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Laicos se dividen en medio de ceremonia diaconal presidida por el obispo Barros

RELIGIÓN. En la cita realizada en la catedral participaron más de 300 personas, algunas de las cuales intentaron tapar los letreros levantados por miembros del Movimiento en contra del prelado.
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Verónica Salgado

El obispo Juan Barros presidió ante más de 300 personas la ceremonia de confirmación diaconal del osornino Walther González, quien durante 8 años se preparó para consagrar su vida al sacerdocio.

Sin embargo, la actividad religiosa fue interrumpida por un grupo de cerca de 20 miembros del Movimiento de Laicos, quienes con carteles solicitaron la renuncia del obispo, a quien rechazan por sus vínculos previos con el sacerdote Fernando Karadima, condenado por la justicia vaticana en 2011 por abuso de menores.

La actividad se realizó en la catedral San Mateo la tarde del pasado viernes, hasta donde llegaron familiares del joven confirmado, feligreses, jóvenes estudiantes del Seminario Mayor San Fidel de Villarrica y más de 40 sacerdotes provenientes de diferentes ciudades del sur de Chile.

Pero también asistieron los miembros del Movimiento de Lacios, que tal como anunciaron hace un mes estarán presentes en todas las ceremonias donde participe el obispo Juan Barros solicitando su salida como máxima autoridad de la Iglesia Católica de la provincia.

Este tipo de ceremonias no son habituales, ya que dependen de la vocación sacerdotal de los jóvenes de cada diócesis y que cumplan todo el proceso formativo que son 8 años en el Seminario Mayor San Fidel, que alberga a los postulantes a sacerdotes desde Temuco al sur.

La última confirmación fue realizada en agosto de 2013 cuando monseñor René Rebolledo, ex obispo de la diócesis, ungió a Felipe Fernández como diácono sacerdotal.

Carteles

Precisamente en las últimas filas de asientos de la catedral se instaló un grupo de alrededor de 20 personas, quienes al momento de los cánticos levantaron silenciosamente carteles con la palabra renuncia.

Esta situación gatilló que personas que participaban en la actividad levantaran sus manos para tapar los carteles y en señal de rechazo a la manifestación al interior de la templo católico.

Incluso, algún letrero fue destruido y se increpó verbalmente a una mujer miembro del Movimiento de Laicos, sumado a algunos roces físicos como empujones suaves.

José Manuel Rozas, creador de la Comunidad de Fieles Laicos, señaló que la masiva participación de la comunidad católica en la ceremonia da cuenta de que no existe división al interior de la Iglesia de Osorno.

"La verdad es que la comunidad de laicos mira con tristeza y amargura que aún haya personas que no entiendan qué significa ser laicos. La reacción de los asistentes sólo buscaba impedir que unos carteles apocaran una emotiva e importante ceremonia", dijo.

Señaló que no existe respeto a ningún tipo instancia de fe que la Iglesia genera y que para quienes están en contra de Juan Barros existen instancias para descargos al interior de la Iglesia o derechamente en los Tribunales de Justicia.

Por su parte, Mario Vargas, vocero del Movimiento de Laicos, considera que levantar carteles es parte de su libertad de manifestarse por considerar que el obispo Barros no es un pastor digno para Osorno.

"Esto demuestra que la Iglesia de Osorno se está cayendo a pedazos y existen personas que no lo quieren reconocer. Aquí existen dos posturas que son marcadas en la ciudad: los que apoyan a Barros o nosotros que creemos que debe renunciar por no ser un digno pastor y no llegaremos nunca a un punto medio", argumentó

Explicó que han buscado iniciativas de diálogo, lo cual no ha sido posible, incluso, detalló que enviaron una solicitud a Juan Barros para pedir una reunión, pero no han recibido respuesta.

Este medio intentó contactar al obispo Juan Barros para obtener su versión sobre el hecho, pero nuevamente prefirió no hablar del tema.

Árbitro y camionero

La confirmación comenzó a las 19 horas cuando ingresó la procesión encabezada por el obispo Juan Barros, unos 20 seminaristas que acompañaron al Walther González de 35 años hasta el altar donde se realizó la imposición de manos y la unción con el crisma, los que dan cuenta de su consagración a Dios.

El ritual católico se viene realizando desde la época de Jesucristo, tal como es detallado en la Biblia. Walther explicó que vivió con profunda emoción, paz y fe en la actividad para la cual se preparó durante años, principalmente por el significado que revierte para quien entrega su vida a la Iglesia Católica.

"Para mí es una alegría personal muy grande, ya me siento pagado por el hecho de haber visto a mi familia, a mis abuelos ya casi de 90 años, con los que me crié. También es una alegría para la diócesis y la Iglesia de Osorno, cuyos fieles repletaron la catedral ayer con una alegría y fe impresionante", argumentó emocionado el joven.

González es el mayor de cuatro hermanos, estudió en el Instituto Comercial y trabajó como vendedor en una empresa, además es árbitro profesional y camionero de hobby. También es miembro activo de la parroquia Sagrado Corazón, ubicada en calle Amador Barrientos.

