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"M Train"

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los gatos y los ratones de juguete marcan el fragmento del libro "m train", de patti smith.

Por las mañanas doy de comer a los gatos, reúno mis bártulos en silencio y me abro camino a través de la Sexta Avenida hasta el café 'Ino, me siento en la mesa de la esquina y tomo café fingiendo que escribo o escribiendo de verdad, con más o menos los mismos resultados cuestionables. Evito los compromisos socialesy tomo medidas contundentes para pasar los días de fiesta sola.

En Nochebuena regalo a los gatos unos ratones de juguete con olor a hierba gatera, salgo sin rumbo a la noche vacía, y acabo cerca del hotel Chelsea, en un cine que proyecta, en un pase tardío, Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres. Compro una entrada, y con un gran vaso de café solo y una bolsa de palomitas ecológicas de la tienda de delicatessen me acomodo en un asiento del fondo. Solo un puñado de vagos y yo, agradablemente aislados del mundo, alcanzamos nuestro particular bienestar en un día festivo, sin regalos, sin Niño Jesús, sin espumillón ni muérdago, solo una sensación de completa libertad. La película pinta bien. Ya he visto la versión sueca sin subtítulos, pero no he leído los libros, de modo que ahora podré desentrañar el argumento y perderme en el lúgubre paisaje sueco.

Pasada la medianoche regresé caminando a casa. La temperatura era relativamente suave y experimenté una abrumadora sensación de calma que poco a poco se diluyó en un deseo de estar en casa, en mi cama. En la calle desierta había pocos indicios de Navidad, solo espumillón suelto entrelazado en las hojas húmedas. Les di las buenas noches a los gatos que estaban tumbados en el sofá mientras subía las escaleras hacia mi habitación y Cairo, una abisinia enana con el pelo del color de las pirámides, me siguió. Abrí una vitrina y con cuidado desenvolví un belén flamenco formado por María y José, dos bueyes y el bebé en la cuna, y lo dejé encima de la estantería. Las figuras habían adquirido una pátina dorada en los dos siglos transcurridos desde que las tallaron en hueso. Qué triste que solamente se expongan en Navidad, pensé mientras contemplaba los bueyes llena de admiración. Le deseé feliz cumpleaños al bebé, luego quité los libros y los papeles que había sobre mi cama, me cepillé los dientes, aparté la colcha y dejé que Cairo durmiera sobre mi vientre.

(Fragmento de "M Train", páginas 34-35)

Patti Smith

Editorial PRH/Lumen

277 páginas

$14.000

El error a veces es tan bello: "¿Podemos retomar esta estrofa? Lo siento, estoy tan nerviosa", dijo la artista norteamericana que cantó (y se equivocó al cantar) "A Hard Rain's a gonna Fall" en la entrega del Nobel a Bob Dylan. Allí, entre la imperfección de la perfección, se muestra cristalino el espíritu de la Smith, quien en estos días publica en Chile "M Train", sus propias memorias, una literatura con sudor de calle. La foto de portada del libro es esclarecedora: ella, sentada en la esquina de un tugurio, abrigada con un gorro de lana, apoyada su cabeza en la mano, dejando pasar por la cabeza suya siglos, palabras, decisiones. No se puede parara de leer a Patti. Un regalo perfecto.

M Train

Por Patti Smith

"En Nochebuena regalo a los gatos unos ratones de juguete con olor a hierba gatera, salgo sin rumbo a la noche vacía, y acabo cerca del hotel Chelsea".

2012

Como el ave Fénix. La crisis, la desafiliación y el renacimiento

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¿Cuál es el costo del éxito? Los chicos del "Provi" lo saben muy bien. Cuando el club literalmente desapareció a mediados de 2012 (agosto), un grupo de hinchas, jugadores y empresarios locales se unieron con un único objetivo: no permitir que la tradición y la historia deportiva del equipo bandera de la provincia se fuera para siempre.

Surgió así el nuevo "Provi": El Club Deportes Provincial Osorno. Las cosas no fueron fáciles. No pudieron jugar de inmediato en la liga nacional amateur, no contaban con los recursos, no tenían jugadores profesionales. Pero una cosa, eso sí, nunca les faltó corazón.

