Rodrigo Alarcón
Diversas denuncias generó en la comunidad costera de Pucatrihue la reciente intervención del humedal que existe en la ribera sur del río Choroy Traiguén por parte de miembros de la comunidad indígena Purretrún-Pucatrihue.
Desde hace meses los vecinos del sector veían cómo se comenzó a acumular toneladas de tierra en una faja de cerca de 20 metros entre una calle del sector y la ribera del río, atravesando una parte del humedal que forma un remanso del río en ese sector y que cobija una amplia variedad de avifauna.
Junto a ese supuesto camino se excavó una zanja que hoy sirve como una especie de canal por el que fácilmente puede entrar un bote desde el río y cuya tierra fue echada a un costado, precisamente sobre el humedal.
Vecinos
Miryam (quien no quiso dar su apellido) es vecina del sector y lamenta la forma en que se llevó a cabo la obra, aunque no cree que haya sido el objetivo provocar el daño que se hizo a la ribera.
"La gente no tiene conciencia para hacer las cosas yo creo. Llegaron y tiraron tierra así nomás sobre el lado del río. No fue bueno lo que hicieron. Yo no creo que hayan querido hacer daño, la verdad. Pero por querer hacer algún adelanto, no se fijan en las consecuencias de eso sobre el río. Llegan y lo hacen; y causan un tremendo daño que después no se puede recuperar", expresó la residente.
Al recorrer el sector sur del río Choroy Traiguén, siguiendo el camino que lo bordea desde antes de ingresar al puente mecano, se puede hallar una población de varias casa de residentes en la zona. En el área se mezclan casas de vecinos que viven allí, casas de veraneo de personas que van los fines de semana y, la mayor parte, viviendas de los miembros de la comunidad Purretrún.
Luego de una curva se llega al final de la calle, donde se ubica un aserradero que sirve actualmente a la comunidad. A un costado del mismo se puede ver un corte prácticamente vertical que se hizo del cerro aledaño, para dejar terreno plano sobre el que actualmente se construyen viviendas e instalaciones.
Junto a ello se pueden ver los trabajos de construcción de la misma calle hacia el interior bordeando el río por los terrenos que pertenecen a dicha comunidad, la que actualmente componen 87 comuneros formalmente inscritos, más sus hijos y otros familiares.
Denuncia
Consultados sobre la problemática que les atribuyen en torno a los trabajos en el humedal Choroy Traiguén, los dirigentes de la comunidad Purretrún-Pucatrihue prefirieron no referirse públicamente al tema.
Fuera de micrófono comentaron que no tenían un proyecto en particular para acceder a través al río a través de la construcción y que lo único que hicieron fue depositar temporalmente la gran cantidad de tierra sobre el humedal a falta de otro lugar, sin pensar en las consecuencias que acarreó el hecho.
Ello, porque en vista de las denuncias que hicieron varios vecinos del área, el caso llegó a la Municipalidad de San Juan de la Costa, la que ofició a la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) para que fiscalice.
Según detalló Robinson Díaz, inspector técnico de la DOH, "fuimos al terreno y efectivamente había una suerte de camino que trata de avanzar hacia el río. No sé cuál será la idea de eso, aparentemente con algún uso de tipo forestal. Lo informamos a la Dirección General de Aguas (DGA) porque son ellos quienes velan por las denuncias de aguas en estos casos. La DGA abrió un expediente y lo enviaron al tribunal. Antes de que nosotros lo denunciáramos a la DGA, la Dirección de Obras Municipales también envió un expediente al tribunal", precisó.
El caso ahora lo ve el Juzgado de Policía Local de San Juan de la Costa, donde han tenido que ir a declarar los comuneros implicados en la supuesta infracción, ya que tal como ellos mismo refirieron, no contaban con ningún permiso de intervención en el río ni con algún proyecto que, para intervenir dicha zona aledaña a un río, debe ser inspeccionada por el organismo técnico competente, que es precisamente la Dirección General de Aguas y la de Obras Hidráulicas.
Dichos organismos ordenaron el retiro de la tierra desde la ribera del río, lo que fue ejecutado hace un par de semanas.
Aunque dicho sector actualmente no está catalogado como un área silvestre protegida, el impacto sobre la flora y fauna del sector es evidente. Consultado sobre el caso el seremi de Medio Ambiente, Jorge Pasminio, dijo que "lo importante es que toda denuncia, cuando ocurra alguna afectación y no se sabe cuál es la responsabilidad sectorial de algún servicio público, nosotros sugerimos como Ministerio de Medio Ambiente hacernos llegar la denuncia directamente a nosotros para que la revisemos y ver las competencias que puedan ocurrir".
Sobre las voces que ya vienen planteando la posibilidad de declarar dicha zona como un aérea silvestre protegida, Pasminio dijo que "eso es proceso que tiene que hacerse mediante los estudios correspondientes. Un santuario de la naturaleza lo aprueba el comité de ministros de la sustentabilidad. Por lo tanto, cuando se quiere ingresar un proyecto de esa categoría lo hace con información correspondiente, hay estudios asociados de la biodiversidad, de la flora y fauna que pueda haber en el sector y se abre una postulación. Es un proceso largo que puede durar de cuatro a cinco años por lo menos".