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El renacer de Barrientos y avenida Soriano con arribo de estudiantes

CRECIMIENTO. En poco tiempo los barrios ubicados en el acceso sur han experimentado un verdadero "boom" en términos económicos, gracias a la población flotante asociada a los estudiantes y una constante inversión público-privada que ahora se potencia para favorecer a la ciudad.
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Alexander Hopkinson

Un notable crecimiento en cuanto al mejoramiento del entorno como también a las oportunidades de emprendimiento han experimentado los habitantes de los barrios que circundan la avenida René Soriano y la calle Amador Barrientos. El fenómeno comenzó hace unos cuatro años aproximadamente, gracias a una serie de inversiones públicas y privadas que le han devuelto la vida al ala sur oriente de la comuna.

El arreglo de las avenidas, el bandejón central, la llegada de nuevos negocios y, sobre todo, la apertura de la Universidad Tecnológica de Chile Inacap trajo aparejado un importante volumen de población flotante que no sólo está de paso, sino que también convive en el sector invirtiendo tiempo y dinero.

Si bien nunca fueron considerados barrios "conflictivos" o con alta presencia delictual, sí exhibían un cierto abandono o decaimiento, lo que se expresó hace unos años en el cierre de locales comerciales o venta de viviendas.

"Antiguamente, cuando no existían los supermercados grandes nos iba muy bien, pero cuando comenzaron a llegar, empezamos a decaer. Tuvimos seis años malos en los que no cerramos porque somos dueños, pero tuvimos la bendición de que llegó la universidad acá y volvimos a repuntar", cuenta Lidia Ramírez, dueña de "Linares", un minimarket de calle Amador Barrientos -contiguo a Inacap- y que tiene 35 años de historia.

Otro caso es el de Maclovia Vargas, dueña de casa que arrienda piezas a estudiantes en la esquina de avenida Soriano con 18 de Septiembre. "El barrio ha crecido con la llegada de Inacap y con los grandes supermercados que tenemos, pero falta mucho para que sigamos creciendo como debe ser, principalmente la calle", reclama, debido a la falta de pavimento en el tramo final de la misma, donde está su casa.

El presidente del Colegio de Arquitectos de Osorno, Ismael Rivera, explica que el aporte de la Universidad Tecnológica es más potente que el de las grandes tiendas, "porque atrae un flujo diferente de distintas zonas que no necesariamente es comprador como el del retail, que generalmente funciona hacia adentro. Por ejemplo los malls y supermercados no tienen ventanas hacia el exterior, ya que lo que les interesa es que la gente entre, luego se concentre en el producto, compre y se vaya".

En ese sentido, dice Rivera, si bien "estos traen un potencial a la zona en términos de flujo, no necesariamente son un aporte positivo para la parte urbana, porque es gente que entra y se va. No así en una universidad donde hay un público joven, que va cambiando durante el día, pero se mantiene ahí y tiene una relación mucho más cercana con el área".

Rodrigo Ibáñez, vicerrector de Inacap Osorno, cuenta que con la expansión de la matrícula en la zona y de la institución que mejoró sus establecimientos en todo Chile, se eligió René Soriano básicamente por sus condiciones de acceso y movilización.

"Nuestra llegada (2013) significó un cambio importante para este sector, pues le dio y le sigue dando mucho dinamismo, ya que la población flotante que tenemos no es menor, con casi 3 mil 200 alumnos, más 200 profesores y 70 administrativos, que es gente que transita durante las tres jornadas", afirma Ibáñez.

Y es que el académico, al igual que muchos vecinos, ha visto el surgimiento de nuevos locales, como también el mejoramiento del entorno.

"el mercado manda"

Para Ismael Rivera, el problema del estancamiento que vivieron estos barrios de la zona sur oriente, tiene relación con que "el pensamiento de los urbanistas es a largo plazo, no siempre va de la mano con las inversiones o la realidad económica de las ciudades. Es por eso que en definitiva el desarrollo en René Soriano ha demorado un poco y sin duda la instalación de infraestructura de proyectos ancla vienen a detonar un desarrollo importante en esta zona".

Es ahí donde el centro de educación superior, supermercados y las mejoras como hermoseamiento de las calles y jardines, se conjugan para transformarse en un aporte para la localidad. Sin embargo, esto siempre está sujeto a una serie de factores económicos y políticos.

