Aunque las variaciones climáticas de los últimos años en el sur del país han desdibujado las crecidas de los ríos, que en décadas anteriores arrojaban un severo saldo de destrucción e incluso la pérdida de vidas humanas a su paso, es imposible dejar de asumir que cualquier temporada de lluvias intensas puede derivar en una inundación como la de aquella época, cuando parecía que las ciudades quedaban atenazadas varios días por el agua de los cauces imparables. Es por esto que el plan regulador de Osorno, que continúa a la espera de la inclusión de las variables manifestadas por la ciudadanía hace algunos meses, ha tenido que hacerse cargo del riesgo de inundabilidad en el populoso sector de Francke, donde el registro histórico de desbordes del río Rahue tiene en ascuas el avance del instrumento de planificación territorial.

En aquella zona, y por razones que necesitan una precisión mayor de parte de autoridades y ex autoridades, se autorizó en la década de los '90 la construcción de centenares de viviendas en terrenos que luego se supo se encontraban en la zona inundable. Desde su traslado a ese nuevo barrio, los numerosos vecinos afectados han tenido que luchar contra la amenaza latente de anegamientos, expresada en esporádicas inundaciones por la filtración del terreno y la humedad, pero por sobre todo, contra la pasividad de un Estado que acudió rápido, a través de sus organismos, a dar el visto bueno en los años '90 para la materialización de las viviendas, pero que ha demostrado una abismante incapacidad para corregir su error, pues nadie consideró que ese era un sector susceptible de quedar bajo el agua en caso que ocurriera una crecida histórica del río Rahue.

Este problema ha vuelto a ponerse en el tapete con la discusión técnica entre el municipio osornino y el Ministerio de Obras Públicas en cuanto a la eventual redefinición de la zona afecta a inundación (imprescindible para el plan regulador). No obstante, además de esta aclaración, ha faltado hasta ahora una delimitación de las responsabilidades que permitieron llegar a este punto: por qué y quiénes autorizaron construir viviendas en un terreno bajo la cota de inundación.

Desde la semana anterior, se han reanudado las clases correspondientes al segundo semestre del presente año en las distintas casas de estudios de educación superior de esta zona y en todo el país. Las vacaciones de invierno culminaron y tanto alumnos como docentes se han reencontrado en las aulas para continuar con el año lectivo, sus clases normales, las actividades académicas y extracurriculares. Los estudiantes comparten con sus pares las experiencias y momentos vividos en vacaciones, y se encuentran en instancias importantes de sus vidas porque asumen con conciencia su deber y responsabilidad de asistir a clases, adquirir conocimientos y el gran desafío de continuar en la senda de sus estudios para convertirse en los profesionales del mañana.

Este segundo período y final del año 2017 que recién comienza nos invita a renovar nuestros mayores y mejores esfuerzos, a dar el máximo de todos -tanto directivos, colaboradores, docentes y alumnos-, y trabajar en equipo de manera colaborativa para cumplir con nuestros objetivos y propósitos personales, familiares e institucionales. Cada paso que damos es importante, cada decisión es relevante y cada día nos invita a ocuparnos y dejar las preocupaciones de lado, a cumplir con nuestros compromisos y ser capaces de aplicar todo lo que aprendemos al interior de la familia, en este paso por la vida y, en el caso de los alumnos, cuando tenemos la oportunidad de estudiar una carrera técnica o profesional.

El rendimiento académico depende de las horas de dedicación, estudio, esfuerzo y de soñar con finalizar este largo camino, lo cual es absolutamente posible. Un buen rendimiento académico es compatible con actividades sociales y recreativas, con amigos, en una fiesta, con la práctica de un deporte o ir al cine con la (el) polola (o). Creer y confiar en sí mismo es la respuesta a las dudas que surgen y las instituciones de educación superior están llamadas a mostrar ese apoyo y ese acompañamiento, es nuestro compromiso ayudarlos a conseguir sus objetivos, y renovar nuestros mayores esfuerzos para responder a la confianza depositada al elegirnos para continuar sus estudios superiores.

El mayor deseo de éxito para todos en esta segunda etapa del año.

Carlos López Monje, director de Comunicaciones y Asuntos Estudiantiles de Universidad Tecnológica de Chile Inacap Osorno