Secciones

Las proyecciones de los haitianos que llegaron a cosechar berries a Osorno

TEMPOREROS. Arribaron el mes de enero en búsqueda de una mejor calidad de vida, la que consiguieron al enfrentar una serie de sacrificios como aprender un nuevo idioma y adaptarse a un clima diferente. Pese a ello, el grupo de 120 inmigrantes quiere establecerse en Chile, incluso algunos buscan oportunidades laborales en Osorno y otros terminar sus estudios.
E-mail Compartir

Aún muchos recuerdan la mañana del jueves 5 de enero, día que marcó un antes y un después en los huertos de la empresa agrícola Santa Carmen, ya que esa jornada comenzaron a recibir al primer grupo masivo de inmigrantes haitianos destinados a labores en los huertos frutales, en el predio ubicado a 5 kilómetros de la ciudad por el sector de Barro Blanco.

Esta empresa de berries reclutó en total 120 personas provenientes de Haití, debido a la buena experiencia que habían tenido con ellos en el mismo rubro en Curacaví (zona central); esto, además, debido a lo difícil que se le ha vuelto a las empresas productoras de fruta contar con trabajadores dedicados a la cosecha durante los meses de verano.

En estos dos meses los cosecheros alojaron en la residencia Fray Escoba, en la población Maximiliano Kolbe, dependencias que fueron arrendadas por sus empleadores para que tuvieran un lugar donde vivir y desarrollarse.

El encargado del personal extranjero de la agrícola Santa Carmen, Marcelo Fernández, explicó que "nosotros buscamos un lugar con las mejores condiciones para vivir, que sea algo que tenga mucho confort para los haitianos, y como la cantidad de personal tampoco era menor, decidimos hospedarlos en Fray Escoba", sostuvo.

Detalló que llevan varios años trabajando con la Fundación Cristo Joven -de quien depende Fray Escoba- "y siempre han entregado un buen servicio. Queríamos tratar a los extranjeros tal como lo hacemos con cualquier chileno, por eso los trajimos a ese lugar", precisó Marcelo Fernández.

De Santiago al sur

Del total de haitianos que llegaron a Osorno, aproximadamente la mitad ya había tenido una colaboración con dicha empresa en la zona central a contar del mes de octubre, lo que fue evaluado positivamente por Marcelo Fernández.

El profesional agregó que "luego buscamos unos 60 más, y con eso tuvimos 120 personas. Habían chicos que tenían cinco, dos y hasta un mes de residencia en el país".

Detalló que la ley les permite tener un 15% de trabajadores extranjeros, cifra que lograron cumplir debido a la cantidad de empleados que manejan como agrícola a nivel nacional. Sin embargo, primero quisieron hacer una prueba con los 120 haitianos, para ver cómo era trabajar con ellos, experiencia que fue calificada como satisfactoria.

Cabe destacar que la edad del grupo que llegó a cumplir labores de cosecha fluctuó entre los 20 y 40 años. Del total, sólo hubo 25 haitianas.

Según explicaron los trabajadores, ellos mismos cancelaron el pasaje aéreo para llegar a Chile, dinero que aseguran lograron juntar tras muchos meses de esfuerzo.

Traductores

Una de las principales dificultades que debieron enfrentar los haitianos que llegaron a trabajar a Chile fue el idioma, pues ellos hablan creol, que recoge su base del francés junto a lenguas del África occidental.

Para superar este inconveniente en la agrícola Santa Carmen tuvieron cuatro traductores, que en definitiva eran los haitianos que más dominaban el español, los cuales traspasaban las órdenes al resto de los trabajadores.

Entre ellos, Jacob Gilsaint (33 años) es uno de los que mejor se expresa más allá de su lengua madre, debido a que ya había trabajado en la misma empresa en Curacaví, donde tuvo un desempeño destacado.

Por su lado, agrega que le gustó bastante trabajar en las faenas agrícolas y que se sintió bastante cómodo.

