Es un hecho que la apertura hacia los mercados impulsada como una política de estado, más allá del gobierno de turno, ha proporcionado a Chile innumerables beneficios, transformándonos en una de las economías más pujantes de Latinoamérica entre fines del siglo XX y principios del XXI. Sin embargo, al hacer "doble clic" en las curvas de crecimiento y luego en la composición del Producto Interno Bruto (P.I.B.), podemos evidenciar que hemos sustentado nuestro destacado crecimiento en la capacidad de producir y vender commodities a un bajo precio, producto de las condiciones naturales y en otros casos por hipotecar el medio ambiente y las relaciones con las comunidades.
Es un tema que sentimos merece toda la tribuna posible, por lo que quisiera aportar con algunas consideraciones que por simples podrían estarse subestimando en su impacto y necesidad.
Debemos comenzar por reformar la educación, pero desde el aula, fomentando la creatividad de nuestros niños y jóvenes, otorgándoles espacio para la colaboración y el pensamiento colectivo. En nuestras escuelas debemos propiciar que los niños no pierdan su capacidad de crear a medida que crecen y se transforman en adultos apáticos, cuadrados y llenos de paradigmas.
La tecnología es una de las palancas más potentes de la innovación y es justamente allí donde tenemos uno de nuestros principales "talones de Aquiles". Nuestros educadores no son expertos en tecnología, no la promueven y no se cultiva el encanto por la disciplina, al punto que existen déficit de más de 30.000 técnicos y profesionales en área de la TIC's actualmente y se proyecta un déficit mayor en los próximos años. Nuestras escuelas necesitan especialistas tecnológicos trabajando transversalmente con los docentes de otras disciplinas, las escuelas requieren de laboratorios para aprender, por ejemplo robótica y al finalizar octavo básico, ésta sea una competencia del perfil de egreso garantizada.
Se requiere de la voluntad y de la generosidad de todos quienes somos parte del sistema educativo, para no oponerse a los cambios que nuestro país necesita y por el contrario para fomentar las acciones que nos permitirán dar el salto de innovación que Chile requiere si pretende transformarse en un país desarrollado.
Ramón Rubio, director ejecutivo AIEP Osorno Presidente Red Osorno Muévete por el Emprendimiento y la Innovación.