltrando y al mismo tiempo arrastra mucho sedimento, deteriorando la calidad del agua. Es un ciclo que es bien complejo en el caso de los lagos", dice el experto.