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Se consolidan partos interculturales y pasan de 3 a 22 casos en cinco años

SALUD. En la única sala que posee la ciudad en el Hospital San José se ha visto un aumento significativo debido a la educación, trabajo en equipo y un plan intercultural desarrollado para aquellas mujeres que quieran tener un parto con características propias de su etnia. La unidad gineco-obstetra del recinto ostenta un tiempo de espera de un mes para sus atenciones de urgencia, en comparación de la media nacional que llega a dos años.
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Carolina Silva

En el Hospital Base San José de Osorno entre los años 2008 y 2012, tan solo cuatro personas solicitaron el parto intercultural, con elementos alusivos a la etnia huilliche presente en la zona.

Sin embargo y a medida que pasaron los años y el hospital implementó una sala de parto intercultural el 2012, al año siguiente tres mujeres dieron a luz en dicho espacio.

Así para el año 2014 se comenzó a trabajar como protocolo "y salimos a las comunidades a comentar sobre esto, ya que acá así como en todo Chile se hacen visitas guiadas, y más con la sala intercultural", señaló María Cristina Muñoz, matrona de la unidad de urgencia de parto, preparto y recién nacido, coordinadora de atenciones de parto intercultural.

A raíz del trabajo anterior por parte de un grupo de profesionales del hospital, el 2015 la estadística se elevó a 11 partos, mientras que a noviembre de 2016 ya se registraban 22.

Por ahora, en lo que va del año 2017 -hasta el 1 de junio- se contabilizan 11 alumbramientos, ocurriendo el primero de ellos el 12 de enero.

"Es un buen número. Tenemos varias visitas para esto y recién estamos a mitad de año", sostuvo María Cristina Muñoz.

Proceso

El procedimiento para optar a este tipo de parto, se trata con derivación o consulta espontánea. "Todas las usuarias controlan su embarazo ya sea de forma privada o en la salud pública. Y si en los consultorios solicitan un parto intercultural, se realiza una visita guiada a la futura madre y las personas que la quieran acompañar para conocer cómo sería su proceso de parto", detalló la matrona.

La idea general parte en el año 2008, con las necesidades de las primeras usuarias huilliches embarazadas que querían su parto con elementos tradicionales de la etnia.

"Nuestra matrona jefa de ese tiempo acogió la solicitud pero como una cosa particular y vemos que se atienden las mujeres dependiendo de sus necesidades", dijo Muñoz.

Previamente, según la matrona, también se estaba trabajando en una investigación por parte de funcionarios del Hospital Base (asistentes sociales, matronas, entre otros) para conocer cuál era la visión de las mujeres huilliches en toda la etapa reproductiva, quienes finalmente hicieron un libro que se llama "Encontrándonos para un buen parto" el 2009.

"El texto trata sobre algunos conceptos del parto y la parte reproductiva del pueblo huilliche", precisó la profesional de a salud.

Detalló que "es la única sala que está en el hospital. Hemos conseguido recursos para crear este espacio para adaptar una sala integral de parto, como un espacio para la mujer huilliche y su familia. Tiene un mural con la imagen específica del sector de Pucatrihue en la comuna de San Juan de la Costa, que es el islote del Taita Huentellao, más unos cobertores que son telares tejidos para colocar en las camas, además del letrero fuera de la sala", detalló María Cristina Muñoz.

Cabe señalar que esto no se ha replicado en otras partes. Según la matrona María Cristina Muñoz, "no conozco otros hospitales donde exista un protocolo en la atención del parto intercultural como tal. Una intervención así que es desde la visita, educación y el mismo parto es grande, porque esto surge de la necesidad de las mujeres huilliches. Son ellas las que nos van guiando".

Cristina Aron Jerez, asistente social de 38 años y que vive en el sector de Riñinahue, Lago Ranco, es uno de los primeros ejemplos.

Experiencia

"Yo le manifesté a la matrona que quería el parto en mi casa con la machi y las ñañas, pero me dijo que no podía ser así por los riesgos y decidí venir al hospital de Osorno diciéndoles que quería tener el parto de tal forma y, si no era así, iría a mi casa a tener a mi bebé. Ellos me respondieron que sí se podía hacer con los requerimientos culturales que yo pedía, que no eran muchos tampoco, y que no iban a invadir los procesos de los partos que hubiesen en ese momento", manifestó Cristina.

