Todos al árbol

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Existe una rara simbiosis entre niños y árboles. Con la fascinación de sentirse más altos que los adultos, no hay niño que no haya trepado algún árbol para, por algunos minutos, imaginarse en un fuerte o en una nave espacial. Los árboles de la plaza de Armas, como se ve en la foto, también reciben a los pequeños.