Ricardo Cifuentes
Comenzó a los 15 años, cuando ayudaba a su padre que tenía colmenas de abejas y cuando egresó como Técnico Nivel Superior en Administración Agropecuaria no lo pensó dos veces y eligió la apicultura como forma de vida; incluso, en algún momento llegó a producir más de 5 mil kilos de miel, siendo la principal productora de la zona.
Gloria Poblete Cárcamo, de 43 años (27 de ellos dedicada a este rubro), casada y con dos hijos, inició un trabajo de emprendimiento en la crianza de abejas y llegó a tener más de 100 colmenas, aunque a veces ha bajado a un décimo de esa cantidad por la acción de las chaquetas amarillas y el uso indiscriminado de pesticidas, unido a la deforestación que cada día es más notoria.
Ha superado esos trances con dedicación y esfuerzo, "porque este trabajo es así, sabemos que en el periodo de invierno se pierde una cantidad de abejas o colmenas, pero ha sucedido que en ocasiones la falta de foresta y la acción de terceros genera pérdidas que constituyen un fuerte golpe y a veces demoramos hasta 3 años en recuperarnos, pero nos sentimos felices cuando volvemos a producir miel de calidad como la que estamos ofreciendo en el mercado del sur", señala.
"Me atrae, sorprende y maravilla el nivel de organización y orden que uno puede ver en cada colmena, lo que explica mi devoción por esta actividad", afirma.
Recuerda que el año 2001 decidió incursionar en el rubro industrial, para lo cual había que prepararse y decidió estudiar en Concepción, con lo cual se le abrió un campo más amplio, en la búsqueda de una mejor producción a nivel industrial, con un manejo más intensivo y generación ideal de miel, que incluyó hacer colmenas y criar reinas para ir multiplicando los beneficios.
"Hubo una temporada, donde perdí el 70 % de las colmenas, debido al ataque de las llamadas 'chaquetas amarillas', sumado a una sequía y condiciones ambientales, todo lo cual me obligó a trabajar más y multiplicar lo que quedaba para recuperarme", relata y añade que en la época invernal la pérdida por el frío es de 6 %, lo que se supera haciendo núcleos en septiembre.
Calidad
Asegura que la calidad de la miel depende del lugar de producción y que la miel esté madura, para de esa manera aprovechar todas las propiedades medicinales y en su consumo debe considerarse que sea madura, sin agua, que este fría y si agregamos temperatura, que no sobrepase los 38 grados, porque la miel pierde sus principales características.
"La miel pura debe cristalizar cuando está líquida, es probable que contenga agua, lo que le quita beneficios, que se obtienen con su consumo. No olvidemos que las colmenas también generan propóleos, polen y jalea real, que se usan con claros objetivos medicinales".
Apiterapia
Leyendo un artículo sobre las posibilidades del veneno que genera la picadura de una abeja, la apitoxina, en el uso alternativo en medicina, buscó los antecedentes que la llevaron a estudiar esta vez con el kinesiólogo y naturópata de la Universidad de Chile, Rodrigo Rosas Caimapo, quien de vuelta de especializarse en China, trajo los conocimientos para efectuar tratamientos.
Aplicó estos conocimientos de forma experimental entre amigos y tras comprobar los resultados, estos primeros pacientes "contaron su experiencia a otros y en este boca a boca he atendido a más de 200 personas con resultados sorprendentes".
Uno de ellos con un problema de oídos, se recuperó en un 75% de una hernia lumbar y en el caso de una artrosis de rodilla, puedo señalar que hubo una mejoría muy notoria también ", confidencia Gloria Poblete.
"No me he encontrado con escépticos por la sencilla razón que para muchos esta es la última opción, porque es sabido que la apitoxina o veneno de abeja es 80% más potente que la morfina para calmar el dolor y es más potente que los corticoides existentes en el mercado, con una serie de enzimas que ayudan en el mejoramiento de la calidad de vida del paciente, entre ellas la artritis reumatoide, dolencia que con este tratamiento se frena, porque es degenerativa, calma el dolor y mejora su calidad de vida", dice, detallando además que sirve para la artrosis y el bruxismo, discopatías, la depresión, la esclerosis y la fibromialgia.
Son 10 sesiones donde primero se hace un test para comprobar la reacción del organismo a la picada de la abeja, en 20 minutos se aprecia si es posible o no el uso de la apitoxina.
"En las 3 primera sesiones, se produce inflamación y malestar, pero después desaparece esta reacción y los efectos son sorprendentes", señala esta unionina que vive en Valdivia, pero que en los fines de semana atiende en su ciudad.