Conseguido el acariciado anhelo de Provincial Osorno de ascender a la Segunda División del fútbol chileno, a los dirigentes, hinchas y a la propia ciudad que representa por todo el país le corresponde iniciar la tarea más importante de todas: solventar económicamente al club para que después de este éxito, con repercusiones en todo el mundo deportivo nacional, encuentre la necesaria tranquilidad financiera para ir por el siguiente peldaño, dar la pelea en la nueva categoría en que jugará y fijarse como meta el paso a la Primera B. El escenario será distinto, los rivales serán otros y los costos asociados para financiar al plantel y los viajes, claro está, serán superiores a los que ha enfrentado en esta temporada y la de 2015, de modo que allegar recursos para lo que viene asoma como la labor prioritaria para la dirigencia.

La presidenta de Provincial Osorno, Susana Albial, ya ha advertido que los gastos de 2017 prácticamente triplicarán a los de este año, pues se requerirán $350 millones para financiar al plantel, el cuerpo técnico y el pago de la inscripción en la Segunda División que creó la Asociación Nacional de Fútbol Profesional. Es una cifra que está muy distante de los presupuestos que manejan los clubes de la Primera División en el país, pero para un club como el local claramente representa una tarea de proporciones para la cual, sí o sí, se requiere del concurso del municipio (una vez que se defina la figura legal que tendrá que adoptar la institución deportiva en su nueva etapa), de los socios y, por sobre todo, de las empresas que desarrollan su labor productiva en Osorno.

En este sentido, vale la pena recordar que la ciudad y la provincia han alcanzado el justo sitial de capital de la actividad lechera y ganadera del país, con presencia en este territorio de algunas de las principales compañías nacionales. El hecho de que Provincial Osorno va a representar a la zona en el fútbol profesional es una oportunidad que merece ser analizada, tanto desde la perspectiva de cercanía con las audiencias como de una mayor vinculación con el lugar en que se encuentran.

El fútbol puede ser ahora un notable puente de acercamiento.

Conseguido el acariciado anhelo de Provincial Osorno de ascender a la Segunda División del fútbol chileno, a los dirigentes, hinchas y a la propia ciudad que representa por todo el país le corresponde iniciar la tarea más importante de todas: solventar económicamente al club para que después de este éxito, con repercusiones en todo el mundo deportivo nacional, encuentre la necesaria tranquilidad financiera para ir por el siguiente peldaño, dar la pelea en la nueva categoría en que jugará y fijarse como meta el paso a la Primera B. El escenario será distinto, los rivales serán otros y los costos asociados para financiar al plantel y los viajes, claro está, serán superiores a los que ha enfrentado en esta temporada y la de 2015, de modo que allegar recursos para lo que viene asoma como la labor prioritaria para la dirigencia.

La presidenta de Provincial Osorno, Susana Albial, ya ha advertido que los gastos de 2017 prácticamente triplicarán a los de este año, pues se requerirán $350 millones para financiar al plantel, el cuerpo técnico y el pago de la inscripción en la Segunda División que creó la Asociación Nacional de Fútbol Profesional. Es una cifra que está muy distante de los presupuestos que manejan los clubes de la Primera División en el país, pero para un club como el local claramente representa una tarea de proporciones para la cual, sí o sí, se requiere del concurso del municipio (una vez que se defina la figura legal que tendrá que adoptar la institución deportiva en su nueva etapa), de los socios y, por sobre todo, de las empresas que desarrollan su labor productiva en Osorno.

En este sentido, vale la pena recordar que la ciudad y la provincia han alcanzado el justo sitial de capital de la actividad lechera y ganadera del país, con presencia en este territorio de algunas de las principales compañías nacionales. El hecho de que Provincial Osorno va a representar a la zona en el fútbol profesional es una oportunidad que merece ser analizada, tanto desde la perspectiva de cercanía con las audiencias como de una mayor vinculación con el lugar en que se encuentran.

El fútbol puede ser ahora un notable puente de acercamiento.

Me mira desde un rincón del avión… ¿Avión? Del latín Avis, Ave. En esta civilización, desde Ícaro a Leonardo, de los hermanos Montgolfier hasta los Wright, miles de millas han remontado nuestro espacio aéreo.

Volar, el sueño del hombre; si Dios no nos dio alas, nosotros fabricamos unas. Cientos de horas, huesos rotos y fortunas hecho pebre, hasta llegar a estos preciosos pájaros ortopédicos que nos llevan en un par de horas a París, Tahití o Beijing. Así es el mamífero más inteligente de la creación; curioso, empecinado y a veces buena persona.

Sin duda, después de la rueda, el aeroplano es algo así como el "broche de oro" que nos permite llegar donde queremos en menos tiempo. Hoy, son cientos las líneas aéreas que surcan el cielo transportando con seguridad y eficiencia a miles de personas y productos (carga).

Chile no es la excepción. En 1929 se funda la "Línea Aeropostal Santiago-Arica" bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, época de gobernantes visionarios y generosos, como Barros Luco: Ferrocarriles (1913) con su columna y ramales que no sólo dio trabajo y vida a pueblos y caseríos; unió a los chilenos de norte a sur y de cordillera a mar. Y no un privilegio; una necesidad de país. (Por supuesto las inauguraciones de estaciones fantasmas estaban en pañales)…

En fin, volviendo a Lan, entonces se volaba con horizonte y altímetro y en tierra, con pala y voluntarios reparando la pista para poder despegar de alguna lejana comuna con su valiosa carga de sufridos chilenos. No piloteaban, "hacían patria". Hoy, una computarizada Lan ya no es de Chile, es de algunos empresarios que decidieron que Osorno, después de tener dos vuelos diarios, no es rentable. Economía de libre mercado, hasta ahí se explica, pero ¿qué pasa con los eternos arreglos en el aeropuerto a cuenta de todos nosotros?

¿Osorno sin aeropuerto? Difícil de creer; capaz de tener banco propio y siendo "el alimento" de Chile, ¿por qué no podría tener línea aérea propia? Se acercan elecciones, nuestras privilegiadas autoridades ya empiezan a ofrecer. ¿No sería mejor que esta vez nosotros ofrezcamos nuestro voto a quién "nos ponga otra vez en el aire"?

Vivian Arend