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Estudiantes sufren por la sequía y extreman el cuidado del agua

EDUCACIÓN. En algunos recinto se abastecen por pozos y el agua que reparten los municipios. En ambos casos, a los estudiante se les recalca el cuidado sobre el líquido en el diario vivir. Sin pasar sed afirman, cuando la situación se pone compleja deben almacenar el líquido en botellas, sobre todo en verano cuando las napas se secan por completo.
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Rodrigo Gómez

Tratan de desenvolverse con normalidad los niños de la Escuela Rural Chacayal, en uno de los sectores rurales de Osorno del mismo nombre, a unos 14 kilómetros de distancia de la plaza de Armas. Y es que a pesar de estar tan cerca de la ciudad, el agua también falta por esos lados y con camiones aljibes deben repartirles el recurso hídrico durante el año.

Claramente en los meses de invierno la escasez se reduce levemente, de todas formas el municipio llega hasta el lugar dos veces por semana para depositarles el agua en grandes estanques plásticos donde almacenan el líquido para los quehaceres normales de un establecimiento educacional.

Y es que si bien es cierto existe un superávit de 19 puntos a la fecha en comparación a un año normal, gracias a los 463 milímetros que han caído, el reparto del vital líquido no para en todo el año, especialmente en las zonas rurales.

En el caso de este centro educativo, la matrícula total asciende a 13 niños, los que según cuenta la profesora encargada, Elba Vargas, están ahí por las condiciones de empleo que tienen sus padres, quienes trabajan alrededor del colegio.

Visión de niños

En Chacayal los niños corren en el patio alrededor de la caseta que resguarda el pozo propio que tiene el establecimiento y que, por esta época, permite el abastecimiento de agua a partir de las napas del suelo. Ellos saben que tienen que resguardar el vital elemento de manera especial.

Esto, porque la zona arrastra niveles de sequía preocupantes durante las temporadas de mayores temperaturas. Que hoy, haya un superávit de lluvias es toda una novedad, ya que las precipitaciones años anteriores habían sido escasas a tal punto que el año pasado las comunas de la provincia debieron hacer extensiva la entrega de agua a través de camiones aljibes durante todo el año.

La visión de los estudiantes es primordial con relación al agua, ya que son los primeros responsables del cuidado y uso que se le entrega al recurso en las horas que están en el colegio.

Ana María Negrón tiene 10 años y cursa sexto básico en Chacayal. Con timidez comenta que "nos dicen que no dejemos las llaves corriendo y que cuando tiremos la cadena tengamos cuidado que el agua no quede corriendo. Hay que asegurarse que el tapón haya quedado en su lugar".

La directora del colegio unidocente y multigrado, Elba Vargas, asegura que "nos vienen a dejar 10 mil litros de agua a la semana, lo que se fracciona en 5 mil litros cada vez que viene el camión" y agrega que "es por un tema de mantener fresca el agua".

El líquido en el establecimiento pasa por un sistema de purificación, a través de la copa de agua disponible lo que la vuelve totalmente consumible para las personas.

"Durante el invierno, desde los meses de julio en adelante, hasta octubre diría, la escuela es autosuficiente con relación al tema hídrico porque tenemos un pozo que se llena durante ese tiempo y que con el paso del tiempo y el crecimiento de unos bosques exóticos que se encuentran más allá, han ido drenando su cantidad de agua", comenta Vargas.

La docente asegura que es una problemática del sector, donde las plantaciones de eucaliptos -característico por su gran consumo y absorción de agua- provocan la sequía del pozo del establecimiento.

A pesar de la buena condición por esta temporada, el arraigo por parte de los niños hacia el cuidado por el agua es durante todo el año y también se extiende al uso que le dan al recurso en sus domicilios.

"Aunque haya poca agua en el mundo, acá nunca me ha faltado. Porque hay muy poca agua dulce en el mundo, la mayoría es salada", dice la alumna Ana Negrón, quien valora cada vez que el camión llega hasta el lugar para llenar los estanques de Chacayal dos veces a la semana.

Pablo Herrera (11 años) es compañero de Ana y recalca que "acá hay que ponerle cuidado a otras cosas según lo que nos han enseñado, como cuidar que tampoco se bote la basura al suelo, porque eso también nos perjudica a la hora de querer usar el agua. El cuidado por el agua es algo que me enseñaron acá", precisa.

A pesar de estar entrando al invierno, Herrera hace mención a la temporada donde más sufre: el verano, pues "a veces se acaba el agua", cuenta. "Guardamos el agua cuando se está acabando en botellas, pero nunca he pasado sed (…) es demasiado importante el agua", cuenta el escolar, señalado por sus compañeros y profesora como uno de los más graciosos.

Cuidando el agua

Solo en Osorno el reparto de agua se hace a ocho establecimientos, los que suman una matrícula aproximada de 200 alumnos. A ellos, según establecen las bases curriculares nacionales, se les enseña el cuidado del líquido arraigado en la asignatura de Ciencias Naturales, sin embargo en la zona se les refuerza el crear consciencia dado el problema que afecta a la provincia.

