Comentarios y análisis de todo tipo ha provocado el recuerdo de los diez años que se cumplieron desde la consulta ciudadana de 2006, cuando la mayoría de quienes fueron a votar en la ciudad optó por mantenerse en la Región de Los Lagos y no por incorporarse a la naciente Región de Los Ríos. Uno de los aspectos más relevantes del debate ha sido la necesidad de que se cumplan de una vez por todas los compromisos hechos desde Puerto Montt para que Osorno permaneciera en esta región, y que se referían principalmente a la relocalización en esta ciudad de las reparticiones estatales que tienen relación con el mundo agrícola, como la propia Secretaría Regional Ministerial de la cartera, el Instituto de Desarrollo Agropecuario y el Servicio Agrícola y Ganadero, todos los cuales tienen, y esto ha de reconocerse, mayor relación con la provincia de Osorno que con la provincia de Llanquihue.
Consultados por este diario, los parlamentarios que representan a la zona, tanto senadores como diputados, coincidieron en el virtual "abandono" en que quedó sumido Osorno una vez que se configuraron los nuevos límites de la Región de Los Lagos, pues, a decir verdad, en la última década el Estado no ha realizado ningún gesto especial hacia una ciudad que quedó entre dos capitales regionales, pero cuya importancia productiva, de la mano de la agricultura, se ha hecho evidente no sólo en el sur, sino que en todo el país. La carne y la leche que se producen en esta zona son la mejor carta de presentación.
La fórmula para reparar esta deuda, afirman los legisladores, radica en la futura elección de los gobernadores regionales, la figura que reemplazará a los actuales intendentes, pero cuyas atribuciones aún se discuten en el Congreso (electos, pero sin facultades, serán sólo una figura decorativa). Se especula que así podrá prodigarse un mejor trato hacia la ciudad, aunque se correrá el riesgo, igual que ahora, de que el centralismo santiaguino se siga replicando desde la capital regional.
Los parlamentarios tienen que asumir esta realidad y desde ya instalar en el nivel central los compromisos incumplidos y el trato distinto que se merece Osorno después de una década de "abandono".