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Productores mejorarán la calidad de sus ovinos en centro genético

EN PICHIDAMAS. Se trata de un recinto de investigación y capacitación para que al menos 600 ganaderos ovinos de La Araucanía hasta Aysén logren una mejor carne, que luego es faenada en el frigorífico de ProCarne-Mafrisur de Osorno. La iniciativa es financiada por Corfo y Codesser.
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Paola Rojas

El primer centro genético ovino y de capacitación para 600 pequeños y medianos productores ganaderos de la zona sur del país, se inauguró en el sector de Pichidamas, en el predio La Cabaña de Tattersall, iniciativa que está orientada a beneficiar a productores de La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén.

Esta iniciativa fue creada y es desarrollada por ProCarne, Tattersall Ganado y Mafrisur, junto con instituciones de apoyo y financiamiento de Corfo y Codesser.

El objetivo de este centro es promover el sector ovino como una alternativa rentable para los pequeños y medianos productores de la zona sur, desarrollando capacidades productivas, mejorando la especialización y calificación.

Las estadísticas de la producción de ganado ovino en el país son bajas, donde además existe un mercado más bien informal, por lo que para lograr desarrollar un mercado competente es necesario capacitar a los productores ovinos para mejorar la calidad de su ganado a través de un centro de investigación que responda a las demandas del mercado nacional e internacional y que desarrolle capacidades en los agricultores.

Impacto estratégico

El gerente de Desarrollo Competitivo de Corfo, Claudio Maggi, destacó que se trata de un proyecto de impacto estratégico, es decir, cuando la empresa ProCarne presentó su proyecto de capacidad de faenamiento a un estándar de clase mundial de carne de cordero, con una fuerte inversión, el organismo estatal de fomento decidió apoyar esta iniciativa.

Luego de ello, cuando se expuso el plan de despliegue de la planta, era necesario involucrar una cadena masiva de proveedores, que implicaba en un plazo de 10 años pasar de las 35 mil corderos a cerca de 200 mil, involucrando a productores desde La Araucanía hasta Aysén. Fue así que se pudo establecer que no solo se trataba de una iniciativa tecnológica, sino que tenía que ver también con un impacto estratégico.

Esto tiene que ver con la recuperación de dinámicas de crecimiento importantes, con la capacidad de generar la educación productiva, incorporando a distintos productores en cadenas que apunten al mercado y que permitan agregar valor al producto y a las condiciones que lo hacen competir favorablemente.

"El modelo de negocios que ha presentado ProCarne nos parece tremendamente interesante, estamos muy contentos. Además, el Centro Genético y de Capacitación es una realidad", indicó Maggi.

Mercado incipiente

El coordinador del proyecto y gerente general de ProCarne, Luis Sánchez, señaló que dentro del programa de desarrollo ovino han recorrido distintas zonas que también tuvieran una cantidad importante de este tipo de ganado, por lo que se definió un mapa que representará esta realidad.

Hasta la fecha se visitaron más de 600 productores desde La Araucanía hasta Aysén, donde además de ello se trabajó con los alcaldes para conocer la realidad de cada una de las cuatro regiones involucradas en la iniciativa.

Sánchez precisó que en el país los consumidores están conformes con la oferta de cordero, ya que hay de todos los tipos, desde el austral, hasta los de la zona centro sur, pero el consumo de este producto aún sigue siendo muy bajo, graficando que de los 87 kilos de carne que consume en promedio un chileno al año, 33 son carnes blancas, 25 de vacuno y 23 de cerdo, restando solo 400 gramos de ovino.

Es por ello que el nivel de crecimiento que debe tener este tipo de ganado es de suma importancia, impulsado por el trabajo de los diferentes centros de estudios, como universidades, institutos o centros de investigación como el Inia, además de los proveedores, tanto de ganado, genética, insumos o de financiamiento.

"Somos un proyecto que persigue llegar a mercados, poder faenar, trabajar y hemos tenido que llegar a la asistencia técnica, porque queremos impulsar el rubro. Sin embargo, por esa razón nos ha resultado fácil interactuar con los equipos técnicos que tienen los municipios, intermediados a veces por el Indap", indicó Sánchez.

En este caso señaló que los municipios cumplen un rol fundamental al intermediar en los programas de transferencia tecnológica y que precisamente en el tema del cordero, además, hay una gran cantidad de ferias costumbristas que impulsan estas mismas entidades y cuya temática central es precisamente este tipo de ganado.

En este caso, explicó que la mayoría de los corderos que se ofrecen en este tipo de actividades no han pasado por una planta de faenamiento, lo que tiene una repercusión relevante, porque muchos de estos animales tienen enfermedades zoonóticas, lo que significa que esa carne debe ser decomisada.

Finalmente, añadió que este es un producto que debe crecer, ya que cada vez la demanda en el extranjero crece y a nivel nacional también, donde el rubro debe lidiar con la escasez de plantas faenadoras para estos animales.

Productores locales

Marta Jarpa es una productora de ovinos del asentamiento Baquedano, en el sector de Ovejería. Comenzó hace varios años con la crianza de ovinos, producto de la herencia familiar, por lo que ha aprovechado las capacitaciones que se entregan.

"Pretendo seguir en el rubro y cada vez capacitándome más. Por ahora vendo corderos vivos, pero mi idea es llegar a la planta faenadora para seguir el ritmo como corresponde, porque así los animales están libres de cualquier enfermedad", dijo la productora.

Gumercindo Saldivia es otro productor ovino que lleva muchos años en el rubro, pero hace dos decidió hacer crecer la producción.

"Antes teníamos 14 o 15 corderos, pero nos dimos cuenta que se trata de una actividad que debía crecer, por lo que aumentamos la producción en 2015 y para 2016 empezamos a invertir, pedimos un préstamo a Indap, compramos reproductoras y en este momento tenemos 150 ovinos , aparte de los reproductores".

Actualmente se encuentra clasificando la producción, luego de parir, donde al animal se le coloca un arete con número. Así, el próximo año Saldivia tendrá claro qué animal parió y cuántas ovejas tuvo.

Por otro lado, la productora de Las Lumas, Delicia Arteaga, relató que hace ocho años su madre compró dos ovejas para mantener el pasto de su predio y luego de ello compraron un macho, con lo que empezaron la crianza.

"Lo que más hemos llegado a tener son 15 animales, lo que para nosotros es harto, porque solo tenemos una hectárea para el plantel ovino. La gente se pasa el dato y van a comprar directamente al predio", expresó la productora.

La agricultora aseguró no estar a la deriva en este negocio, ya que trabaja con Prodesal, por lo que el control de los animales es riguroso, ordena las ganancias y las reinvierte en ese ámbito.

"Pretendo seguir en el rubro y cada vez capacitándome más. Por ahora vendo corderos vivos, pero mi idea es llegar a la planta faenadora".

Marta Jarpa, Productora ovina"

"Lo que más hemos llegado a tener son 15 animales, lo que para nosotros es harto, porque solo tenemos una hectárea para el plantel ovino".

Delicia Arteaga, Productora ovina"

30% de oveja presenta alguna enfermedad de tipo zoonótica, por lo que es de suma importancia regularizar el proceso de faenamiento, para hacer un estricto control a esta carne.

400 gramos es el promedio de consumo de carne ovina en el país por personas al año, a diferencia de los 33 kilos de carnes blancas que ingieren los chilenos.

200 mil corderos es la cifra que pretende alcanzar este proyecto en 10 años, con una población actual de ganado ovino que alcanza solo a los 35 mil ejemplares.