"Lamentablemente el mercado manda en estas situaciones, a pesar de que los planificadores tratan de orientarlo dando las oportunidades de desarrollo, no siempre el particular toma en cuenta estos lineamientos, como lo podemos ver en Mackenna, que era el eje donde se encontraba la mayor cantidad de arquitectura patrimonial de la colonización y que ahora se ha transformado en parques automotrices", dice el arquitecto, apuntando que esta última arteria resucitó con la apertura de la alameda.

En esa misma línea, el colegiado advierte que "ojalá se puedan generar las oportunidades para que René Soriano no tome una condición de trastienda, de patio trasero, como pasa en la mayoría de las ciudades donde las calles de acceso terminan siendo mercado para venta de maquinarias agrícolas o autos, entre otras que en definitiva, afean la entrada de la ciudad".

Cuentas alegres

En cuanto al comercio minorista de la avenida, los locatarios coinciden en que la llegada de la casa de estudios superiores ha marcado un antes y un después en sus arcas financieras, ya que los jóvenes prefieren consumir algo que está cerca en vez de caminar hasta un supermercado, de manera que los públicos se reparten de manera equitativa entre quienes adquieren sus productos en los negocios de barrio y los vecinos que hacen las compras de la semana o el mes en las grandes tiendas.

Rocío Pérez cursa cuarto año de Ingeniería en Prevención de Riesgos en Inacap y señala que "ahora se ha ampliado harto el tema del comercio y a los negocios les ha ido mucho mejor". Su compañero, Rubén Matus, agrega que "ha mejorado mucho la locomoción, no nos demoramos tanto y lo que más hace falta son locales de comida casera", dice en relación a la proliferación de puestos de comida rápida.

Carola González, vendedora e hija del dueño de la frutería "Pedro Pablo", que lleva 20 años funcionando en Soriano, dice que hoy "este es un barrio de comercio. Todo el mundo viene aquí porque tenemos panadería, verdulería, carnicería, botillería... todo cerca. Antes este barrio era como un campamento y con los años ha cambiado mucho. Ahora estamos felices porque a todos nos está yendo bien".

Así también lo sienten en la Panadería Alemana, donde su cajera Paola Oyarzo comenta que "las ventas en general han subido en el barrio, porque los estudiantes siempre están buscando alternativas para almorzar, comer o compartir algo".

Albina Encina trabaja hace más de seis meses en el puesto de comida al paso "Big Pollo" y declara que "hay varios locales en Osorno de pollos a las brasas, pero hacia la salida no había uno, entonces la gente cuando sale de la ciudad, se detiene acá. Ahora en marzo de nuevo empezaron a venir los estudiantes".

Como una casa

Otro de los rubros que ha crecido es el de hospedaje. En ese sentido Ana Molina, oriunda de Angol, es propietaria de la hostal Puelche en un pasaje cercano a Amador Barrientos. "Para mi nunca fue complicado el negocio, tenía mala fama eso sí, decían que había gente mala en el barrio, pero nunca tuve problemas", detalla.

Aunque ahora arrienda a profesionales y extranjeros porque los estudiantes son muy bulliciosos, asevera que la llegada de Inacap le dio mayor plusvalía al sector, sobre todo a las propiedades.

"Ahora cualquier casa de acá vale sobre $50 millones, antes habían casitas que costaban $6 millones o $7 millones, porque dicen que van a transformar las calles, hacer doble vía en Amador Barrientos, que 18 de Septiembre también la van a ampliar", remarca.

Como recomendación, Ismael Rivera asegura que es necesario pensar la comuna como una casa. "El acceso y living es donde tú recibes a las visitas, por lo que tiene que estar mucho más ordenado. Así debería pensarse la ciudad", detalló.

Datos:

Comida rápida Han sido los locales que más han proliferado desde que llegaron los estudiantes al barrio.

Para todos los públicos Al principio los supermercados impactaron negativamente, ahora el comercio minorista tiene su propia clientela.