Hoy este nuevo Provincial Osorno comienza recién a cosechar los frutos de cuatros años de esfuerzo ininterrumpido y de creer en un proyecto por el que muchos no daban ni un peso. Osorno vuelve al fútbol profesional y se prepara para dar todas las peleas que sean necesarias en pos del anhelo de seguir ascendiendo en la escala de honor del fútbol nacional y retornar a ese grupo selecto del que nunca debió haber salido: la Primera División. Un proyecto que no será fácil, pero por algo se empieza. Y ellos ya dieron el puntapié inicial.

La historia del renacimiento del nuevo Club Deportes Provincial Osorno del año 2012, se inicia necesariamente al comienzo de ese año, cuando se creó la actual Segunda División Profesional por parte de la directiva de la ANFP, entonces dirigida por su cuestionado ex presidente, Sergio Jadue. "El Provi" fue aceptado en dicha liga y su rendimiento futbolístico bajo la dirección técnica de Nelson Mores fue bastante regular. Al terminar la primera fase del torneo el equipo finalizó en el cuarto puesto, un lugar que dejó a varios contentos de cara a la liguilla final y a un posible ascenso a Primera B.

Sin embargo, la alegría duró poco. En agosto de ese año la ANFP paralizó el torneo por las deudas de algunos clubes, entre ellos Osorno, que arrastraba pasivos con la asociación por 225 millones de pesos de su cuota de inscripción. No la pagó durante sus cinco meses de participación en el torneo y la posterior oferta de pago hecha por la directiva del club encabezada por Alejandro Kauak no fue aceptada. El 31 de agosto la ANFP dio su veredicto: el Club Deportivo y de Desarrollo Provincial Osorno quedaba desafiliado. La provincia se quedaba sin fútbol y se culpaba a dirigentes, empresarios y políticos como los principales responsables.

Pero un grupo de hinchas se organizó y rescató el legado del "Provi" en una nueva personalidad jurídica: Club Deportes Provincial Osorno, que quedó presidido por Felipe Palominos.

"Hubo mucha gente apoyando, con muchas ganas para sacar adelante algo que nadie sabía cómo iba a resultar. No había nada", cuenta la presidenta del club, Susana Albial. La dirigenta agrega que "cuando uno toca fondo, igual cuesta pararse y seguir adelante. Eran cabros jóvenes con muchas ganas de salir adelante. Así que igual se agradece la gestión de ellos. A lo mejor no hubiese pasado nada si ellos no hubiesen hecho algo".

"Deportivamente hablando creé este equipo de proyección. Entrenaba con 60 niños y jóvenes. De ahí en más fueron decantando y quedando los mejores", cuenta un orgulloso Marco Millape respecto de la obra que hoy permite nuevamente a los osorninos soñar en grande junto a su equipo.

El director técnico e histórico ex jugador del club fue el único del antiguo plantel que sin que nadie se lo pidiera contuvo a sus compañeros que junto a él quedaban sin empleador. Habló con quienes podían continuar a su lado con el objetivo de que, a pesar de que la institución como tal desapareciera, el equipo siguiera existiendo. Ángelo Lefián, Víctor Soto y Sebastián Fuentes lo apoyaron, por lo que siguieron siendo parte del proyecto que se gestaba: el nuevo Provincial Osorno.

Al mismo tiempo que los dirigentes se organizaban para rescatar el legado del club en una nueva institución legal para que éste no se perdiera con la desafiliación, Millape conformaba su "equipo de proyección": un grupo de jugadores que lograra afiatarse para conseguir un nivel competitivo.

"Quedó la base de la desafiliación, entre ellos Pablo Domínguez, Manuel Barrientos y Ángelo Lefián, sólo por nombrar a algunos. Terminamos haciendo partidos amistosos junto a equipos profesionales como Temuco, Puerto Montt, Malleco y Valdivia. Jugamos con estos jóvenes de la cantera que quedaron a la deriva", cuenta Millape.

El técnico agrega que "el 2012 yo terminé jugando como capitán y después fui vocero de la desafiliación. Me hice cargo del club sin esperar nada a cambio, sin ánimo de lucro. El buque se hundió, yo tiré los salvavidas y empecé a trabajar. No había dirigencia, no había nada. Después se fue sumando gente en el camino y fuimos constituyendo un cuerpo técnico. Ellos se acercaron a nosotros como directiva y me propusieron formar un equipo y una nueva institución. Ese año 2013 tuvimos muchos partidos amistosos en varias comunas. Fue un año de preparación, formar jugadores entrenando dos o tres veces a la semana. Había que formarlos como deportistas", remarca.


