"Hay que ser constante, ordenado y dar una muy buena atención al cliente"
Durante 25 años José Muñoz ha trabajo duro, ha pasado tiempos difíciles y otros mejores. Pero cuando partió con su pequeño negocio en mayo de 1992, él mismo dice que nunca imaginó que estaría entre los empresarios más reconocidos de la ciudad.
Y es que el "Dumbo", el pequeño gran local ubicado en la esquina de Diego de Almagro y Los Daphnes, en la Villa Araucanía, es actualmente un referente a la hora de salir a comprar, fundamentalmente en horarios en que el resto del comercio está cerrado.
Y ese reconocimiento ya no sólo es de sus clientes. La semana pasada el BancoEstado lo premió nada más y nada menos que como la "Mejor Pequeña Empresa de Chile 2016". Un galardón que hoy tiene a José Muñoz y a su esposa, Orlandina Muñoz, muy contentos, por el logro que han alcanzado a punta de esfuerzo y que, a modo de premio, le entregarán en los próximos días una camioneta cero kilómetro.
-¿En qué consiste el premio que obtuvo?
-Hubo 11 vehículos de premio para empresarios del área de agricultura, en pesca, ciencias. En el campo mío yo pasé de ser una micro empresa a pequeña empresa. El banco creó este año la categoría y en ella me gané el primer lugar a nivel nacional. En total fueron 36 mil empresarios que postularon. Fue el premio a la Mejor Pequeña Empresa de Chile.
-¿Cómo obtuvo este premio?
-Yo pedí un préstamos al BancoEstado para agrandar mi negocio, para innovar y el banco me lo facilitó. Yo fui pagando todos los meses como corresponde, porque hay que ser ordenado. Tengo otros servicios como la Caja Vecina también, tengo un seguro para el negocio que también lo contraté con ellos. Como soy cliente con todos esos productos, postulé. Hasta me vinieron a grabar después para preguntarme cómo me había iniciado yo en la línea de los supermercados.
-¿Qué año partió usted con el "Dumbo"?
-Hace ya 25 años, en mayo de 1992. En ese tiempo toda esta parte de Diego de Almagro era puro camino de tierra y para atrás era pura pampa.
-¿Qué fue lo más difícil cuando empezó?
-Cuando empezamos me ayudó mucho mi familia. Juntamos de a pesitos para trabajar. Porque esto ni siquiera era mío. A mí me arrendaron el local en ese tiempo. Este local era de un amigo, Omar Huala. Ese era el dueño del negocio y me lo arrendó. Esto era chiquitito. Después empecé a innovar y cambiar un poquitito, cambiar las luces, que quede más luminoso. Crédito a crédito empecé a ampliar. Me hice hasta un ascensor atrás para subir mercadería.
-¿Cuál cree que es el factor clave de éxito para un emprendedor?
-Hay que ser constante. Hay que ser ordenado. Lo otro: la buena atención. Creo que el resto está en la buena atención. Atender todos los días igual. Tener buena disposición con el cliente. Atenderlo bien y rápido. Porque la gente anda corriendo y hay que atenderla rápido. También el buen humor sano.
-Además de la Villa Araucanía y Los Aromos, a usted ya lo conocen en todo Osorno...
-Sí, porque yo me inicié antes de que lleguen los supermercados grandes. Yo ya estaba trabajando en empresas. Empecé en Nestlé, que fue mi escuela. Estuve en la Cooperativa Coopresur, estamos hablando de hace 40 años atrás.
Venta por volumen
-¿Cómo ha sido su competencia con los supermercados?
-Cuando abrió un supermercado grande por allá abajo me coloqué nervioso. Después me colocaron otro de la misma cadena al otro lado y yo quedé al medio de dos monstruos. Yo dije 'no, aquí no tengo nada que hacer'. Pero empecé a ver y buscar alternativas para competir con ellos en cuanto a precios. Comprar barato y vender rápido. Bajar un poco los márgenes. Lo que me importaba a mí era el volumen. Y me dio resultado.
-Una de las cosas más difíciles para un comerciante es ganar por volumen...
-Es que cuando uno ya se empieza a consolidar, empieza a juntar dinero de a poquito. Yo empezaba a comprar ofertas y las guardaba. De repente había fiestas y las sacaba. Lo bueno es que las grandes empresas no pueden subir y bajar a cada rato los productos porque tienen cien o doscientos trabajadores. Mientras, yo tengo uno o dos. Puedo darme el lujo de eso.
-Ahora les compite de igual a igual...
-De igual a igual. Tengo buenos precios, compro volúmenes. Si me dan a 30 días para mí mejor porque lo vendo en la semana y vuelvo a trabajar la plata. Me interesa el volumen de venta. Vender barato y que se vaya rápido. Ése es el secreto. Eso ha generado que llegue gente de todos lados. La misma Caja Vecina también me ayuda porque me trae clientes de Rahue Alto, de Ovejería, de Francke. Sus cupos en los otros locales son chicos. Yo tengo buen cupo y siempre tengo a disposición de los clientes. Ahí la gente pasa a comprar. Es igual que los cigarros. La gente pasa a comprarse un paquete de cigarros y siempre le falta algo para llevar.
-Además ya no trabaja el día de corrido. Abre a las horas que más vende solamente...
-Es que el fuerte mío es en la noche. Generalmente los supermercados cierran temprano y yo trabajo hasta más tarde y me llega más público. En Osorno mis clientes saben que atiendo tarde, que aquí van a encontrar todo lo que buscan.
-¿Le queda tiempo libre para hacer otras cosas?
-Sí. Yo en la mañana hago mis trámites. Voy al banco, compro, después me vengo. Tengo un grupo humano bueno, trabajadores buenos. Mi señora y mis hijos me aportan harto y trabajamos en equipo. Un buen equipo.
Ampliar local
-¿Se considera un empresario exitoso?
-Bueno, es producto de mi trabajo. Pienso que me falta mucho todavía. La competencia es fuerte. Hay que seguir trabajando, hay que seguir innovando, ver la posibilidad de agrandar más el local, tener más espacios para el cliente.
-¿Quiere seguir ampliando el local?
-Sí pues, por el sector. Éste es un sector privilegiado, con buenos clientes.
-¿Ha pensado abrir una sucursal en otro lugar?
-Eso lo voy a ver más adelante. Veamos cómo viene la situación. Pero sí, lo he pensado. Pero todavía no. Primero creo que tengo que agrandarme bien para cubrir este sector de acá arriba, consolidarme aquí.
"Cuando abrió un supermercado grande por allá abajo me puse nervioso. Después me colocaron otro de la misma cadena y yo quedé al medio. Yo dije 'aquí no tengo nada que hacer'". "Pienso que me falta mucho todavía. La competencia es fuerte. Hay que seguir trabajando. Hay que seguir innovando, ver la posibilidad de agrandar más el local"."
comenzó José Muñoz Apablaza a atender en su local "Dumbo", en avenida Diego de Almagro. 1992
postulantes al premio de mejor empresa compitieron con este osornino por el galardón. 36.000