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Trabajador vive hace cuatro meses en casa parroquial tras quemarse su hogar

PICHIL. Miguel Yáñez tiene 34 años y actualmente está albergado con su sobrino de 16 años. En noviembre pasado falleció su madre y al mes siguiente su hermana.
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Sergio Silva

La frase del poeta y dramaturgo inglés William Shakespeare, "Cuando llega la desgracia, nunca viene sola, sino a batallones" constata el calvario que ha debido enfrentar el trabajador Miguel Ángel Yáñez Huaiquin (34 años) desde fines de 2016.

El hombre en menos de cuatro meses sufrió un incendio que destruyó la vivienda de su familia; posteriormente debió enfrentar la muerte de su madre en noviembre y al mes siguiente la partida de una hermana.

"Todo ha sido muy fuerte, hay veces que no dan ganas de vivir, pero me siento frente a la gruta de la virgen y me pongo a pensar y eso me ayuda", comenta este esforzado trabajador, quien desempeña labores en la empresa láctea Nestlé, donde hace cinco años se dedica a la limpieza de los camiones lecheros.

Tragedias

Miguel Yáñez, nacido y criado en Pichil, a unos 14 kilómetros de Osorno, comentó a reporteros de este medio que todo comenzó pasado el mediodía del 12 de octubre del año pasado, con el incendio que destruyó la casa donde vivía con su madre Obaldina Huaiquin Naguil (74 años), su hermana María Trinidad Yáñez (35 años) y su sobrino Álvaro Oyarzún de 16 años.

"Ese día estaba mi hermana sola en la casa, cuando el fuego comenzó en el dormitorio de mi mamá. Ese día el viento se ensañó con la casa y bomberos hizo todo lo posible por salvarla pero fue imposible (...) se perdió todo" recuerda Miguel Yáñez.

La tarde del día del siniestro, los vecinos comenzaron a organizarse en ayuda de la antigua familia de Pichil. Es más, el sacerdote a cargo de la capilla Cristo Rey de Pichil, ubicada a un costado del camino, facilitó la casa parroquial, para que vivieran mientras lograban reconstruir la vivienda.

"Estoy agradecido de todos los vecinos, del sacerdote Mauricio que nos facilitó el inmueble donde llevamos cuatro meses viviendo con mi sobrino... estamos los dos solos ahora, ya que fallecieron mi madre y mi hermana (la madre de su sobrino)", comenta Yáñez.

El hombre apoyado en uno de los pilares del santuario donde se encuentra una imagen de la virgen, no soporta más y se quiebra en la entrevista, al recordar a su madre y su hermana.

"Mi mamá podría haberse salvado, pero lamentablemente se fue debilitando con el incendio y no la pudimos sacar de ese estado, falleciendo el 4 de noviembre", recuerda.

El hombre comenta que como familia lamentaron mucho la muerte de su madre, ya que el tratamiento al que fue sometida en Valdivia por el cáncer, de haber continuado, podría haber registrado un positivo resultado.

Yáñez, junto a su hermana y su sobrino, quedaron viviendo en la casa parroquial, asumiendo los gastos de luz y agua. Sin embargo, reconoce que no estaba preparado para enfrentar una nueva muerte de un familiar.

"Cuesta creer todo lo que pasó, el incendio, la muerte de mi mamá, producto de su enfermedad, mi hermana comenzó a tener problemas cardíacos, pero no resistió una crisis y dejó de existir el 28 de diciembre en el hospital. Fue un cierre de año muy duro, tres desgracias seguidas", sostiene.

Hoy el trabajador del lavado de camiones en la empresa Nestlé, en la planta de Pichil, vive con su sobrino, quien pasa sus últimas semanas de vacaciones para luego regresar a los estudios.

"Es difícil todo esto, hay momentos en que no se puede aguantar el llanto, y hay que buscar la forma de desahogarse, busco el momento en soledad para hacerlo, cuesta. Imagínate que el otro día vi una bolsa con fotos de la familia, es increíble como el fuego las afectó mucho, se pueden ver, pero los recuerdos se vienen de inmediato, ver la familia unidad, mi madre y mi hermana que ya no están, es fuerte", relata con angustia.

Yáñez en estos cuatro meses dice que se ha convertido como el cuidador de la capilla y del terreno, expresa que cuando busca la tranquilidad se acerca a la gruta, enciende velas y comienza a meditar.

"Pasan muchas cosas por la mente, pero hay que ser fuerte, había pensado en renunciar a mi trabajo donde estoy hace cinco años, pero después recapacito, porque hay buena gente que me esta apoyando, y tendré que salir adelante, junto a mi sobrino y los demás familiares, es una tarea dura pero se que lo vamos a lograr" argumenta.

AYUDA

El trabajador es un agradecido de la comunidad de Pichil y de sus amigos choferes y empresarios lecheros que llegan a la planta, porque han sido un pilar fundamental en la ayuda social.

"Si no fuera por la solidaridad de mis vecinos y la ayuda en la pega, quién sabe qué sería de nosotros. El municipio nos entregó una mediagua que instalé en el sitio de la casa de mi hermana fallecida, así que espero dentro de poco hacer abandono de la casa parroquial, aunque el sacerdote me dice que me tome el tiempo que quiera", indica el trabajador de Pichil.

Emergencia

El incendio se registró pasado el mediodía del 12 de octubre del año pasado, llegando bomberos de Osorno y Cancura, quienes nada pudieron hacer para evitar la destrucción de la vivienda cuyas causas no lograron ser establecidas, lo que es una incertidumbre para la familia de los damnificados.

lleva viviendo Miguel Yáñez y su sobrino Álvaro Oyarzún en la casa parroquial de la capilla de Pichil 4 meses