Marco Millape. El equipo de proyección

Las cosas no fueron fáciles para el recién creado Club Deportes Provincial Osorno entre fines del año 2012 y comienzos de 2013. La recién estrenada institución buscaba la manera de no desaparecer y para eso no bastaba con cambiar la razón social y la dirigencia. Había que seguir siendo un equipo de fútbol. Había que jugar.

El cuerpo directivo presidido por Felipe Palominos inició de inmediato las gestiones para poder ingresar a la Tercera B, la última división del fútbol amateur. Ese equipo que rescataba la tradición ganadera del sur del país y que había estado nueve años en Primera División parecía tocar fondo. Había llegado "por secretaría" a pedir que por favor los dejaran competir en la liga más baja en toda su historia. Y no los aceptaron.

Millape cuenta que "Felipe Palominos, quien era parte de la barra, tomó la decisión de formar una directiva. Presentó un proyecto de organización y se constituye este nuevo club el 2012 para entrar a Tercera B, a la que no nos permitieron ingresar por ser un club nuevo. La Anfa quería ver que teníamos organización, que podíamos constituir una buena directiva, tener funcionamiento deportivo, y nos dieron la opción de tener al menos un año de antigüedad para competir. Así que nos metimos a jugar a la AFO, la Asociación de Fútbol Amateur de Osorno. Salimos segundos. Perdimos la final ante Universidad de Los Lagos por penales".

Recién a fines de ese año la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (Anfa) accedió a la inscripción del nuevo Club Deportes Provincial Osorno para jugar en la Tercera B la temporada 2014. El esfuerzo de los hinchas finalmente había valido la pena: Osorno podría volver a ser competitivo a nivel nacional, aunque partiendo absolutamente de cero tanto en lo futbolístico como en lo institucional.

"Una vez que jugamos en la AFO nos dieron la opción de entrar a la Tercera B. Ya hubo recursos del municipio. Estábamos llevando dos mil personas al estadio cuando volvimos a competir y llegamos a autofinanciar esto con el público que iba al estadio. Ahí es necesario reconocer a don Jeremías Fuentes, que fue fundamental, y a la Municipalidad de Osorno, que nos empezó a ayudar con un granito de arena. El primer año fuimos protagonistas toda la temporada y quedamos fuera del cuadrangular final por un gol", recuerda el "Torito" Marco Millape.

Estos cuatro años de historia que acaba de cumplir el nuevo Club Deportes Provincial Osorno vieron coronados todos los esfuerzos de jugadores, dirigentes, auspiciadores y, por supuesto, los hinchas que creyeron a pie juntilla en el nuevo proyecto. Tras partir prácticamente desde cero, Osorno vuelve al fútbol profesional. No es la Primera División, es cierto. Pero el haber ascendido a la Segunda División con jugadores formados en casa y otros que llegaron a aportar con experiencia, es un mérito completo para el equipo y permite al hincha soñar con volver a la B y Primera A en los próximos años.

"Escuché de muchas partes en ese tiempo que íbamos a estar mucho tiempo en los potreros y nadie quería hacerse cargo de algo que estaba totalmente quebrado, que no era viable por ningún lado", recuerda el técnico Marco Millape, silenciando con resultados la inicial falta de fe de muchos.

"Este año con la directiva empezamos a trabajar con tiempo. Ya desde el 2015 proyectamos el 2016 con empresas pequeñas, pero que sumaban. La municipalidad también empezó a jugar un rol fundamental a través del alcalde (Jaime) Bertín. Él nos ayudó bastante a financiarnos. Así empezamos a crecer un poquito más, porque aumentaron bastante los costos. Dimos un muy buen espectáculo, a pesar que durante el año hubo partidos a los que llegaban 250 a 350 personas. Recién en la recta final llegó mucho más público que el resto del año. Eso nos permitió acercarnos a los números azules. Financiar un club con 350 personas en el estadio, con una recaudación de un millón de pesos cuando el puro viaje te sale un millón 200 mil pesos ya te dejaba en rojo. Hubo como dos meses en que no entró ni un peso", detalla el histórico del Provi.

