Vía Crucis recorre calles rahuinas con mensaje sobre la educación familiar
FERVOR. La procesión se extendió por casi dos kilómetros en la población Quinto Centenario.
Poco antes de las tres de la tarde de ayer comenzó el Vía Crucis del sector de Quinto Centenario, que partió desde la capilla Santísima Trinidad, pasando por diversas calles para ir uniendo a los vecinos a este tradicional ritual de Viernes Santo.
El Vía Crucis se celebra en todo el mundo y la ciudad no es la excepción, ya que en la totalidad de sus parroquias se llevó a cabo con la participación de los feligreses, quienes siguen por cada una de las 14 estaciones que representan los tormentos que debió pasar Jesús cargando la cruz hasta su muerte.
En el caso de Rahue, específicamente en la iglesia Nuestra Señora de Czestochowa, su párroco, el sacerdote Adán Lugowski, encabezó la caminata, donde en cada estación se daba un mensaje relacionado al sacrificio y al perdón, esta vez centrado en el rol de la familia y en la formación de los niños en medio de una sociedad llena de estímulos y riesgos a los que se exponen, como las redes sociales, por ejemplo.
Caminata
El párroco Adán Lugowski recorrió las calles del sector Quinto Centenario en compañía de más de 50 fieles, quienes con profunda devoción se iban deteniendo para rememorar el sufrimiento de Cristo a través de la oración.
Entre los feligreses se podía observar a muchos adultos mayores, que pese a lo largo del trayecto, igualmente se animaron a caminar los casi dos kilómetros que comprende el trayecto, mientras que en 14 hogares del sector, los dueños de casa esperaban en la vereda con sus mesas listas, cubiertas con manteles e imágenes sagradas, recordando cada una de las etapas y padecimientos del camino a la cruz.
En la mayoría de los mensajes, tanto el padre Lugowski como los encargados de las lecturas, llamaron a cuidar la familia, sobre todo a los niños, a "no dejarlos en abandono junto a la niñera electrónica ni a la televisión, cuyos contenidos en muchos casos faltan a los valores cristianos".
Una vez terminadas las lecturas y oraciones en cada una de las estaciones, los vecinos también se unían a la procesión que se extendió por más de dos horas.
"Todos los años desde niña mis padres me acostumbraron a participar en el Vía Crucis. Es para mi un alimento para el espíritu, refuerza mi fe y me hace reflexionar sobre lo que debió sufrir Cristo para salvarnos", declaró Magaly Núñez, una de las participantes de este recorrido, quien vino desde Puerto Montt para acompañar a su hermana adulta mayor y ayudarla en el largo trayecto.
Una vez culminadas las 14 estaciones del Vía Crucis, la caravana de personas se dirigió unos metros más allá hasta la parroquia Nuestra Señora de Czestochowa, para escuchar las lecturas bíblicas y la Pasión de Cristo, reviviendo sus últimas horas antes de morir crucificado, cuando fue juzgado y humillado por los soldados y abandonado por muchos de sus seguidores, pero con una luz de esperanza entregada por quienes siguieron fieles a su mensaje.
Catedral
A las siete de la tarde de ayer también se realizó el Vía Crucis en el interior de la Catedral San Mateo, la que fue encabezada por los párrocos Bernardo Werth y Mauricio Bello, además del diácono permanente, Manuel Bustos.
Allí, también al rededor de 50 feligreses acompañaron la procesión por los pasillos del templo, deteniéndose en cada una de las estaciones, donde también se observó una gran presencia de religiosas participando de esta tradición de Viernes Santo.
Hoy Sábado Santo se realizará en todas las parroquias de la provincia la Vigilia Pascual, celebración que conmemora la espera de la resurrección de Cristo.
"Es para mi un alimento para el espíritu, refuerza mi fe y me hace reflexionar sobre lo que debió sufrir Cristo para salvarnos".
Magaly Núñez, Feligresa"