En un complejo escenario han quedado los centros de salud familiar de la ciudad, al conocerse que hace dos semanas prácticamente dejaron de llegar las dosis de la vacuna contra la influenza, dificultando la inoculación a los grupos de riesgo de la población, que corresponden a las embarazadas a partir de la decimotercera semana de gestación, niños desde los seis meses de edad hasta los 6 años, adultos mayores sobre los 65 años, trabajadores de avícolas y criaderos de cerdos, funcionarios de la salud y pacientes crónicos entre los 6 y 64 años. La luz de alarma se dio en la última sesión del Concejo Municipal y fue ratificada por la directora del Departamento de Salud Municipal de Osorno, Ximena Acuña, quien precisó que desde el nivel central se les solicitó, ante la falta de vacunas, priorizar la administración de la segunda dosis a los menores de 6 años.

Si bien no están del todo claras las razones para que el Ministerio de Salud redujera las dosis para inocular a la población en riesgo (la causa más probable podría estar ligada a un tema económico), es preocupante que los equipos municipales se hayan enfrentado a esta dificultad, habida cuenta de la peligrosidad del virus de la influenza, en particular, precisamente, para quienes requieren una mayor protección ante las enfermedades invernales. De acuerdo a los antecedentes aportados por el Departamento de Salud Municipal, faltan por inocular 10 mil pacientes del grupo objetivo, una cifra que desde ya debería estar preocupando al nivel central o a sus representantes en la provincia. Se trata de una cantidad demasiado significativa que está desprotegida frente a un virus que puede llegar a ser mortal sin las debidas atenciones.

Aunque desde la Autoridad Sanitaria se ha asegurado que sí hay vacunas disponibles y que la responsabilidad de la brecha restante corresponde a los propios beneficiarios, quien lleva el pulso de la inoculación son los centros de salud familiar (cesfam), lo que debería ser razón suficiente para que se reexaminen los procedimientos y el total de las administraciones realizadas, a fin de garantizar que la inoculación contra la influenza llegue a todos quienes la necesitan. Lo que está en juego es demasiado valioso.

¡Gracias, Osorno! Durante el fin de semana recién pasado estuvimos en distintos puntos de la ciudad de Osorno, invitando a todos y todas a sumarse al trabajo que realizamos en los distintos campamentos de la Región y la comuna, a través de una donación.

Estamos muy agradecidos de todas y todos los que colaboraron, de alguna u otra forma, con nuestra campaña institucional y Colecta Nacional LucaxNuca, que llevamos a cabo en la Región y especialmente en Osorno.

Agradecemos a todas las personas que no sólo hicieron un esfuerzo por apoyar nuestra causa con dinero, sino a todos y todas quienes se pusieron en el lugar de las familias de campamentos, que deben vivir en condiciones de extrema vulnerabilidad, sin acceso regular al agua potable, sin luz y alcantarillado, y sobre todo, pasando el frío del invierno que se avecina.

Queremos agradecer a aquellas empresas y establecimientos educacionales que, desinteresadamente, se pusieron la camiseta por la superación de la pobreza y realizaron diversas campañas internas para apoyar la colecta, a aquellas que pasaron nuestra publicidad, y a los medios de comunicación que se mantuvieron a nuestro lado, firmes con la convicción de informar la realidad de las familias de campamentos. También agradecer a las organizaciones de la sociedad civil que realizaron eventos para recaudar fondos junto a nosotros.

Queremos agradecer, también, a las familias de las comunidades con las que trabajamos por creer en el impacto que tiene en la sociedad el trabajar juntos, unidos por un mismo sueño: un Chile sin campamentos. Sabemos que muchas veces el trabajo es difícil, tiene de dulce y agraz, pero estamos convencidos que la organización es la base para generar los cambios que tanto anhelamos en el país.

Queremos agradecer, por sobre todo, a nuestros voluntarios y voluntarias, que pese a todo el frío, la lluvia y el hambre, estuvieron en la organización de este gran evento, y que como siempre trabajan sin descanso, denunciando lo que viven 2.500 familias en 50 campamentos de nuestra región, siempre junto a ellas, teniendo como norte la obtención de la vivienda definitiva.

Ahora queda seguir trabajando, con la convicción intacta, llenos de energía, invitando a todos a ser parte de un Chile justo, sin pobreza, porque queremos ver un Chile sin campamentos, donde todos y todas gocemos plenamente de nuestros derechos.

Giovanna Moreira Almonacid, directora regional de Techo-Chile