Pascueros osorninos han salido en moto, bailando y cantado por los niños
FESTIVIDAD. Hugo Angulo (74), Ramón Alarcón (53) y Rudy Cárdenas (58) no se conocen, pero los une el hecho de encarnar por más de 10 años al "Viejito" y hacer felices a grandes y chicos.
"Esto partió con la idea de conservar el espíritu de la Navidad y es una experiencia espectacular".
Así resume el técnico en administración de empresas, Ramón Alarcón, de 53 años, la experiencia de encarnar al esperado Viejito Pascuero, el mítico personaje de la Navidad que sale por el Mundo repartiendo amor y regalos. Como él hay muchos ejemplos más de varones que asumen el rol de Santa y se disfrazan para alegrar a las familias.
En Osorno, otros dos casos son los de Hugo Angulo, de 74 años, quien trabaja actualmente como Santa Claus en el Mall Portal Osorno y Rudy Cárdenas de 58, administrativo del hospital San José , quien sale a visitar a las instituciones o familias que se lo pidan. A estos osorninos lo que los une es la satisfacción de contagiar esperanza, compañía y amor.
Historias
Según cuenta Ramón Alarcón, su historia como Viejito Pascuero surgió sin querer hace años cuando nacieron sus hijos y detalla que para mantener la ilusión y magia de la fecha, la Nochebuena hacía sonar alguna campana y se lo atribuía al "Viejito" y cuando sus hijos empezaron a crecer, se le ocurrió pedirle a algún amigo que lo llamara a la medianoche diciendo que era el Pascuero y que quería saludarlos.
"Un día mi señora me regaló un traje y empecé a encarnar al viejito en eventos familiares, luego se fue corriendo la voz y muchos más me lo solicitaban y así, he sido llamado desde la Provincial de Educación, en empresas y este año, fui a compartir con niños del Pre Kinder C del Colegio San Mateo, entre otros", cuenta.
Tanto ha sido su entusiasmo, que antes salía por las calles vestido de Viejo Pascuero en una moto (que después vendió) y cuenta que grandes y chicos alucinaban cuando lo veían. Entre las anécdotas negativas, recuerda ser perseguido por perros, además de una situación inesperada que lo hizo perder su trabajo y quiso mencionar.
"El año pasado yo trabajaba en la Municipalidad de Río Negro y se organizó la fiesta de Navidad para los hijos de funcionarios y como había vendido mi moto me conseguí una prestada, pero el alcalde al enterarse que la moto era de alguien que competía con él por la alcaldía, me despidió", sentencia, sin embargo, dijo que los motivos de alegría han sido mayores al ver los rostros de alegría de los niños.
Para Hugo Angulo, las experiencias vividas como Santa lo enorgullecen. Hoy, a sus 74 años es el rostro de la Navidad en el Mall Portal Osorno, donde recibe bajo el gran árbol a los niños que quieren conocerlo y manifestarle alguna que otra petición.
Puro amor
"Estoy feliz, este año entré a trabajar al mall Portal y es una maravilla lo que están haciendo, es una bella obra, además de atraer a la concurrencia que disfruta del espectáculo de la nieve a ciertas horas y los duendes ayudantes que bailan y me acompañan, también se beneficia a niños del Sename con la entrega de regalos", destaca Hugo, luciendo su barba blanca que es real.
Dice que la sonrisa de un niño es algo que lo llena de alegría y entre las cosas que lo han impactado, está el haberse topado con "niños que no piden nada para ellos, sino estar en casa y compartir una cena con sus padres".
Otra visita que me emocionó fue la de niños con síndrome de Down, porque estaban felices, no dejaban de abrazarme, porque esos niños están llenos de amor y eso es muy emocionante", sentencia.
Un tercer ejemplo de entrega es Rudy Cárdenas, de 58 años. Él trabaja como oficial de servicio de archivos SOME del Hospital San José y en cada Navidad se transforma en el Viejo Pascuero. Dice que hasta cantando villancicos ha participado.
"Empecé haciendo de Viejito Pascuero en la sala cuna del hospital y después muchos más me llamaban. Mi hija y mi señora me confeccionaron un traje con tela liviana para lidiar con el calor del verano", y agrega que lo hace feliz porque siempre le han gustado los niños.
Entre sus anécdotas cuenta que una vez fue a un evento a entregar regalos, la organización se equivocó y un niño recibió una muñeca, éste se acercó y le dijo "pucha que es gue... viejito", comenta y ríe.