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ENTREVISTA. Luis Alfonso Sánchez, gerente general de ProCarne:

"Nuestra invitación es a poner en valor la actividad ovina en el sur de Chile "

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Rodrigo Alarcón

Hace una semana El Austral de Osorno publicó las ventajas que ofrece la crianza de corderos como una alternativa a la ganadería de la zona que ha estado golpeada por factores como el vaivén de los precios del ganado vacuno y litro de leche.

En dicho contexto, el gerente general de ProCarne,Luis Alfonso Sánchez, detalló los beneficios del programa Iniciativa de Fomento Integrada (IFI Corderos), ligada a potenciar la profesionalización de la ganadería ovina de la zona, recordando que la empresa cuenta con el matadero Mafrisur, que es hoy el único autorizado para faenar carne de cordero en la provincia.

-¿En qué consiste el proyecto IFI?

-El proyecto ovino persigue, básicamente, encadenar de mejor forma los productores en todo el proceso de faena y de exportación, dejando abierta la posibilidad de que los productores puedan faenar en la planta, que está disponible independiente de que comercialicemos o no los productos.

-¿Con qué obstáculos se han encontrado en el proceso?

-Falta que la gente conozca que hay una planta que está en condiciones de absorver la producción que existe en la zona. Existe la creencia de que nosotros solo queremos comprar los corderos. Pero también estamos dispuestos a dar el espacio para que la gente faene sus corderos y siga sus propios canales de comercialización. Hay que tener claro que nosotros estamos tratando de hacer el proyecto en cuatro regiones, desde La Araucanía a Aysén, una zona en la que de acuerdo al último Censo había cerca de un millón 50 mil corderos, y de los cuales sólo un 10% está en el mercado formal, o sea, se faena en plantas habilitadas. Eso es preocupante: hay un 90% de los corderos que se faenan en cualquier parte bajo condiciones alejadas de inocuidad o seguridad alimentaria.

-En general los productores estiman que uno de los problemas de profesionalizar es que el rebaño promedio es de no más de 10 animales en la zona…

-A nivel nacional, teóricamente, tenemos planteles que pueden llegar a 50 animales por unidad productiva. Pero si sacamos Magallanes -que es una realidad distinta- la cantidad baja a 20. Nosotros hicimos un levantamiento de información y entrevistamos a 300 productores de la zona y encontramos que tenemos por sobre los 50 animales por plantel. Por eso es que el tema no es sólo comercial, porque los corderos se venden. El tema es que estamos con un 90% de corderos que se están faenando de manera informal, al margen de la ley.

-¿El cordero aún es visto sólo por el pequeño campesino y como un producto de subsistencia?

-Sí, hay un par de proyectos importantes en la zona. Aquí hay planteles de 5 mil u 8 mil reproductoras madres. Nosotros acá en Pichidamas tenemos 4 mil 500 vientres de los cuales importamos material genético, porque creemos que es una actividad que tiene un horizonte. Hoy el problema no es de mercado. Es de disponibilidad de ganado. Y esta es una zona en la que se dan todas las condiciones para poder trabajar a un nivel técnico importante. Entonces hay dos miradas de este proyecto: toda esta agricultura de subsistencia tienen aquí una puerta abierta para que regularicen sus procesos de faena entregándole un producto inocuo a sus clientes.

-¿Han trabajado con comunidades específicas?

-Hemos estado en conversaciones con diferentes comunidades en San Juan de la Costa, por ejemplo. Estuvimos viendo la posibilidad de que ellos, que son pequeños productores, pudieran agruparse para faenar de manera colectiva y formal sus corderos. Estuvieron súper interesados, pero topamos en un tema: que ellos no tenían el transporte idóneo que cumpla la norma para entrar a las plantas. O sea, hay otros factores que inhiben el poder hacerlo. Ahí estuvimos entrampados porque para traer 50 ó 60 corderos era un problema. Nosotros tenemos camiones para 500 corderos. Entonces, la gente cree que el problema es que no hay un matadero disponible, pero quizás el problema es tener una cámara de frío. Quizás ellos podrían perfectamente faenar los animales en una planta y después volver con esos corderos faenados y colocarlos en la cámara de frío y ahí venderlos. Eso es mucho más simple que pensar en un matadero móvil, por ejemplo.

-¿Considera los ovinos como una alternativa a la ganadería de la zona?

-¡Sin duda! Es una alternativa más. Tiene variaciones igual que el resto de los rubros. El año 2011, por ejemplo, tuvo precios espectaculares. Hoy quizás los precios intenacionales son un poco más reales. Pero ahí hay que mejorar factores técnicos. Por eso lo que este proyecto persigue es apoyar a los productores para mejorar aspectos técnicos. En el trabajo de levantamiento de información nos econtramos con cerca de 88 mil reproductoras y que comercializaban 50 mil corderos. Eso habla de una proliferación baja que indica menos de 0,4 corderos por hembra en promedio. Eso está muy lejos de los estándares productivos de nivel económico industrial.

