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El Club Barrabases consigue su anhelada sede social y festeja 36 años formando talentos

FÚTBOL. Luego de años de esfuerzo, los dirigentes compraron el sitio de más de 320 metros cuadrados para soñar con la sede social que requieren los más de 100 socios que tiene la entidad.
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Ricardo Cifuentes

Se iniciaron como club en la competencia de los barrios, hace 36 años, bajo la guía de los hermanos Araneda y en especial de Víctor, el "Indio". El Club Deportivo Barrabases del sector de la Cantera, ganó la mayoría de los campeonatos hasta que sus dirigentes estimaron que la etapa estaba superada y había que emigrar al fútbol federado al que llegaron hace 12 años.

El esfuerzo les ha entregado trofeos de campeones y hoy se preparan para tener su propia sede social en la calle Caupolicán donde se generaban los encuentros callejeros que dieron vida al club, que los transforma en un ejemplo para la comunidad deportiva, porque después de muchos sacrificios, compraron el sitio de más de 320 metros cuadrados para soñar con la sede social que requieren los más de 100 socios que tiene la entidad.

Al frente emerge como presidente Adolfo Palma desde hace 3 años y entre las gestiones de la directiva que integran Víctor Higueras -tesorero- y Jaime Pardo como secretario, quienes buscaron la manera de concretar el proyecto de una sede social a través del municipio, su alcalde y el arquitecto Wilson Monzón, que les permitió postular a Fondos Regionales de Inversión Local (Fril) que fueron aprobados y que les permiten materializar la sede de 120 metros cuadrados con una inversión de 50 millones de pesos, que los hará dueños de un recinto para sus reuniones y encuentros.

El sitio fue adquirido el año 2003, le instalaron agua potable y luego energía eléctrica y cierres perimetrales, con lo que fue más fácil entregarlo en comodato al municipio por un lapso de 20 años, requisito necesario para acceder a recursos del Estado.

"Nos entrevistamos con las autoridades y encontramos el apoyo del consejero Waldo Flores y de nuestro alcalde para optar a los recursos del estado para hacer realidad el sueño de los hombres y mujeres que integran nuestra institución", señaló el presidente del club.

Esfuerzo conjunto

Explican que para financiar la propiedad de Caupolicán 240, debieron trabajar con puestos de ventas de alimentos en los aniversarios de la ciudad y cada domingo junto a las mujeres preparaban empanadas, hacían rifas y beneficios internos hasta juntar el dinero necesario que fue el paso inicial para comprar la propiedad hace 14 años. Se transforman así, en el primer club deportivo de la ciudad con sede social, aparte de Calo que la heredó de la empresa que le dio el nombre.

"Era un sueño que alimentamos durante muchos años, porque cuando partimos, nos juntábamos en la esquina o en la casa de algún socio para planificar lo que haríamos y hoy se acerca la opción de tener nuestra casa, cuyo diseño ya conocemos, en este lugar que hemos mejorado y que será nuestra sede", indicó Víctor Araneda, líder indiscutido que en un largo periodo fue su presidente.

Agregó que siempre esperó que los más jóvenes estuvieran al frente del club, que él y sus nueve hermanos fundaron junto a los vecinos, por lo que se siente plenamente satisfecho a sus 55 años, con un secretario de poco más de 20 años, lo mismo que el tesorero y presidente.

Víctor Araneda reconoce que es un tremendo orgullo para él, como fundador del Club Barrabases, que después de 36 años, se haya transformado en la institución que identifica a gran parte del sector de la Cantera, en la parte norte de la ciudad y que la constancia y un trabajo continuo, le granjeó el respeto y la credibilidad de los vecinos que finalmente se han multiplicado para ser sus socios.

"Son más de 100 y las mujeres son una parte importante por todo lo que aportan al éxito final" y agrega que han sido campeones, han ganado varias copas, aunque reconoce que otros equipos que conforman la competencia tienen más recursos, pero que igual ellos son actores principales.

"Nos entrevistamos con las autoridades y encontramos el apoyo del consejero Waldo Flores y de nuestro alcalde para optar a los recursos del estado para hacer realidad el sueño de los hombres y mujeres que integran nuestra institución"

Adolfo Palma, Presidente"

Estudiantes del colegio Santa Cruz despidieron al obispo Ducasse

PASTORAL. Tras 15 años en la diócesis de Valdivia, fue destinado a Antofagasta, donde continuará su apostolado, tras decisión de la Congregación de Los Sagrados Corazones.
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En una ceremonia de alegría y tristeza, los estudiantes del Colegio Santa Cruz despidieron al obispo, monseñor Ignacio Ducasse, que tras 15 años en la diócesis de Valdivia, fue destinado a Antofagasta, donde continuará su apostolado, tras la decisión de la Congregación de Los Sagrados Corazones de trasladarse al norte del país.

El Colegio Santa Cruz, que dirige la educadora Gilda Pérez, invitó a la autoridad para brindarle una despedida tras conocer los antecedentes de su partida de la Región de Los Ríos.

Junto al párroco padre Pedro Pablo, se ofició una misa en el gimnasio del plantel en una ceremonia de recogimiento, donde la totalidad de los profesores y alumnos le expresaron su cariño a monseñor Ignacio Ducasse.

Monseñor, a su vez, les hizo presente el afecto que tiene por la comunidad religiosa, en la que se mantuvo durante 15 años, que le permitió conocer todos los sectores y la entrega de cada comunidad por la iglesia "espíritu que debe mantenerse en el tiempo", subrayó la autoridad eclesiástica.

Para la educadora Gilda Pérez, fue la ocasión de rendir un homenaje y expresar el agradecimiento de la comunidad al pastor que se aleja, lo que materializó con la entrega de un recuerdo y el afecto de los estudiantes, padres y apoderados del plantel educativo.

En la invitación, se reiteraban los agradecimientos "por su luz, humildad y cercanía y por haber guiado nuestros pasos por la senda de la felicidad y el amor".

Hubo emoción y cercanía de los alumnos con el pastor que se aleja, que se multiplicó para entregar bendiciones en el lugar.

"Por su luz, humildad y cercanía y por haber guiado nuestros pasos por la senda de la felicidad y el amor".

Comunidad escolar agradeció trabajo pastoral de obispo"