En la Escuela Rural Pucoihue la única posibilidad de acceder al agua es a través de los camiones. "Nosotros no tenemos pozo en el establecimiento, dependemos del reparto que hace la Municipalidad, entonces acá en el sector de Pucoihue tampoco hay agua potable", cuenta el director del establecimiento rural del sector, Ruperto Velásquez.

En el área hay proyectos que no han obtenido la aprobación de las autoridades que faciliten la obtención del recurso: "lo estamos esperando a futuro, no sé en cuántos años más, porque a Osorno el Ministerio de Obras Públicas no nos privilegia mucho con recursos", dice el docente.

Dada la situación, el profesor asegura que a los estudiantes se les entrega una serie de consejos alusivos al cuidado de agua, pero que eso en ningún caso ha significado una restricción de consumo.

"Se cuida el agua, pero no hay restricción que vaya en desmedro del funcionamiento del establecimiento, porque felizmente nos proveen de agua. Tenemos dos estanques de 8 mil litros y nos vienen a dejar cada dos y tres veces a la semana", ratifica Velásquez, quien tiene bajo su dirección a 45 niños.

En tanto en la Escuela Rural Cancha Larga, donde estudian 88 alumnos, su directora Carmen Sotomayor asegura que "carencia de agua no hemos tenido gracias a la gestión municipal, que nos distribuye semanalmente".

Sotomayor sostiene que en el sector también hay grandes complejidades para obtener agua debido a las forestales del lugar, pero que eso no ha sido un impedimento gracias a los camiones, lo que permite que "siempre haya agua para el consumo de los niños, para la preparación de alimentos y para todo lo que se necesita".

En esa línea, la profesora afirma que por ser una escuela intercultural hay mayor enseñanza hacia los niños para que cuiden de mejor manera el recurso. "Es nuestro sello el respeto por la naturaleza, entonces desde ahí parte la educación a nuestros niños y que lo extiendan hacia sus hogares, donde también hay escasez del agua", afirma Sotomayor.

A nivel provincial

La distribución de agua no es algo que ocurra solo en la capital provincial, sino que se extiende a las otras comunas. En Río Negro la entrega se realiza día por medio a los establecimientos municipales de Pichihuilma, Putrihue y El Bolsón, además de un colegio particular.

"La cantidad de litros que se entrega de manera semanal lo calculamos en base al número de estudiantes y lo estimamos en 70 litros de consumo diario por niño", afirma Pedro Aguilar, encargado de Emergencias de Río Negro, quien afirma que los directores de los colegios tienen la libertad de llamar solicitando más agua o suspender la entrega, en caso de tener alguna actividad.

Son colegios que en algún momento tuvieron pozos, pero que por razones sanitarias ya no se pueden utilizar. En la comuna son cerca de 40 los estudiantes que se ven abastecidos de esta manera.

En la Escuela Rural Pichihuilma, que se ubica a unos 80 kilómetros del centro de Río Negro, se abastece a dos estudiantes más su profesor y director, Florentino Rodríguez.

"Tienen adquirido desde el hogar el cuidado del agua y en el aula se refuerza, se les habla de la importancia y de la trascendencia que tiene el líquido para el consumo del ser humano, animales y plantas", afirma el docente, donde su establecimiento se encuentra en la ruta habitual de los camiones de la comuna, donde además tienen un clorador para potabilizar el agua que les entregan.

Al pizarrón

El director del Departamento de Administración de Educación Municipal (Daem) de Osorno, Mauricio Gutiérrez, afirmó que se les recalca a los estudiantes el cuidado del agua, ya que el contenido está en la planificación curricular.

"Es exigido por el Ministerio de Educación que los alumnos del primer ciclo básico, de primero a cuarto (…) van conociendo los distintos estados de la naturaleza, entre ellos el agua. Finalmente en cuarto básico se trabaja una unidad que tiene que ver con el medio ambiente y su cuidado. Es ahí donde el agua cobra importancia", explica Gutiérrez.

Esa unidad alude a los cuidados y a la importancia que tiene el elemento para la supervivencia del ser humano, detalla el titular del Daem local.

Gutiérrez, quien viene de la zona norte, afirma que se ha topado con distintas cosmovisiones, pero que el cuidado del agua y de la naturaleza prima en ambas zonas del país.

"Allá tenemos a los aymaras y ellos tienen mucho respeto por la Tierra, por la Pachamama, entre eso el agua. Acá igual se trabaja por el cuidado y el respeto al medio ambiente, aunque sea desde miradas distintas", remarca el director del Daem osornino.

"Guardamos el agua cuando se está acabando en botellas, pero nunca he pasado sed (…) es demasiado importante el agua"

Pablo Herrera, Alumno en Chacayal"

"Nosotros no tenemos pozo en el establecimiento, dependemos del reparto que hace la Municipalidad"

Ruperto Velásquez, Director Escuela Pucoihue"