"No me percaté que ingresó un grupo de hermanos a interrumpir la ceremonia con carteles, lo que me da un poco de pena, porque es una fiesta diocesana, es una alegría de tantos hermanos que con tanta fe van porque Dios en su palabra dice 'no los dejaré sin pastores', lo que se hace realidad cuando uno de nosotros se consagra", dijo González.

de la diócesis de donde es miembro el sacerdote que será consagrado debe encabezar la ceremonia. Obispo

Laicos se dividen en medio de ceremonia diaconal presidida por el obispo Barros

RELIGIÓN. En la cita realizada en la catedral participaron más de 300 personas, algunas de las cuales intentaron tapar los letreros levantados por miembros del Movimiento en contra del prelado.
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Verónica Salgado

El obispo Juan Barros presidió ante más de 300 personas la ceremonia de confirmación diaconal del osornino Walther González, quien durante 8 años se preparó para consagrar su vida al sacerdocio.

Sin embargo, la actividad religiosa fue interrumpida por un grupo de cerca de 20 miembros del Movimiento de Laicos, quienes con carteles solicitaron la renuncia del obispo, a quien rechazan por sus vínculos previos con el sacerdote Fernando Karadima, condenado por la justicia vaticana en 2011 por abuso de menores.

La actividad se realizó en la catedral San Mateo la tarde del pasado viernes, hasta donde llegaron familiares del joven confirmado, feligreses, jóvenes estudiantes del Seminario Mayor San Fidel de Villarrica y más de 40 sacerdotes provenientes de diferentes ciudades del sur de Chile.

Pero también asistieron los miembros del Movimiento de Lacios, que tal como anunciaron hace un mes estarán presentes en todas las ceremonias donde participe el obispo Juan Barros solicitando su salida como máxima autoridad de la Iglesia Católica de la provincia.

Este tipo de ceremonias no son habituales, ya que dependen de la vocación sacerdotal de los jóvenes de cada diócesis y que cumplan todo el proceso formativo que son 8 años en el Seminario Mayor San Fidel, que alberga a los postulantes a sacerdotes desde Temuco al sur.

La última confirmación fue realizada en agosto de 2013 cuando monseñor René Rebolledo, ex obispo de la diócesis, ungió a Felipe Fernández como diácono sacerdotal.

Carteles

Precisamente en las últimas filas de asientos de la catedral se instaló un grupo de alrededor de 20 personas, quienes al momento de los cánticos levantaron silenciosamente carteles con la palabra renuncia.

Esta situación gatilló que personas que participaban en la actividad levantaran sus manos para tapar los carteles y en señal de rechazo a la manifestación al interior de la templo católico.

Incluso, algún letrero fue destruido y se increpó verbalmente a una mujer miembro del Movimiento de Laicos, sumado a algunos roces físicos como empujones suaves.

José Manuel Rozas, creador de la Comunidad de Fieles Laicos, señaló que la masiva participación de la comunidad católica en la ceremonia da cuenta de que no existe división al interior de la Iglesia de Osorno.

"La verdad es que la comunidad de laicos mira con tristeza y amargura que aún haya personas que no entiendan qué significa ser laicos. La reacción de los asistentes sólo buscaba impedir que unos carteles apocaran una emotiva e importante ceremonia", dijo.

Señaló que no existe respeto a ningún tipo instancia de fe que la Iglesia genera y que para quienes están en contra de Juan Barros existen instancias para descargos al interior de la Iglesia o derechamente en los Tribunales de Justicia.

Por su parte, Mario Vargas, vocero del Movimiento de Laicos, considera que levantar carteles es parte de su libertad de manifestarse por considerar que el obispo Barros no es un pastor digno para Osorno.

"Esto demuestra que la Iglesia de Osorno se está cayendo a pedazos y existen personas que no lo quieren reconocer. Aquí existen dos posturas que son marcadas en la ciudad: los que apoyan a Barros o nosotros que creemos que debe renunciar por no ser un digno pastor y no llegaremos nunca a un punto medio", argumentó

Explicó que han buscado iniciativas de diálogo, lo cual no ha sido posible, incluso, detalló que enviaron una solicitud a Juan Barros para pedir una reunión, pero no han recibido respuesta.

Este medio intentó contactar al obispo Juan Barros para obtener su versión sobre el hecho, pero nuevamente prefirió no hablar del tema.

Árbitro y camionero

La confirmación comenzó a las 19 horas cuando ingresó la procesión encabezada por el obispo Juan Barros, unos 20 seminaristas que acompañaron al Walther González de 35 años hasta el altar donde se realizó la imposición de manos y la unción con el crisma, los que dan cuenta de su consagración a Dios.

El ritual católico se viene realizando desde la época de Jesucristo, tal como es detallado en la Biblia. Walther explicó que vivió con profunda emoción, paz y fe en la actividad para la cual se preparó durante años, principalmente por el significado que revierte para quien entrega su vida a la Iglesia Católica.

"Para mí es una alegría personal muy grande, ya me siento pagado por el hecho de haber visto a mi familia, a mis abuelos ya casi de 90 años, con los que me crié. También es una alegría para la diócesis y la Iglesia de Osorno, cuyos fieles repletaron la catedral ayer con una alegría y fe impresionante", argumentó emocionado el joven.

González es el mayor de cuatro hermanos, estudió en el Instituto Comercial y trabajó como vendedor en una empresa, además es árbitro profesional y camionero de hobby. También es miembro activo de la parroquia Sagrado Corazón, ubicada en calle Amador Barrientos.

"No me percaté que ingresó un grupo de hermanos a interrumpir la ceremonia con carteles, lo que me da un poco de pena, porque es una fiesta diocesana, es una alegría de tantos hermanos que con tanta fe van porque Dios en su palabra dice 'no los dejaré sin pastores', lo que se hace realidad cuando uno de nosotros se consagra", dijo González.

de la diócesis de donde es miembro el sacerdote que será consagrado debe encabezar la ceremonia. Obispo