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Sombras y brillos de Internet según Werner Herzog

El cineasta alemán disecciona la tecnología como si fuera un cadáver en "Lo and Behold", su último documental, que está disponible en Netflix.
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El prolífico Werner Herzog no vive de las glorias del pasado ("Fitzcarraldo", "Stroszek", "Cobra Verde"). Por el contrario, se ha potenciado a través de nuevos medios de consumo como Netflix, realizando documentales "televisivos" que, a pesar de todo, están impregnados de su particular forma de ver el mundo.

en "lo and behold", herzog llega a mostrar internet como una trinchera de cobardes.


en resumen

Werner Herzog, director, actor y documentalista, es el fundador del "Nuevo cine alemán". Tiene más de 50 producciones y su película Fitzcarraldo ganó el Festival de Cannes en 1982.

Por Andrés Nazarala R

"Lo and Behold: Reveries of the connected world" -recientemente estrenado en la plataforma streaming tras un recorrido que comenzó el año pasado en Sundance- es su particular mirada a Internet. Un vistazo repleto de curiosidad que es también un homenaje a los visionarios que ayudaron a concretar la red de comunicación que cambió el mundo. Da para pensar en que probablemente toda la obra de Herzog está cruzada por las hazañas de hombres adelantados a su época, personajes "más grandes que la vida" que a veces deben pagar altos precios por sus osadías.

En "Lo and Behold" hay varios de esos. Como el sociólogo, filósofo y pionero tecnológico Ted Nelson, creador del fallido proyecto Xanadu que en los 60 pretendió albergar toda la literatura de la humanidad en una sola red. Herzog no duda en llamarlo genio. Flotando en su casa-bote, Nelson le confiesa que la gente más bien lo considera un loco.

También está Leonard Kleinrock,-uno de los pioneros intelectuales de Internet-, científico que resuelve complejas ecuaciones frente a la cámara. O dos emprendedores que pretenden alcanzar la inteligencia humana: uno a través de la creación de pequeños robots que juegan fútbol; el otro fabricando automóviles que se manejan solos.

El hilo conductor de este paseo por el delirio tecnológico es, por supuesto, la cabeza de Herzog, quien va conectando realidades con sus análisis y reflexiones. No es de extrañar que, a medida que avanza esta suerte de reportaje de autor, se infiltre lo insólito o la lobreguez que ha desvelado al director alemán desde sus inicios.

Por ejemplo, tras celebrar maravillas tecnológicas, Herzog se concentra en el lado oscuro de la web. Se instala en el hogar de la familia Catsouras -quienes posan inmóviles para la cámara, como si enfrentaran un retrato- para indagar en el hecho siniestro que cambió sus vidas: la divulgación en Internet de las fotos del cadáver de Nikki, una de las hijas, quien murió en un accidente automovilístico. Si Internet es producto de mentes brillantes, ha llegado a convertirse también en una trinchera de cobardes, en el basurero de una humanidad violenta. La entrevista con el grupo familiar es deconcertante, visualmente perfecta y de una intensidad tan potente que parece ficción. Pero es pura verdad. Herzog va desplegando todas estas aristas a medida que se adentra en los submundos de la tecnología, entrevistando a hackers, excéntricos, genios olvidados. Todo "Lo and Behold" es otra muestra de extraña lucidez.

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Toru Iwatani adelantó el futuro en su paso por Chile

En resumen

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-Antes de crear videojuegos, ¿soñó con hacer otra cosa?

-Yo quería hacer sentir emociones a otros, contar historias. Además de mi pasión por los videojuegos, me interesaba la idea de hacer películas. Por diversas razones, entré a una compañía que hacía videojuegos y traspasé esa inquietud, ese sueño de ser cineasta, a los juegos. Si lo piensas, los grandes videojuegos están muy conectados a la ficción, son las historias las que atraen a la gente. La literatura y la sicología son componentes clave a la hora de crear un buen juego; una mezcla de ciencia y arte.

-Cuéntenos por qué compara el Pacman con los Beatles y hacia dónde se moverán los videojuegos.

-Me refería a que si alguien considera que la canción "Yesterday" es un standard en la música, entonces Pacman es el standard de los videojuegos. Sobre el futuro, en la Universidad Politécnica de Tokio desarrollamos un traje especial para jugar versiones rudimentarias de títulos conocidos, como Pacman. La idea es que el cuerpo funcione como soporte, de manera que se puedan utilizar brazos y pies para ofrecer salidas al personaje. Es un prototipo, pero queremos indagar en implicancias físicas de mayor nivel.

-¿Por qué le gustaría ser recordado?

-He estado pensando en una manera para colocar algo dentro Internet, algo para que la gente me recuerde en el futuro. No es un tipo de virus, pero es parecido -Iwatani comienza a dibujar puntos sobre un papel y desde los puntos traza líneas que avanzan hacia el centro-. ¿Ves? La idea es que para el año 2050 estos puntos terminen de juntarse, ahí es cuando se activarán. No es un virus, pero en el momento en que se descubra esta travesura, yo ya estaré muerto. Quizás solo sea un Pacman, aunque también puede ser otra cosa.

TORU Iwatani solo habla japonés. Dice que nunca sintió la necesidad de aprender otro idioma.

3 preguntas

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El diseñador japonés Toru Iwatani (61) es el creador de Pacman, uno de los videojuegos más populares de la historia. El año 2007 dejó la compañía Namco, donde trabajó toda su vida, para dedicarse a la docencia. En el último Congreso Futuro en Chile, su conferencia fue la que cerró la última jornada.

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