-¿Y esa baja productividad a qué se debe?

-A que no hay soporte técnino. No hay riego de praderas, no hay fertilidad, no invierten en nada. La mayoría de estos campesinos chicos están en programas del Estado y que a veces están resolviendo otros temas. Incluso están preocupados de los temas comerciales. Entonces, en el fondo nuestra invitación no es a que comercialicen a través de Procarne. Es que se integren a la cadena porque podemos poner en valor la actividad ovina en el sur de Chile.

-¿Cuesta que ese pequeño productor ganadero comprenda ese concepto?

-Es muy complejo. No es la idea que crean que queremos ganarnos esa producción. Nosotros tenemos una visión distinta. Esa industria no es exclusiva, es abierta. Pero para eso se necesitan detalles como que lleguen en un transporte que corresponda, que los animales estén con manejo sanitario, es decir, no es un tema fácil. Para eso se necesita capacitación, que la gente se integre técnicamente al proyecto.

-¿Cada productor que se asocia al programa puede usar las instalaciones?

-Sí, hicimos un patio de alimentación con una máquina que permite meter los animales y pesarlos, separarlos, tenemos scanner para poder ver las ecografías, tenemos veterinarios trabajando. Vamos a traer expertos neocelandeces para que vengan a hablar de aspectos técnicos. Hoy día tenemos que centrarnos en el aspecto productivo, más que el comercial. ¿Nosotros qué ganamos? ¡Faenamos en nuestra planta!

-Precisamente es lo que puede preguntarse el productor: qué gana Procarne con este programa…

-Lo que nosotros queremos es ocupar la planta Mafrisur. Tenemos capacidad instalada para 200 mil corderos al año y hoy estamos faenando 35 mil. Entonces hay una capacidad instalada que es una oportunidad. Nosotros tenemos redes comerciales y vendemos carne. Si después alguien quiere integrarse a la parte comercial con nosotros no tenemos ningún problema.

-¿Y el foco del programa es el pequeño productor o el grande?

Todos. Está abierta para todos los productores.

-Por ejemplo, ¿cuánto cobran a un productor que sólo quiera faenar sus corderos en Mafrisur?

-Cerca de $7 mil por animal, que es lo que cobra cualquier planta en la zona norte. El tema es que se requiere orden. Por que esta es una planta que es exclusiva de corderos y para echar a andar una planta se necesita un volumen. Este programa lo que persigue es a ordenar ese volumen.

ENTREVISTA. Luis Alfonso Sánchez, gerente general de ProCarne:

"Nuestra invitación es a poner en valor la actividad ovina en el sur de Chile "

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Rodrigo Alarcón

Hace una semana El Austral de Osorno publicó las ventajas que ofrece la crianza de corderos como una alternativa a la ganadería de la zona que ha estado golpeada por factores como el vaivén de los precios del ganado vacuno y litro de leche.

En dicho contexto, el gerente general de ProCarne,Luis Alfonso Sánchez, detalló los beneficios del programa Iniciativa de Fomento Integrada (IFI Corderos), ligada a potenciar la profesionalización de la ganadería ovina de la zona, recordando que la empresa cuenta con el matadero Mafrisur, que es hoy el único autorizado para faenar carne de cordero en la provincia.

-¿En qué consiste el proyecto IFI?

-El proyecto ovino persigue, básicamente, encadenar de mejor forma los productores en todo el proceso de faena y de exportación, dejando abierta la posibilidad de que los productores puedan faenar en la planta, que está disponible independiente de que comercialicemos o no los productos.

-¿Con qué obstáculos se han encontrado en el proceso?

-Falta que la gente conozca que hay una planta que está en condiciones de absorver la producción que existe en la zona. Existe la creencia de que nosotros solo queremos comprar los corderos. Pero también estamos dispuestos a dar el espacio para que la gente faene sus corderos y siga sus propios canales de comercialización. Hay que tener claro que nosotros estamos tratando de hacer el proyecto en cuatro regiones, desde La Araucanía a Aysén, una zona en la que de acuerdo al último Censo había cerca de un millón 50 mil corderos, y de los cuales sólo un 10% está en el mercado formal, o sea, se faena en plantas habilitadas. Eso es preocupante: hay un 90% de los corderos que se faenan en cualquier parte bajo condiciones alejadas de inocuidad o seguridad alimentaria.

-En general los productores estiman que uno de los problemas de profesionalizar es que el rebaño promedio es de no más de 10 animales en la zona…

-A nivel nacional, teóricamente, tenemos planteles que pueden llegar a 50 animales por unidad productiva. Pero si sacamos Magallanes -que es una realidad distinta- la cantidad baja a 20. Nosotros hicimos un levantamiento de información y entrevistamos a 300 productores de la zona y encontramos que tenemos por sobre los 50 animales por plantel. Por eso es que el tema no es sólo comercial, porque los corderos se venden. El tema es que estamos con un 90% de corderos que se están faenando de manera informal, al margen de la ley.

