Hace unos días, en fallo dividido, el Tribunal Oral en lo Penal de Coyhaique dictaminó la culpabilidad de Mauricio Ortega, el único acusado por la brutal agresión que sufrió Nabila Rifo el 14 de mayo del año pasado, en un caso que ha generado profunda indignación en todo el país, por la brutalidad con que fue cometido, ya que además de golpearla le extrajo los ojos.
Al 18 de abril, en Chile se registran 14 femicidios consumados y 24 frustrados, de acuerdo con las estadísticas que lleva el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. También en la presente semana se dio a conocer que una mujer de 39 años falleció en el sector Chupallar, de Tomé, luego de que su esposo la atacara con un hacha.
Cuando en diciembre de 2010 se promulgó la ley N.º 20.480, que castiga la violencia intrafamiliar, el número de femicidios tuvo una leve disminución, pero las cifras aún son significativas, lo que revela que falta mucho para lograr un cambio cultural. Femicidio es el asesinato de una mujer realizado por quien es o ha sido su esposo o conviviente. Este delito es la forma más extrema de violencia contra las mujeres y es una muestra de que en nuestra sociedad todavía se cree que los hombres tienen derecho a controlar la libertad y la vida de las mujeres. Las penas para quienes lo cometen van desde los quince años y un día de cárcel hasta la cadena perpetua.
Son preocupantes las estadísticas que indican que las mujeres demoran en promedio siete años en denunciar la violencia. De ahí que el ministerio respectivo se coordine con otros sectores para acelerar las respuestas, capacitando a dirigentes sociales para prevenir e identificar la violencia, sensibilizando a funcionarios públicos que se relacionan con las mujeres que viven violencia para mejorar su atención y protección. La ministra Claudia Pascual ha expresado que se trabaja en distintos ámbitos para generar un estado de alerta en la ciudadanía, para que no sólo se condenen los hechos trágicos cuando ya ocurren, sino que, por sobre todo, se denuncien ataques iniciales, para poder hacer una labor preventiva.