¿Enseñanzas? "Ser perseverante. Fue importante tener mucha paciencia para ayudar a que la institución crezca. Con esfuerzo, con sacrificio todo se puede. Siempre uno tiene que tratar de pensar positivo con el propósito de crecer. El 2013 el aprendizaje técnico fue fundamental. Yo estaba terminando de estudiar y me sirvió para poder hacer mi práctica e ir experimentando y formando jugadores. El 2014 me sirvió para equivocarme como director técnico. Muchas veces me equivoqué y no saqué los resultados que esperaba. El 2015 sin duda que fue un año de llevar a cabo todo el aprendizaje del año anterior, de todas esas equivocaciones. Supimos mantener la calma en partidos importantes. Todo esto te lleva a un aprendizaje global: creer en el proyecto. Yo mismo aprendí a creer en mi proyecto y los jugadores creyeron en mí. Estimo que los representé muy bien y ellos me representaron muy bien a mí dentro de la cancha", concluye Millape.


Tercera B. Del rechazo de la Anfa a jugar en la AFO como preparación


Susana Albial. Se va Palominos y asume la primera presidenta del club


Los frutos del esfuerzo. Provincial Osorno logra ascender a Segunda División Profesional

La creación del nuevo club para evitar la desaparición del tradicional equipo de la provincia no estuvo exenta de traspiés institucionales. Uno de los más importantes fue la renuncia del primer presidente del refundado club, Felipe Palominos.

Aunque los motivos oficiales de su paso al costado de la directiva de la institución que sólo llevaba tres años de vida fueron personales, su salida generó ruido y cuestionamientos a la gestión.

A comienzos de mayo de 2015 la asamblea de socios dio un nuevo batatazo: eligió a una hincha histórica del club, Susana Albial, como la primera mujer en ser la presidenta de la institución.

"No pensé que iba a ser presidenta, sino que iba a quedar como secretaria o algo así. Es difícil tomar el fierro caliente cuando se está en esas instancias, cuando se está en la mitad de un campeonato avanzado. Pero se tomaba la decisión o se terminaba todo. Yo creo que pudo haber sido un tema de gestión, quizás de haber hecho un poco más", cuenta la dirigenta, quien además es madre del actual jugador de la institución, el defensor Esteban Oyarzo.

Sin embargo, Susana Albial desestima críticas a la gestión anterior de Felipe Palominos. Atribuye los cuestionamientos al extremo celo de los hinchas por la labor de los dirigentes luego de la experiencia de la desafiliación.

"La gente igual tenía que empezar a confiar. Mucha gente tenía miedo de que fuera a pasar lo mismo, de que aparezca gente que llegue para llevarse la poca plata del club. Yo creo que eso le pasó la cuenta a la directiva anterior nomás. Quizás ellos cometieron algunos errores, pero yo no voy a cuestionar tampoco si se hicieron bien o mal las cosas. También hay que decir que si esto no hubiese pasado, quizás yo tampoco estaría aquí. Fueron los que iniciaron el proceso y uno tiene que ser consecuente y dar las gracias. De lo contrario, Osorno no hubiese estado donde nos encontramos ahora".

Como sea, Albial ha demostrado la capacidad de gestión para conseguir los aportes económicos que le permitieron al club no sólo seguir funcionando, sino mostrando triunfos. El equipo subió de Tercera B a Tercera A en 2015 y la municipalidad aumentó su financiamiento para la temporada que acaba de terminar.

"Aquí tiene que haber gente que tenga capacidad de gestión para buscar las lucas. Nosotros llenamos el estadio de estáticos de pequeñas empresas que con una mínima cuota mensual lograron sumar a todos", concluye Susana Albial.

Los cinco hitos que explican el ascenso de Provincial Osorno

Tras el derrumbe del extinto Club Deportivo y de Desarrollo Provincial Osorno a mediados del año 2012, el tesón y corazón de los hinchas levantó de las cenizas una nueva institución que heredó la tradición forjada desde 1983. Desde entonces el camino de cuatro años, con altos y bajos, ha dado resultdos notables, como el actual regreso al fútbol profesional.

Ante un parque schott repleto como nunca, con casi 9 mil personas en las graderías, la comunidad festejó el ansiado retorno de los toros al fútbol profesional en el partido ante recoleta.

Rodrigo Alarcón

rodrigo.alarcon@australosorno.cl

marcelo proboste

en agosto de ese año el club adeudaba 225 millones de pesos a la ANFP. El presidente, Alejandro Kauak, se negó a aceptar las condiciones del ente y el equipo fue desafiliado.