-¿El cordero aún es visto sólo por el pequeño campesino y como un producto de subsistencia?

-Sí, hay un par de proyectos importantes en la zona. Aquí hay planteles de 5 mil u 8 mil reproductoras madres. Nosotros acá en Pichidamas tenemos 4 mil 500 vientres de los cuales importamos material genético, porque creemos que es una actividad que tiene un horizonte. Hoy el problema no es de mercado. Es de disponibilidad de ganado. Y esta es una zona en la que se dan todas las condiciones para poder trabajar a un nivel técnico importante. Entonces hay dos miradas de este proyecto: toda esta agricultura de subsistencia tienen aquí una puerta abierta para que regularicen sus procesos de faena entregándole un producto inocuo a sus clientes.

-¿Han trabajado con comunidades específicas?

-Hemos estado en conversaciones con diferentes comunidades en San Juan de la Costa, por ejemplo. Estuvimos viendo la posibilidad de que ellos, que son pequeños productores, pudieran agruparse para faenar de manera colectiva y formal sus corderos. Estuvieron súper interesados, pero topamos en un tema: que ellos no tenían el transporte idóneo que cumpla la norma para entrar a las plantas. O sea, hay otros factores que inhiben el poder hacerlo. Ahí estuvimos entrampados porque para traer 50 ó 60 corderos era un problema. Nosotros tenemos camiones para 500 corderos. Entonces, la gente cree que el problema es que no hay un matadero disponible, pero quizás el problema es tener una cámara de frío. Quizás ellos podrían perfectamente faenar los animales en una planta y después volver con esos corderos faenados y colocarlos en la cámara de frío y ahí venderlos. Eso es mucho más simple que pensar en un matadero móvil, por ejemplo.

-¿Considera los ovinos como una alternativa a la ganadería de la zona?

-¡Sin duda! Es una alternativa más. Tiene variaciones igual que el resto de los rubros. El año 2011, por ejemplo, tuvo precios espectaculares. Hoy quizás los precios intenacionales son un poco más reales. Pero ahí hay que mejorar factores técnicos. Por eso lo que este proyecto persigue es apoyar a los productores para mejorar aspectos técnicos. En el trabajo de levantamiento de información nos econtramos con cerca de 88 mil reproductoras y que comercializaban 50 mil corderos. Eso habla de una proliferación baja que indica menos de 0,4 corderos por hembra en promedio. Eso está muy lejos de los estándares productivos de nivel económico industrial.

-¿Y esa baja productividad a qué se debe?

-A que no hay soporte técnino. No hay riego de praderas, no hay fertilidad, no invierten en nada. La mayoría de estos campesinos chicos están en programas del Estado y que a veces están resolviendo otros temas. Incluso están preocupados de los temas comerciales. Entonces, en el fondo nuestra invitación no es a que comercialicen a través de Procarne. Es que se integren a la cadena porque podemos poner en valor la actividad ovina en el sur de Chile.

-¿Cuesta que ese pequeño productor ganadero comprenda ese concepto?

-Es muy complejo. No es la idea que crean que queremos ganarnos esa producción. Nosotros tenemos una visión distinta. Esa industria no es exclusiva, es abierta. Pero para eso se necesitan detalles como que lleguen en un transporte que corresponda, que los animales estén con manejo sanitario, es decir, no es un tema fácil. Para eso se necesita capacitación, que la gente se integre técnicamente al proyecto.

-¿Cada productor que se asocia al programa puede usar las instalaciones?

-Sí, hicimos un patio de alimentación con una máquina que permite meter los animales y pesarlos, separarlos, tenemos scanner para poder ver las ecografías, tenemos veterinarios trabajando. Vamos a traer expertos neocelandeces para que vengan a hablar de aspectos técnicos. Hoy día tenemos que centrarnos en el aspecto productivo, más que el comercial. ¿Nosotros qué ganamos? ¡Faenamos en nuestra planta!

-Precisamente es lo que puede preguntarse el productor: qué gana Procarne con este programa…

-Lo que nosotros queremos es ocupar la planta Mafrisur. Tenemos capacidad instalada para 200 mil corderos al año y hoy estamos faenando 35 mil. Entonces hay una capacidad instalada que es una oportunidad. Nosotros tenemos redes comerciales y vendemos carne. Si después alguien quiere integrarse a la parte comercial con nosotros no tenemos ningún problema.

-¿Y el foco del programa es el pequeño productor o el grande?

Todos. Está abierta para todos los productores.

-Por ejemplo, ¿cuánto cobran a un productor que sólo quiera faenar sus corderos en Mafrisur?

-Cerca de $7 mil por animal, que es lo que cobra cualquier planta en la zona norte. El tema es que se requiere orden. Por que esta es una planta que es exclusiva de corderos y para echar a andar una planta se necesita un volumen. Este programa lo que persigue es a ordenar ese volumen.