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Entregan pavimentado el tramo de 14 kilómetros desde Trumao a Las Trancas

CONECTIVIDAD. El adelanto vial beneficia a vecinos de Las Trancas, Huillinco, Llaquito, Mashue y lugares aledaños de la zona precordillerana.
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Un camino que resuelve en gran parte el problema de comunicación vial para los habitantes del sector de la precordillera de la costa, que abarca desde Trumao a Las Trancas en un tramo 14 kilómetros, fue entregado oficialmente al servicio de las comunidades de Las Trancas, Huillinco, Llaquito, Mashue y lugares aledaños.

La inversión en la nueva carretera supera los 3.200 millones de pesos y el adelanto favorece a cientos de familias que residen en esta área, a unos 30 kilómetros de la capital comunal, que debieron esperar poco más de un año para recibirla oficialmente.

A la ceremonia de inauguración concurrieron los vecinos beneficiados, el intendente regional Ricardo Millán, el gobernador Luis Gallardo, el alcalde Aldo Pinuer, el seremi de Obras Públicas, junto a parlamentarios de la zona .

Una de las preocupaciones, planteada por los lugareños, es el paso de los camiones forestales, que según lo manifestado, destruyen con su pesada carga las rutas de la zona.

La vía tiene algunas curvas pronunciadas y desniveles que obligan a conducir con precaución para evitar accidentes.

Considerado en el mejoramiento de caminos básicos intermedios, satisface las necesidades de los pequeños propietarios para acceder a los centros de venta de sus productos.

El intendente Ricardo Millán se refirió a la entrega de este tramo y a los compromisos suscritos con los vecinos para hacer realidad la conectividad.

El dirigente Guillermo Miranda agradeció por el apoyo que significa la entrega de este camino y la esperanza de prolongarlo hasta Huillinco y Mashue.

Instalarán estaciones de monitoreo de la calidad del aire

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Esta ciudad, que ya presenta una elevada contaminación del aire por el uso de leña húmeda como combustible, tendrá estaciones de monitoreo de la calidad de aire.

En una actividad conjunta entre el municipio y el Ministerio del Medio Ambiente, a través de la Seremía y la oficina respectiva de la municipalidad, se efectuó el primer acercamiento para lograr que se instalen estaciones que permitan conocer el nivel de partículas contaminantes, especialmente notorias en horas de la tarde y noche.

La Unión presenta además una ubicación calificada como de "encierro" por algunos vecinos, que facilita la contaminación ante la falta de vías de evacuación del aire contaminado.

Las tres estaciones de monitoreo contempladas para el inicio estarán ubicadas en recintos municipales, entre ellos sobre una de las paredes del estadio municipal Carlos Vogel y en una plazoleta.

Asimismo, se sumará el aporte de privados para controlar y tener mediciones fiables con los instrumentos adecuados, del tipo y nivel de contaminación que tiene la ciudad y que se agrava en esta época del año e incide en enfermedades respiratorias.

"Don Willi" , el garzón y barman del Club Alemán afamado por sus piscos sour

TESTIMONIO. Francisco Lineros Mansilla, de 76 años, trabajó durante 54 años en el recinto social unionino, aunque aprendió su labor en 1962 con el concesionario del Club de Artesanos.
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Ricardo Cifuentes

Es un personaje en la ciudad y todos tienen una opinión amable del popular "don Willi", que se merece el respeto ganado por la buena atención y su sonrisa siempre acogedora.

Se trata de Francisco Lineros Mansilla, de 76 años, quien llegó a esta ciudad cuando vino a dejar a un veterinario con el que trabajaba, no obstante cambió de trabajo y derivó al rubro gastronómico, primero como junior, luego como ayudante, después como garzón y finalmente trabajó de barman, actividad que ha ejercido por más de 50 años.

Casado con Candelaria Naipán Vargas y padre de 3 hijos, jubiló en 2006, no obstante, aún sirve en cada evento al cual es invitado.

Trabajó durante años con Pilar García, concesionaria por varios periodos en el Club Alemán de esta ciudad, al cual se siente ligado, porque permaneció con ellos durante casi 54 años.

"Aprendí al lado de Luis Pardo, por el año 1962, cuando él era el concesionario del Club de Artesanos y luego me recibí de barman con Enrique Ovalle, que sólo enseñaba una vez, porque era su profesión y la cuidaba; ellos me forjaron en esta actividad que aún ejerzo, porque es cierto, jubilé por mi edad, aunque sigo en lo mío", afirma don Willi.

Afecto y respeto

En sus recuerdos aparecen nombres, fechas y anécdotas con los personajes de antes, como por ejemplo el doctor Knopel, Aurelio Santa María, Ricardo Preisler, Augusto y Roberto Grob y los alumnos del Colegio Alemán que llegaban al club para consumir modestas papas fritas, tras reunir el dinero para pagarlas y se acercaban a él para solicitarlas.

"Con mucho respeto y educación todo se pedía con la palabra por favor, eso hacía que uno se sintiese importante y considerado parte de una familia", señala sonriendo.

Habla de vainas, aguas tónicas, gin con gin y otros tragos, hasta llegar al pisco sour, que lo ha hecho famoso y cuya receta es simple: limón de pica, azúcar flor, hielo y pisco a gusto.

Asegura que es parte de la historia del Club Alemán y que sus antiguos y nuevos clientes aún le solicitan los tragos que lo han hecho famoso.

Dice que en su trabajo ha recibido muchas felicitaciones y personas a veces desconocidas se acercaban en los eventos para solicitar algún trago especial, "pero sobre todo el pisco sour, que dicen tiene mi marca", confiesa.

Sobre La Unión, indica que aparecieron poblaciones en terrenos que antes eran campos, "hoy somos una ciudad que entonces no imaginamos cuando solo había tres o cuatro calles pavimentadas alrededor de la plaza".

Socorros mutuos

El recordado dirigente Alejandro Pozo González lo invitó en 1963 a integrarse en un proyecto asociativo social que llegó a tener casi mil socios, en la Sociedad de Socorros Mutuos Arturo Prat de La Unión.

"Me pareció interesante el proyecto, que incluía beneficios para todos los socios, entre otros el pago de recetas médicas hasta por 4 veces en el año, una cuota mortuoria que aliviaba el momento difícil de la familia, aparte de tener derecho al uso de la biblioteca y piano que tenía la sociedad en su sede", detalla.

Recuerda que en los días previos a navidad se hacía la pascua para los hijos de los socios, "para lo cual pagábamos una pequeña cuota y Alejandro Pozo compraba en Santiago los regalos para nuestros hijos; fue una época maravillosa donde la institución se transformó en un polo de atracción que este conocido dirigente de La Unión hizo crecer".

Y agrega que "le acompañamos en la directiva y fue una bonita experiencia, donde se conjugaba compromiso, trabajo y satisfacción al ver a los niños que eran atendidos por los socios y la directiva".

La Sociedad de Socorros Arturo Prat todavía existe, aunque no lo han contactado.

"Soy uno de los últimos directores de esa época de esplendor que todavía sigue vivo", afirma.