Relata que aprendió español en República Dominicana, país que limita con Haití, pues comparte territorio en la isla 'la Española' en Centroamérica.

"Viví desde el 2007 en República Dominicana, así que no estuve en el terremoto de Haití en el 2010. A Chile llegué en junio del 2016 y desde esa fecha no he vuelto a mi país, pero siempre hablo con mi familia que vive allá", confiesa.

País de oportunidades

Uno de los extranjeros que llegó a vivir Chile en búsqueda de una mejor calidad de vida es Dor Jean Widly (28 años), oriundo de Croix-des-Bouquets, que queda cerca de la capital haitiana, Puerto Príncipe.

Arribó a Santiago el 6 de noviembre del año pasado y hasta diciembre se quedó trabajando en un huerto de la zona central. Después se trasladó a Osorno para laborar en la temporada de verano en la agrícola Santa Carmen.

Comenta que su paso por la capital de Chile le ayudó a manejar el castellano un poco más que sus compañeros. "Hablo español desde que vivía en Haití, ya que trabajaba con los dominicanos en mi país, en una compañía que se llama 'Estrella', donde lo aprendí", detalla.

Confiesa que decidió venir al país porque tenía amigos acá, y ellos le hablaron de las bondades de Chile. Por lo mismo abandonó todo y decidió partir de cero en una nación diferente a la suya.

Otro de los haitianos que ve a Chile como el país de las oportunidades es Deristin Peeterdo, de 25 años, quien llegó a trabajar desde Puerto Príncipe a Osorno. El temporero primero estuvo un mes en Santiago con su padre, quien fue el que le aconsejó que se viniera a Chile, debido a que conocía la situación política y económica nacional, ya que reside desde el año 2014.

Eso explica por qué ya tenía un acercamiento con el idioma, el que al igual que varios, ya había aprendido algunas nociones previamente.

"Llevo seis años viviendo fuera de Haití, así que no sé lo que está pasando allá. Primero me fui a República Dominicana, donde aprendí a hablar español, pero igual hay muchas cosas que no entiendo, por eso tengo un cuaderno para ir anotando las palabra que no comprendo", explica.

Frío

Además de la barrera idiomática, los haitianos tienen que aprender a convivir con el frío que existe en Chile, sobre todo en Osorno, ciudad que tiene una temperatura mucho más baja que cualquier ciudad de Haití, donde viven en un ambiente caribeño.

Y es que la mayoría de los 120 haitianos sólo han vivido en Chile durante primavera y verano, periodo que ya han calificado como "helado".

De hecho Jacob Gilsaint encontró que desde Santiago a Osorno ya fue tremenda la diferencia de temperatura, pese a ello, confía en que pronto se acostumbrará a esta característica típica del sur.

La comida es otro elemento al cual han tenido que adaptarse, ya que las preparaciones locales no han sido de su agrado.

Al respecto, Peeterdo explica que la comida que más consumen en Haití es el arroz con habichuela (porotos), la que no es difícil de conseguir en Chile.

Evangelio

El grupo es muy creyente, por lo que practican con gran devoción la religión evangélica.

Jacob Gilsaint relató que unos 45 haitianos iban todos los domingos a rezar a una Iglesia, y luego por la alta convocatoria pidieron un lugar en Fray Escoba para hacer sus cultos en lengua creol.

Juan Maragaño fue su pastor en Chile, el que pertenece a la Iglesia Metodista Pentecostal, con quien tuvieron un desayuno de despedida hace unos días.

El pastor comenta que se vio reflejado en los haitianos, porque cuando tenía 16 años emigró a Argentina, donde vivió una realidad parecida.

Asimismo, Maragaño cuenta que al principio fue complicada la comunicación con los haitianos. "Fue un tema cómo comunicarse, pero Dios siempre está en esto. Nosotros ideamos con Jacob una manera para que comprendan el mensaje y resultó para bien de ellos y nuestro también", explicó.

