Reforma agraria
"Cuando se han sembrado vientos, se cosechan tempestades, y cuando se han desarrollado ilusiones se cosechan desesperanzas", escribiría premonitoriamente un día Jorge Rogers Sotomayor, fundador de la Falange. Leo que estos días se ha celebrado una conferencia organizada por la Universidad de Los Lagos para conmemorar los 50 años de la promulgación de la ley de Reforma Agraria, en 1967, bajo el gobierno de Frei Montalba. Estábamos en plena guerra fría y la Democracia Cristiana decidió aportar con leña para el fuego de la lucha de clases. Disfrazada como una reforma para dar mayor bienestar a los trabajadores agrícolas, escondía su objetivo último de terminar con la propiedad privada, mediante la lucha de clases, el odio y la violencia con sus consecuencias de muerte y destrucción.
Viví la Reforma Agraria por dentro, como ingeniero agrónomo del SAG comisionado en la CORA. Nuestro jefe era un joven profesor de gimnasia que se presentaba en la oficina vistiendo el uniforme verde oliva de la brigada Ramona Parra del partido comunista y le tocaba dirigir a agrónomos y médicos veterinarios.
Su acento cubano delataba alguna capacitación en dicho país para aplicarla en Chile. El resto de los jefes eran técnicos electricistas o activistas. Los campesinos solo cambiaron el patrón antiguo por el nuevo patrón Estado. Ellos no participaban de los planes de explotación elaborados por nosotros los funcionarios, clamaban por capacitación que nunca tuvieron y observaban sorprendidos la llegada de tractores rusos que nunca pidieron, ignorando que los tractores habían sido trocados por el gobierno a cambio de ayuda económica.
Me confesaban su inocente ilusión de ser propietarios algún día, ignorando las declaraciones públicas del ministro Chonchol que no contemplaba la entrega individual de la tierra sino formar grandes haciendas estatales, la máxima aspiración de un marxista. Ni el gobierno de la DC ni el de la UP entregaron un solo título de dominio a los campesinos. Solo lo hizo el gobierno militar en cuanto se hizo cargo. La Reforma Agraria solo produjo hambre al país, ya no había harina para el pan y el estanco de la carne solo permitía el consumo un día a la semana. La Reforma Agraria solo debe ser recordada como el peor engendro legal de la historia chilena, que sembró los vientos que se transformaron en tempestades.
Rodrigo Montesinos Vásquez
Incendio de mercados
Los mercados nacionales siguen quemándose: ahora le tocó a uno en Valparaíso, por lo cual convendría que las respectivas municipalidades solicitaran a los cuerpos de bomberos locales la revisión a fondo de sus mercados marginados de siniestros, para corregir a tiempo las deficiencias detectadas.
Los mercados por lo general mantienen obligadas y precarias fuentes de peligro, ya sea para calefacción personal o para cocinar, varias de ellas vulnerables al tema incendio. La costumbre evita considerar la posibilidad de falla en ciertos sistemas, los cuales en un ambiente favorable a la expansión del fuego terminan por destruir mercados y manzanas enteras, como ya ha sucedido en Concepción y Temuco. El nuevo e incombustible mercado de Osorno puede resistir inflamaciones domésticas parciales sin peligro de expansión, pero sus ferias bajo techo son vulnerables.
Un conocido refrán dice que es más fácil prevenir que reparar.
David Benavente
Piñera y compra de terrenos
Revuelo ha generado cierta información respecto a que el ex presidente y actual pre candidato, Sebastián Piñera, habría hecho las transacciones de compra de los terrenos que conforman el Parque Tantauco, en un paraíso fiscal. Cabe necesario hacer memoria respecto a la contingencia política del año 2004, al interior del partido Renovación Nacional, en donde en esos momentos Sebastián Piñera era el presidente y Antonio Horvath el vice presidente del partido. Súbitamente se produce un quiebre en el partido, renunciando Horvath a su cargo debido a que el presidente del partido, incumpliera la postura fijada respecto a lo que en ese entonces era un problema país, Tompkins y su permanente compra de terrenos incumpliendo acuerdos con el gobierno.
En febrero de 2004, Piñera visita a Tompkins y según consignan los medios de la época, una de las razones era búsqueda de asesoramiento de cómo adquirir los terrenos para conformar su parque en Chiloé. En Chile la memoria es muy de corto plazo y todos los problemas y conflictos generados por el Parque Pumalín como frenar la conectividad en la zona austral, eso no es recordado. Si el Parque Tantauco existe, es porque Douglas Tompkins asesoró a Sebastián Piñera al respecto.
Hans Fiebig