2014

fue el primer año en que la Anfa aceptó la inscripción del nuevo Provincial Osorno en el fútbol amateur para disputar el campeonato de Tercera B.

El tribunal de los juguetes

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¿Dónde voy a guardar todos estos juguetes cuando sea grande?-me pregunté a los diez años de edad. Y decidí con afán científico anotar el paradero y las metamorfosis de todos los playmobile, legos y matchbox que tenía, en un intento desesperado de evitar que los regalos de distintas navidades me abandonaran y me obligaran a ser un adulto.

Traté con todas mis fuerzas de permanecer fiel a los juguetes, de cuidarlos, y atesorarlos. Pero si les daba la espalda un segundo se perdían por el más estúpido de los descuidos, casi parecía que mis juguetes esperaban que nos mudáramos de casa, de país, para en masa nadar muy lejos de mi pieza, irse con mis primos, o convertirse en regalo para los pobres y desaparecer de mi vida de una vez por todas.

Así mis juguetes me obligaron a traicionarlos. Prepararon con minucia su trampa, no dejándome otra posibilidad que serles infiel. Los oigo aun hoy, piezas de lego, brazos cercenados de Big Jim, cuchillos de plástico, y dinero de gran capital, reunidos en un tribunal, donde con sorna risa susurran: "Nunca fuimos tuyos, siempre fuiste nuestro. Siempre supimos que nos deseabas demasiado para que te respetáramos. Nos fuimos sin avisar. Ahora juega solo y no te quejes".

Por Rafael Gumucio

"Milagro

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Acaba de cerrarse la pesada puerta metálica llevándose a los vecinos y yo sigo aquí, con la palabra Navidad entre los labios, balbuceando la Navidad ante este umbral que clausura ahora el vacío. El ascensor, los vecinos. Este incómodo paréntesis que se repite bajando en compañía del huraño armenio y su perro blanco, o subiendo junto al rabino ortodoxo pero antisionista que aparece muy de vez en cuando con el correo acumulado bajo el brazo. La incomodidad al subir o bajar o casi chocar de frente con la vieja rusa, esa que sigue preguntándome, cinco años después, si soy nueva en el edificio y desde hace cuánto. De la maestra de Nueva Inglaterra no sé más que los conflictos matrimoniales que me confidenció una tarde camino a las lavadoras para luego fingir, dentro del ascensor, en los pasillos, que no me conoce. Tampoco la cantante japonesa que queda a cargo de nuestras plantas este diciembre sabe cómo me llamo ni qué celebro. Todos esos vecinos, toda esa mezcla de credos y ateísmo emprendiendo juntos breves viajes hacia el último piso o hacia el subterráneo, pienso con la Navidad todavía atravesada en la garganta. Toda una comunidad dispersa: acabo de constatarlo. Hace apenas unos minutos veníamos cargando bolsas que podían o no contener paquetes para poner debajo de algún árbol, que quizá llevaran dentro cajas de pasteles para acabar la gran cena del 24. Pero quizá no. Quizá yo estuviera equivocada. Guardé silencio ante el misterio de esos bultos. Aguanté el aliento y ascendimos apretados y mudos tras accionar los desvencijados botones -el 6 todavía lustroso, el 5 desgastado por el continuo roce de los dedos, el 4 ya completamente desvanecido. Aquí me bajo, pensé, con mis bolsas llenas de regalos. Pero al abandonarlos quise despedirme, y lo que surgió fue un educado aunque posiblemente equívoco deseo de felicidad. Porque mientras pronunciaba la palabra feliz los miré y advertí sus rostros distraídos, demacrados, unas caras que no hacían presagiar ninguna fiesta. O quizá sí, quizá otra fiesta que no sería navideña. Y entonces me detuve y vislumbré que aquí, en Nueva York, nadie me desea jamás una Navidad ni alegre ni desgraciada, sino más bien unas felices fiestas, unas felices vacaciones, incluso muchas, muchísimas felicidades. Navidades, nunca.

(Lina Meruane es una de las escritoras más importantes de la literatura chilena actual. Vive en Nueva York desde 2001)

la escritora chilena Lina meruane vive en EE.UU. el relato ocurre en un ascensor de Nueva york.


en Haití"

Rafael Gumucio

Random House

240 páginas

$12.000

Navidades, nunca

Por Lina Meruane

pixabay