Provincial Osorno en etapa crítica
Si el club no logra constituir la sociedad anónima en las próximas semanas, tendrá que decirle adiós al ascenso ganado en cancha.
Menos de cinco meses han pasado desde que Provincial Osorno consiguiera el ascenso a Segunda División y posterior campeonato de la Tercera A. Y en ese corto período, siguiendo el sino de muchos clubes que se baten entre el profesionalismo y el amateurismo del fútbol, le ha tocado vivir dos caras contrapuestas: la del triunfo exultante, cuando todos celebran y avizoran un futuro todavía mejor, y la de la incertidumbre, cuando no se sabe si todo lo logrado va a ser suficiente para superar las brechas históricas de la desconfianza y la falta de apoyo. Si en diciembre del año pasado la institución local vivía días felices por la conquista del sueño, hoy está sumido en un estado de sopor, producto de la mercantilización del fútbol y uno de sus productos no deseados: hinchas desarraigados a la fuerza por la hipótesis de grandes inversionistas que en realidad se interesan más por los clubes grandes que por los que representan a regiones.
Hoy por hoy, el destino de Provincial Osorno se encuentra en el limbo. A pocos días de tener que pagar la inscripción de $50 millones para ser aceptado en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) y de constiturse en sociedad anónima, no se ha concretado ni lo uno ni lo otro. En el tema de las platas, la dirigencia está a la espera de los aportes prometidos por el municipio y otras instituciones; mientras que en cuanto a la constitución jurídica, en voz de la propia presidenta, se perdió tiempo precioso en los afanes por dar vida a una corporación deportiva que lamentablemente, a pesar de todas las críticas que puedan hacerse en contra de quienes dirigen al club, no prosperó por una muy sencilla razón: la escasa respuesta de los hinchas y simpatizantes del equipo taurino.
Ninguno de los seguidores de Provincial Osorno, sobre todo aquellos que por estos días han apuntado hacia la dirigencia, deben olvidar que gran parte del éxito deportivo de los dos últimos años se explica justamente en el rol de un estrecho número de personas que comandó al club en los peores días. Más que condenar, es la hora de colaborar con hechos concretos y no sólo a través de declaraciones de buena crianza. La labor urgente es constituir la sociedad anónima con personas que estén dispuestas a seguir el camino del profesionalismo.