El aumento de la temperatura global se acelera y magnifica con la emisión de gases de efecto invernadero, imponiendo la necesidad de controlarlos, incentivar el desarrollo de energías renovables, proteger fuentes de agua y desarrollar medidas de protección ante el aumento de catástrofes climáticas. Ciertamente este proceso global requiere de una respuesta global, la cual compromete la cooperación internacional. La inminencia del proceso exige esfuerzos de adaptación con impacto sobre la economía en diversos sentidos.
La prioridad de protección de la vida humana deberá poner acento, entre otros, en la identificación de zonas de riesgo por fenómenos naturales, gestión del agua y en la anticipación de riesgo de nuevas enfermedades y epidemias. Asimismo, deberá priorizarse el diseño y construcción de infraestructura y equipamiento. Estas presiones significarán la necesidad de canalizar recursos a obras que permitan prevenir, anticipar y aminorar los efectos de estas situaciones nuevas en obras públicas, patrimonio natural y servicios de salud pública, como políticas de largo plazo y más allá del plazo de una administración.
Esto significará ajustes en los sistemas y equipos de cultivo y explotación, así como en la necesidad de incursionar en nuevos productos y mercados. El turismo disfrutará de períodos más prolongados de "buen tiempo" y muy probablemente acompañado de un aumento del segmento sol y playa, hasta hoy de importancia menor en la Región. El consumo de energía para calefacción tendrá una disminución y con él la demanda de la leña, que cuando no es de calidad tiene efectos severos sobre la calidad del aire.
Se puede advertir que este conjunto de cambios trae desafíos, pero también oportunidades que mientras mejor se anticipen, permitirán un mejor tránsito hacia el nuevo tiempo, contrarrestando las amenazas y aprovechando con inteligencia e innovación los beneficios esperables de algunas de ellas.
La creación de la Agencia Nacional del Cambio climático impulsada por el Gobierno es una buena noticia, que debería también extenderse a las diversas regiones, dada la diversidad de ambientes y realidades que caracterizan a nuestro país, y que exigirán medidas y adaptaciones de carácter fuertemente regional.
Adolfo Alvial Muñoz, director regional de Corfo