Correo
Acoso callejero
En la parroquia Santa Rosa, ubicada en Zenteno esquina El Alba, actualmente reemplazo a la secretaria que está de vacaciones. En eso estaba el lunes 20 de febrero cuando salí a mi horario de colación. Ya había puesto el candado de la reja y disponía a irme, cuando llegó una joven mamá a inscribir un sacramento.
Le pude haber dicho que viniera en la tarde, pero una situación me obligó a reabrir todo: venían bajando por una calle accesoria a av. Zenteno un contingente de cinco trabajadores de la empresa que actualmente realiza los cambios de semáforos por las avenidas principales de la ciudad, refiriéndose con tanta violencia y con gritos sexuales a esta joven, que me estremeció.
Por desgracia, no es la primera vez que atestiguo algo así. Y para remate, al hacerla pasar, pensaron que yo era el cura párroco por lo que los gritos, de una vereda a otra, subieron a un calibre extraordinariamente vulgar.
Entiendo que por deformación social el machismo lo tenemos muy arraigado y que claramente la empresa no puede tener el control de todo lo que dicen sus obreros repartidos por la ciudad, sin embargo, no podemos dar cabida a la intolerancia normalizando denigraciones al género femenino y además, los trabajadores son el rostro visible de una empresa. Actitudes como estas opacan el trabajo digno de aquellas personas que con esfuerzo limpio llevan el pan diario a su casa y también enloda la imagen de la empresa en la que trabajan. Por eso me pregunto, ¿qué tiene que decir la empresa por la actitud abusiva y reiterada de algunos de sus trabajadores?
Juan Carlos Claret, estudiante Derecho UCH
El humor
La rutina humorística de Juan Pablo López en el Festival de Viña, de seguro a muchos les recordó a sus primeros jefes y sus ex compañeros de trabajo, con sus buenas y las no tantas, al jefe mañoso, al "sabelotodo", al mal genio, al "ayatola" (el que hallaba todas las "cosas" malas) y a los compañeros que vendían de todo, discos, zapatos, longanizas y pescados.
Todos tuvimos nuestros propios "jefe Wilson" y compañeros como el "chico García". Un afectuoso recuerdo para "Malton" y al "Beto" Páez.
Luis Enrique Soler Milla
Festival del garabato
El éxito de los humoristas en sus actuaciones transmitidas por TV, hombres o mujeres, depende más bien de su audacia en incorporar garabatos en sus chistes, más que en la calidad humorística de sus presentaciones, las que trascienden nuestras fronteras y transmiten la actual degradación y lo ordinario de nuestro hablar.
Es cuestión de analizar estos chistes e imaginárselos carentes de garabatos: lograrían sonrisas, pero no carcajadas desorbitadas y aplausos. Pero la necesidad de mejorar audiencia en TV tolera cualquier atropello de nuestra cultura.
El permitir la transmisión tan desvergonzada de garabatos por TV lamentablemente colabora en señalarnos como un país inculto y mal educado. Ni mencionar la forma de "comernos las s y d" en nuestro hablar el español cotidiano, producto de su difusión también por TV sumada a la radio, cuyos narradores son los principales difusores de la degeneración de nuestro idioma. Se escapa la Prensa escrita de este comentario.
David Benavente
Festivaleros
Con el festival de la canción de Viña del Mar, que parece ser la guinda de la torta de los festivales a lo largo de Chile, llega a su fin el verano y con ello toda la vorágine de los festivales, ferias costumbristas, fiestas típicas, etc. que se desarrollan en el verano.
Viña es como el hermano mayor de estas festividades, que de típicas y costumbristas poco tienen. Como el Festival de la Carne y la Leche acá en Osorno pasó sin pena ni gloria, a pesar de traer a Rafael Araneda como el animador top y darle carácter nacional en la proyección del evento, sugiero que para el próximo año los organizadores contraten a Tati Penna como animadora del certamen y a las cantantes Gloria Estefan o Gloria Trevi.
Así al menos el festival pasaría con algo de Penna y un poco de Gloria para sorpresa de sus detractores.
Pedro Pablo Cortéz
Humor y FF.AA
Fea la actitud de Juan López, un tipo que se dio el lujo de desprestigiar a nuestras Fuerzas Armadas buscando denigrar la supuesta -a su juicio- falta de heroísmo y valores que reúnen nuestros soldados.
Américo Ahumada