Apoco días de conmemorarse el Día para la Erradicación de la Pobreza, y ad portas de las elecciones municipales, es bueno reflexionar sobre cuáles son los desafíos que existen en Osorno con respecto a la superación de la pobreza, entendiendo que es una de las comunas con mayor índice de pobreza, según la última encuesta Casen.
El problema va mucho más allá del ingreso e incluso de una casa donde vivir, los desafíos de la pobreza tienen que ver con aumento del costo de vida, con precarización del empleo, la baja calidad de educación, desregulación del mercado de suelos, etc. La falta de derechos sociales asegurados y la exclusión de las oportunidades de desarrollo e incluso programas sociales que el Estado ofrece, acentuado por la invisibilización de estos sectores en las cifras nacionales y la baja preocupación del Estado por generar respuestas expeditas que reviertan esta situación, hacen de los campamentos una urgencia por la que trabajar a nivel local.
Bajo este contexto, durante varias semanas, dirigentas y líderes de campamentos que componen la Mesa Territorial de Osorno se reunieron y levantaron una propuesta para los candidatos a alcalde, para terminar con los campamentos en la ciudad. Esta propuesta busca que el municipio tenga un rol activo como articulador a nivel territorial de la promoción de los derechos sociales de las familias de los campamentos, siendo las y los alcaldes los encargados de encabezar esta acción, coordinada entre los órganos municipales y los servicios del Estado, teniendo como un actor importante dentro de todo el proceso a las mismas comunidades y sus organizaciones.
Con propuesta en mano, invitamos a todos los candidatos a alcalde para que pudieran acoger esta propuesta y sirva de insumo en la futura gestión, pero lamentablemente sólo uno de ellos se sentó a escuchar y discutir la propuesta en conjunto con los dirigentes.
Es urgente y por sobre todo una obligación del gobierno local y quien lo lidere, cambiar la mirada asistencialista y clientelista hacia los dirigentes y vecinos, dejar de verlos como meros receptores de "ayudas de invierno", y valorar su orgánica interna.
Son familias que están pensando en cómo construir una ciudad más integradora e inclusiva, que pueden aportar con todo su conocimiento y desde el territorio a la construcción de políticas públicas locales que permitan superar la situación de pobreza que vive la comuna.
Giovanna Moreira Almonacid, directora regional de Techo-Chile