Valor de la libertad de prensa
"Todavía hay disposiciones restrictivas y personas que siempre están dispuestas a promover y fijar nuevas limitaciones".
Esta semana se conmemoraron los 205 años desde la publicación de la primera edición de la Aurora de Chile, el 13 de febrero de 1812, hito que dio inicio al desarrollo de la prensa escrita en nuestro país.
La fecha sirvió para reflexionar acerca del valor de la libertad de prensa en un país como Chile, que afortunadamente mantiene "luz verde" en el Índice Mundial de la Libertad de Prensa elaborado por la Organización de Reporteros Sin Fronteras y que considera el pluralismo e independencia de los medios de comunicación, además de la seguridad y el respeto al trabajo libre de los periodistas en cada país.
Una condición que, lamentablemente, nuestro país sólo comparte con pocos países del continente -principalmente Uruguay y Costa Rica- mientras que otros enfrentan una compleja situación a raíz de restricciones a la actividad, provenientes principalmente del aparato estatal o de las amenazas que representan grupos criminales organizados, como los que se dedican al narcotráfico.
Este escenario, sin embargo, existe inquietud porque -tal como lo señaló el presidente de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), Ricardo Hepp, durante la reciente conmemoración- "todavía hay disposiciones restrictivas y personas que siempre están dispuestas a promover y fijar nuevas limitaciones. De hecho, varios proyectos de ley que se tramitan actualmente en el Congreso Nacional tienen, lamentablemente, esa característica".
En ese contexto, y a la luz de ejemplos latinoamericanos que dan cuenta de serias amenazas para la libertad de expresión -donde el caso de Venezuela es uno de los más graves, con recientes detenciones de periodistas extranjeros y la suspensión de transmisiones del canal CNN en español- es necesario enfatizar la importancia que una prensa libre tiene para la solidez democrática. Por el contrario, es sintomático que gobiernos que comienzan a horadar la institucionalidad y legislación a su favor, enfrenten tarde o temprano a la prensa como uno de los "males" que se deben combatir por el bien del país.
Una condena transversal a ese tipo de acciones será, sin duda, el mejor antídoto para evitar que el derecho fundamental a la libertad de expresión se vea amenazado.