"El desarrollo en René Soriano ha demorado un poco y sin duda la instalación de infraestructura de proyectos ancla vienen a detonar un desarrollo importante en esta zona"

Ismael Rivera

Presidente Colegio de Arquitectos Osorno"

"Nuestra llegada significó un cambio importante para este sector que le da y le dio mucho más dinamismo"

Rodrigo Ibáñez

Vicerrector de Inacap"

El renacer de Barrientos y avenida Soriano con arribo de estudiantes

CRECIMIENTO. En poco tiempo los barrios ubicados en el acceso sur han experimentado un verdadero "boom" en términos económicos, gracias a la población flotante asociada a los estudiantes y una constante inversión público-privada que ahora se potencia para favorecer a la ciudad.
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Alexander Hopkinson

Un notable crecimiento en cuanto al mejoramiento del entorno como también a las oportunidades de emprendimiento han experimentado los habitantes de los barrios que circundan la avenida René Soriano y la calle Amador Barrientos. El fenómeno comenzó hace unos cuatro años aproximadamente, gracias a una serie de inversiones públicas y privadas que le han devuelto la vida al ala sur oriente de la comuna.

El arreglo de las avenidas, el bandejón central, la llegada de nuevos negocios y, sobre todo, la apertura de la Universidad Tecnológica de Chile Inacap trajo aparejado un importante volumen de población flotante que no sólo está de paso, sino que también convive en el sector invirtiendo tiempo y dinero.

Si bien nunca fueron considerados barrios "conflictivos" o con alta presencia delictual, sí exhibían un cierto abandono o decaimiento, lo que se expresó hace unos años en el cierre de locales comerciales o venta de viviendas.

"Antiguamente, cuando no existían los supermercados grandes nos iba muy bien, pero cuando comenzaron a llegar, empezamos a decaer. Tuvimos seis años malos en los que no cerramos porque somos dueños, pero tuvimos la bendición de que llegó la universidad acá y volvimos a repuntar", cuenta Lidia Ramírez, dueña de "Linares", un minimarket de calle Amador Barrientos -contiguo a Inacap- y que tiene 35 años de historia.

Otro caso es el de Maclovia Vargas, dueña de casa que arrienda piezas a estudiantes en la esquina de avenida Soriano con 18 de Septiembre. "El barrio ha crecido con la llegada de Inacap y con los grandes supermercados que tenemos, pero falta mucho para que sigamos creciendo como debe ser, principalmente la calle", reclama, debido a la falta de pavimento en el tramo final de la misma, donde está su casa.

El presidente del Colegio de Arquitectos de Osorno, Ismael Rivera, explica que el aporte de la Universidad Tecnológica es más potente que el de las grandes tiendas, "porque atrae un flujo diferente de distintas zonas que no necesariamente es comprador como el del retail, que generalmente funciona hacia adentro. Por ejemplo los malls y supermercados no tienen ventanas hacia el exterior, ya que lo que les interesa es que la gente entre, luego se concentre en el producto, compre y se vaya".

En ese sentido, dice Rivera, si bien "estos traen un potencial a la zona en términos de flujo, no necesariamente son un aporte positivo para la parte urbana, porque es gente que entra y se va. No así en una universidad donde hay un público joven, que va cambiando durante el día, pero se mantiene ahí y tiene una relación mucho más cercana con el área".

Rodrigo Ibáñez, vicerrector de Inacap Osorno, cuenta que con la expansión de la matrícula en la zona y de la institución que mejoró sus establecimientos en todo Chile, se eligió René Soriano básicamente por sus condiciones de acceso y movilización.

"Nuestra llegada (2013) significó un cambio importante para este sector, pues le dio y le sigue dando mucho dinamismo, ya que la población flotante que tenemos no es menor, con casi 3 mil 200 alumnos, más 200 profesores y 70 administrativos, que es gente que transita durante las tres jornadas", afirma Ibáñez.

Y es que el académico, al igual que muchos vecinos, ha visto el surgimiento de nuevos locales, como también el mejoramiento del entorno.

"el mercado manda"

Para Ismael Rivera, el problema del estancamiento que vivieron estos barrios de la zona sur oriente, tiene relación con que "el pensamiento de los urbanistas es a largo plazo, no siempre va de la mano con las inversiones o la realidad económica de las ciudades. Es por eso que en definitiva el desarrollo en René Soriano ha demorado un poco y sin duda la instalación de infraestructura de proyectos ancla vienen a detonar un desarrollo importante en esta zona".

Es ahí donde el centro de educación superior, supermercados y las mejoras como hermoseamiento de las calles y jardines, se conjugan para transformarse en un aporte para la localidad. Sin embargo, esto siempre está sujeto a una serie de factores económicos y políticos.