Su experiencia es de octubre de 2008, cuando nació su hija Keule Malén. "En el momento del parto me acompañó mi pareja y él llevó algunos remedios de hierbas medicinales para recibir a mi hija. El parto fue casi en cuclillas y nos acompañó una persona de la comunidad que manejaba la lengua mapudungún, quien realizó una ceremonia en el momento que nació la niña", comentó la asistente social.

Plan de parto

Este procedimiento surgió por la temática del plan de parto intercultural que fue el inicio y dio cabida a una atención más personalizada a las usuarias.

La matrona coordinadora de la urgencia gineco-obstétrica, parto y preparto y recién nacido, Lorena Navarro, añadió que "en esta intención de dar una idea de atender las necesidades propias de las pacientes, sin atender a todas de la misma forma y no creyendo que todas quieren el mismo tipo de atención, se hizo esto para respetar otras costumbres, porque vimos que la madre ya no estaba formando parte del proceso".

En tanto sobre la unidad ginecológica del Hospital Base San José Osorno, la matrona Lorena Navarro indicó que esto surgió con el proceso de normalización del hospital, cuando se implementó una unidad de parto que contaba con cuatro salas de atención integral, a diferencia de otros hospitales que tienen salas de atención normales.

"Acá la atención integral es de la madre, incorporando a la persona, que para ella sea significativa en el proceso desde que inicia su trabajo de parto hasta que el bebé nace. Además, la unidad de parto está junto a la de neonatología, en caso de cualquier urgencia la atención es inmediata", sostuvo.

Tecnología y espera

El médico Gonzalo Vesperinas (51 años) es ginecólogo oncólogo y jefe del servicio de ginecología y obstetricia del Hospital Base San José de Osorno. Respecto a esta área, señaló que "la tecnología está representada en un equipamiento quirúrgico de muy buen nivel, tanto para cirugía convencional como laparoscópica. Lo mismo ocurre con la implementación de neonatología, desde las cunas de los recién nacidos hasta los complejos equipos de la unidad de cuidados intensivos".

En cuanto al proceso del parto, precisó que "se monitoriza electrónicamente y nuestras pacientes cuentan con salas individuales donde se realiza todo el proceso de preparto, parto y apego posterior".

En cuanto al funcionamiento en general de este servicio, indicó la meta ministerial es disminuir la lista de espera para acceder a la atención terciaria a dos años o menos.

"Si se trata de una patología con Garantía Explícita de Salud (GES) el plazo no debe ser mayor de un mes. En nuestra especialidad las patologías GES son cáncer de cuello uterino, de ovario y de mamas. Esto implica que una paciente con una enfermedad no cubierta por GES (por ejemplo, mioma uterino sintomático) puede esperar hasta dos años para ser atendida en el hospital y luego de ser derivada desde su consultorio y no estaríamos incumpliendo con la meta".

Sin embargo en Osorno, detalló, han desarrollado un sistema con la colaboración de médicos, matronas, equipo de profesionales y técnicos de informática y personal administrativo tanto del hospital como de la atención primaria, "que nos ha permitido acortar el tiempo de espera para todas las pacientes a menos de tres semanas".

El servicio de ginecología y obstetricia del hospital hasta el momento tiene una lista de espera de 167 pacientes, las cuales serán llamadas dentro de un mes, dependiendo de la gravedad de los casos.

Este servicio del Hospital Base atiende el "11% de los pacientes en consultorio de las especialidades de todo el hospital y atiende el 11% de las cirugías electivas que se realizan en el pabellón de cirugía mayor y el 27% de las altas del hospital sin contar a los recién nacidos", indicó Vesperinas, quien trabaja en el hospital hace 10 años y como jefe de servicio hace cuatro.

Esta unidad cuenta con 16 camas en el área de ginecología y 15 camas en el área de alto riesgo obstétrico, además de 20 camas en la parte de puerperio a igual cifra de camas de recién nacidos.

Según el doctor Vesperinas, "en el primer semestre de 2017 se han atendido 1.010 partos en el servicio, lo que refleja una nueva baja en la tasa en línea con lo que ha venido ocurriendo en la provincia y en el resto del país. En 1960 se registraban 37 nacidos por cada mil habitantes. Hoy esa cifra es de 14".