Articulación del turismo rural
Ya están el paisaje, el entramado vial y los emprendimientos; lo que falta ahora en la provincia es la unificación de la oferta.
Aproximadamente desde los últimos diez años el turismo rural está experimentando un sostenido crecimiento en la Región, de lo que dan cuenta los numerosos emprendimientos repartidos en distintos puntos de la provincia, tanto en la zona de los lagos Puyehue, Rupanco y Llanquihue como en el sector costero, donde se han levantado cabañas, hostales, restaurantes y otros servicios destinados a satisfacer las necesidades de un creciente flujo de visitantes nacionales e internacionales. No obstante, tal parece que ha llegado la hora de que el turismo rural de esta parte del país dé un salto de calidad para mejorar su oferta y aprovechar de mejor forma las oportunidades que se están presentando en un mercado que cada vez valora más la opción de vivir experiencias distintas a las que tienen quienes viven en grandes urbes.
Así se desprende de un reciente seminario realizado en Osorno que abordó justamente el desarrollo del turismo rural. Los expositores coincidieron en la necesidad de unificar los emprendimientos desperdigados en la provincia y, además, alcanzar una real conexión entre los integrantes de la cadena (proveedores de servicios y operadores turísticos), a fin de facilitar la promoción de las oportunidades que aquí se encuentran.
La mitad llena del vaso muestra tres pilares ya constituidos en la provincia. Primero, la existencia de parajes lacustres, costeros y de valle (una belleza dada por la naturaleza) que tienen el potencial ya demostrado de atraer a los visitantes. Segundo, una red caminera que, aunque con evidentes espacios para seguir mejorando la conectividad vial, permite recorrer de una manera más o menos normal los rincones de la zona (excepto sectores de la Cordillera de la Costa en los que todavía falta por avanzar. Y tercero, los citados emprendimientos que ofrecen experiencias cercanas al turismo de intereses especiales.
El paso que se debe dar ahora, de acuerdo a los expertos y a los propios emprendedores del turismo rural, pasa por articular y sistematizar la oferta, y lograr una adecuada sinergia con los operadores, que son quienes se conectan finalmente con los potenciales clientes.