"Lamentablemente el mercado manda en estas situaciones, a pesar de que los planificadores tratan de orientarlo dando las oportunidades de desarrollo, no siempre el particular toma en cuenta estos lineamientos, como lo podemos ver en Mackenna, que era el eje donde se encontraba la mayor cantidad de arquitectura patrimonial de la colonización y que ahora se ha transformado en parques automotrices", dice el arquitecto, apuntando que esta última arteria resucitó con la apertura de la alameda.

En esa misma línea, el colegiado advierte que "ojalá se puedan generar las oportunidades para que René Soriano no tome una condición de trastienda, de patio trasero, como pasa en la mayoría de las ciudades donde las calles de acceso terminan siendo mercado para venta de maquinarias agrícolas o autos, entre otras que en definitiva, afean la entrada de la ciudad".

Cuentas alegres

En cuanto al comercio minorista de la avenida, los locatarios coinciden en que la llegada de la casa de estudios superiores ha marcado un antes y un después en sus arcas financieras, ya que los jóvenes prefieren consumir algo que está cerca en vez de caminar hasta un supermercado, de manera que los públicos se reparten de manera equitativa entre quienes adquieren sus productos en los negocios de barrio y los vecinos que hacen las compras de la semana o el mes en las grandes tiendas.

Rocío Pérez cursa cuarto año de Ingeniería en Prevención de Riesgos en Inacap y señala que "ahora se ha ampliado harto el tema del comercio y a los negocios les ha ido mucho mejor". Su compañero, Rubén Matus, agrega que "ha mejorado mucho la locomoción, no nos demoramos tanto y lo que más hace falta son locales de comida casera", dice en relación a la proliferación de puestos de comida rápida.

Carola González, vendedora e hija del dueño de la frutería "Pedro Pablo", que lleva 20 años funcionando en Soriano, dice que hoy "este es un barrio de comercio. Todo el mundo viene aquí porque tenemos panadería, verdulería, carnicería, botillería... todo cerca. Antes este barrio era como un campamento y con los años ha cambiado mucho. Ahora estamos felices porque a todos nos está yendo bien".

Así también lo sienten en la Panadería Alemana, donde su cajera Paola Oyarzo comenta que "las ventas en general han subido en el barrio, porque los estudiantes siempre están buscando alternativas para almorzar, comer o compartir algo".

Albina Encina trabaja hace más de seis meses en el puesto de comida al paso "Big Pollo" y declara que "hay varios locales en Osorno de pollos a las brasas, pero hacia la salida no había uno, entonces la gente cuando sale de la ciudad, se detiene acá. Ahora en marzo de nuevo empezaron a venir los estudiantes".

Como una casa

Otro de los rubros que ha crecido es el de hospedaje. En ese sentido Ana Molina, oriunda de Angol, es propietaria de la hostal Puelche en un pasaje cercano a Amador Barrientos. "Para mi nunca fue complicado el negocio, tenía mala fama eso sí, decían que había gente mala en el barrio, pero nunca tuve problemas", detalla.

Aunque ahora arrienda a profesionales y extranjeros porque los estudiantes son muy bulliciosos, asevera que la llegada de Inacap le dio mayor plusvalía al sector, sobre todo a las propiedades.

"Ahora cualquier casa de acá vale sobre $50 millones, antes habían casitas que costaban $6 millones o $7 millones, porque dicen que van a transformar las calles, hacer doble vía en Amador Barrientos, que 18 de Septiembre también la van a ampliar", remarca.

Como recomendación, Ismael Rivera asegura que es necesario pensar la comuna como una casa. "El acceso y living es donde tú recibes a las visitas, por lo que tiene que estar mucho más ordenado. Así debería pensarse la ciudad", detalló.

Datos:

Comida rápida Han sido los locales que más han proliferado desde que llegaron los estudiantes al barrio.

Para todos los públicos Al principio los supermercados impactaron negativamente, ahora el comercio minorista tiene su propia clientela.

"El desarrollo en René Soriano ha demorado un poco y sin duda la instalación de infraestructura de proyectos ancla vienen a detonar un desarrollo importante en esta zona"

Ismael Rivera

Presidente Colegio de Arquitectos Osorno"

"Nuestra llegada significó un cambio importante para este sector que le da y le dio mucho más dinamismo"

Rodrigo Ibáñez

Vicerrector de Inacap"