Maragaño agrega que vio mucha necesidad en los haitianos, por lo que señala que "oramos con ellos desde las 9 a las 10 y después tomamos desayuno todos juntos. También tengo que decir que la gente es receptiva con ellos".

Por otro lado, el pastor cuenta que realizan una acción de gracia mes a mes, donde les colaboran con diversos alimentos, lo que ha considerado una experiencia muy bonita.

Proyecciones

A pesar del idioma, del frío y la comida, los haitianos tienen proyectado seguir viviendo en Chile, ya sea laborando o bien estudiando, además comentan que los chilenos han sido amables con ellos.

Por su parte, Fernández señala que "a ellos les gustó tanto Osorno, que algunos quieren probar suerte acá, de hecho ya están buscando arriendos y trabajo en la ciudad".

Uno de los haitianos que trabajó en el huerto Santa Carmen y que pretende quedarse es Durant Hawk, de 20 años, quien dará exámenes libres para terminar tercero y cuarto medio, quien además está con su hermano de 18 años.

"Me quedaré a estudiar en Chile, ahora voy a rendir un examen libre el 15 de marzo. Espero entrar a la universidad después de la secundaria, para estudiar Ingeniería en Informática", expresó Durant.

El joven explica que "me ha gustado Chile porque son muy amables, amistosos, cariñosos y chistosos".

Deristin Peeterdo es otro de los extranjeros que tiene proyectado quedarse en Chile, no sabe si en Osorno u otra ciudad, por lo que añade que "me han parecido súper bien los chilenos, me han tratado con mucho cariño, además son muy amistosos".

Jacob Gilsaint también quiere prolongar su estadía. Además, una vez que tenga una visa de permanencia, quiere viajar a Haití para traer a su hija de tres años, que actualmente vive con su hermana en su país, ya que su esposa murió.

El grupo se despidió hace unos días de la firma agrícola, donde culminaron las faenas, esperando encontrar las oportunidades que les han sido tan esquivas en su país.

"A ellos les gustó tanto Osorno, que algunos quieren probar suerte acá, de hecho ya están buscando arriendos y trabajo en la ciudad"

Marcelo Fernández Encargado de personal extranjero en agrícola Santa Carmen"

"Nosotros con ellos oramos desde las 9 a las 10 y después tomamos desayuno todos juntos".

Juan Maragaño, Pastor de la iglesia evangélica"

"Hablo español desde que vivía en Haití, ya que trabajaba con los dominicanos en una compañía donde lo aprendí"

Dor Jean Widly, Haitiano"

"Hay muchas cosas que no entiendo, por eso tengo un cuaderno para ir anotando las palabra que no comprendo"

Deristin Peeterdo, Haitiano"

"Espero entrar a la universidad después de la secundaria, para estudiar ingeniería en informática"

Durant Hawk, Haitiano"

El presente de Haití

La vida en el país centroamericano es precaria, una muestra de ellos es que recibe el 60% de sus ingresos a través de donaciones del resto del mundo. Respecto a esta realidad el profesor de Historia y Geografía y magister en Ciencia Política, Jorge Ulloa, explica que "Haití es un estado que no funciona, desde el punto de vista del derecho se considera como fallido. Cuando uno examina la existencia de un aparato público, se da cuenta de que éste no existe". Ulloa agrega que "lo que me sorprendió cuando estuve en Haití, es que los niños cuando van a clases los mandan impecablemente limpios y ordenados, pero cuando terminan el periodo de escuela, se nota una miseria tremenda. Además uno ve en cada ciudad del país basurales imposible, no hay quien los retire".

15 por ciento de los trabajadores podían ser extranjeros en la firma agrícola, según la legislación vigente. Ello lo cumplieron contratando los 120 haitianos en Osorno.

25 mujeres haitianas trabajaron en la agrícola Santa Carmen a nivel nacional.

2 meses trabajaron los inmigrantes en Osorno, desempeñándose en labores de recolección de berries en un predio a 5 kilómetros de la ciudad.