"Hoy día nos hemos transformado en una sociedad que aspira a lo material"
Yerko Villanueva (42 años) es el jefe provincial del Hogar de Cristo para Osorno y Puerto Montt. Prácticamente toda su vida ha estado ligada a la lucha por la superación de la pobreza. Lleva 18 años en la institución y otros más vinculado a la causa desde que estudiaba Trabajo Social en la U. de Temuco.
-¿Cómo se logra el cambio de mirada?… la intolerancia, esa simplificación de la realidad.
-Primero pidiendo que la gente se involucre. Hay distintas formas de hacerlo: siendo voluntarios, socios o intentando que aquella persona que vemos constantemente en una situación de calle te cuente su historia. La única forma de transformar a las personas es por medio del vínculo. Hoy día nuestro estado normal es la desconfianza… alejarme, discutir, desconfiar de todo lo que pasa a mi alrededor; pensar que todos quieren hacerme daño, es una tendencia que a la larga le va a hacer mucho daño a nuestras estructuras en general. Por lo tanto, nosotros invitamos a que nos involucremos.
-¿De qué se trata este vínculo?
-Cuando te vinculas y conoces vas entendiendo mucho más las dinámicas de las personas. Vas comprendiendo y humanizando aquellas cosas que en verdad muchas veces no tienen explicación lógica, porque lo más fácil es decir que el pobre está en esa condición porque quiere estar. Existen muchas más situaciones que han pasado en la vida de estas personas que los llevan a una condición de exclusión. Porque además, nuestra sociedad no es permeable para incluirlos, al contrario. Es más fácil excluir que incluir. Por ejemplo, las personas con capacidades especiales, es tremendamente baja la participación de personas en el sistema laboral, porque finalmente excluimos a los distintos.
¿De qué manera ha permeado en usted este vínculo con quienes están en situación de calle?
Cuando entiendes que las relaciones entre las personas son relaciones de horizontalidad, donde no hay diferencias. Donde nadie es superior a otro y todos tenemos una misma condición humana. Creo se hace mucho más fácil la relación del vínculo y desde ahí compartes la alegría, los chistes y la historia mutua. A partir de ahí se crea un: desear bien al otro. De los dos lados. Esta relación sin perjuicios, que no tiene que ver con el tener sino con el ser. Cuando uno es capaz de generar esa situación real con otro es donde se construye y se destruyen las barreras.
¿Cuál es tu diagnóstico de la pobreza en la provincia?
Me preocupa y nos preocupa como Hogar de Cristo, aquellos cambios que ha tenido la población que está en situación de calle en cuanto a los consumos que es un tema muy importante. Hace un tiempo atrás, el tipo de consumo tenía que ver más con el alcohol, por lo tanto la relación que ellos generaban con otros era distinta. Hoy día hay personas con problemas de drogas más duras como la pasta base y el solvente. Que además generan un daño orgánico más profundo y rápido que se asocia a la aparición de patologías de salud mental. Y ahí es donde está la mayor preocupación hoy día.
En qué sentido…
El Estado de Chile de presupuesto para la salud ocupa sólo el 4% en los temas de salud mental, cuando en realidad deberíamos estar en niveles mucho más altos. El problema de la salud mental en las personas excluidas es un tema básico y transversal a cada situación, desde aquellos que tienen una discapacidad psíquica-intelectual hasta las que tienen un consumo problemático. Los niños(as) y jóvenes que están siendo atendidos por Sename; o aquellos chiquillos(as) que por distintas razones han dejado el sistema escolar; los adultos mayores medios abandonados en sus hogares o en alguna residencia. Más la gente que está en sus casas o trabajos… el porcentaje de población que hoy tiene afecciones de salud mental es muy alto y la verdad es que los dispositivos que hay para atenderlos no son suficientes a nivel público y a nivel privado son demasiado costosos.
Es la salud mental lo que más urge… pensando en infraestructura, camas, medicamentos, etc.
Hemos ido avanzando con distintas cosas, estamos desde el año pasado trabajando fuertemente con el municipio en nuestro proyecto de nueva hospedería que va a ser una muy buena noticia (…). Sin duda, hay avances pensando que existen programas como "Noche Digna" por ejemplo. Tenemos el dispositivo de calle, de sobre cupo, existe un albergue que es manejado desde la gobernación. Hemos avanzado. Pero también, obviamente, ha crecido el daño de las personas, por lo tanto necesitamos adelantarnos a eso(…) pero hoy no tenemos espacio para la prevención.
Este es un problema multifactorial. Si pudieras centrar tu análisis en un aspecto fundamental… ¿Qué nos está pasando como sociedad? Pensando también en la prevención.
Me he cuestionado eso bastantes veces y mi respuesta tiene que ver con volver a la esencia, a la base. Cuando miramos nuestra sociedad 40 años atrás, más menos cuando yo nací. Las relaciones sociales eran distintas. Había una baja rivalidad; había relaciones de comunidad; la gente se conocía en un radio de tres cuadras desde su casa; los niños jugábamos todos juntos. Había un sistema de ser más que tener. Hoy día nos hemos transformado en una sociedad del querer tener (…). Y para eso, dejo de preocuparme del otro. Sin duda esto tiene que ver con ir construyendo una sociedad con más respeto. Lo que más daña a las personas, sobre todo a las que han tenido menos oportunidades, es la falta de respeto. Yo recuerdo antiguamente, que también había gente en condición de calle y la relación con ellos era distinta, eran conocidos por las personas y hoy día esa brecha es más larga porque tenemos mucha desconfianza.
Pero en concreto…
Hemos ido desarmando el entramado comunitario que existía y que era súper potente. Sin duda que habían desigualdades también, pero había una relación mucho más directa entre el gerente (por ejemplo) y el obrero. Había una diferencia de clases que era menos perceptible, quizás era igual de marcada, pero menos perceptible al menos, lo que generaba una comunidad más armónica. Esto tiene que ver con la humanización y lo más importante, el ser. No es el tener, eso puede sin duda ayudar a muchas cosas y aspiraciones, pero encontrarte vacío después de tener, debe ser tremendamente frustrante.
Qué viene, cuáles con las metas…
De aquí a fines de junio ya terminamos nuestra campaña en Osorno y Puerto Montt. Tenemos en cada una de las provincias una meta de mil socios que nos ayudarán a poder suplir a aquello socios que durante el año, por distintas razones, dejan nuestras carteras.
"Lo más fácil es decir que el pobre está en esa condición porque quiere estar. Existen muchas más situaciones que han pasado en la vida de estas personas que los llevan a una condición de exclusión""
es la meta que se ha puesto el Hogar de Cristo este año, los cuales servirán para financiar los gastos de la institución. Mil socios