La sociedad sureña bien sabe que la lechería es el principal motor de la economía zonal. Es ésta la que distribuye de manera más significativa recursos que se traspasan y mueven a todos los rubros locales, generando un aporte directo a la economía familiar y regional. Y por lo mismo, cuando los gremios representantes de los productores alzan la voz por mejoras que potencien al rubro, están velando por el bienestar de miles de personas y familias en la zona.
En este contexto, actualmente nos encontramos en una situación crítica, debido a la total apertura de nuestra economía a los mercados globales, y a un bajo control de las mercaderías lácteas importadas con distorsión en sus precios. Esto ha provocado un perjudicial aumento de las importaciones lácteas a nuestro país, que en el caso de los quesos alcanza a un 330%, y en el de la leche en polvo entera, a un 370%; situación agravada por el hecho de que muchas de las partidas ingresadas al país presentan precios sustancialmente más bajos a los valores expresados internacionalmente.
Por lo anterior, como asociación, junto a representantes de la Federación Nacional de Productores de Leche, Acoleche y las diversas asociaciones lecheras, hemos participado en reuniones con la Comisión de Agricultura del Senado y el Ministerio de Agricultura, con el fin de presentar a parlamentarios y autoridades todas las aristas de este perjudicial escenario para el sector.
También nos encontramos desarrollando estudios económicos con expertos en el área, que puedan servir de insumos técnicos para apoyar y validar las acciones frente a la evidente alza de las importaciones.
Hoy, esperamos de buena fe que tanto el Ministerio de Agricultura como los parlamentarios y autoridades regionales puedan aplicar las medidas adecuadas que la ley otorga, para mitigar el impacto de las elevadas importaciones lácteas al país, y de esta forma estimular la alicaída producción nacional, que sin dejar ser altamente competitiva, se encuentra fuertemente afectada. Esto está perjudicando a miles de familias y pequeños productores por los bajos precios de su producción, quienes se ven hoy obligados a retirarse de esta actividad productiva.
Dieter Konow, presidente de Aproleche Osorno