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Purranque le rinde un último adiós al reconocido yerbatero Temístocles Licandeo

FUNERAL. A los 76 años falleció quien durante más de tres décadas se dedicó a la medicina naturista, a base de hierbas del campo. Por lo mismo, llegaron a despedirlos desde familiares hasta pacientes, los mismos que llegaban a verlo de todo el país.
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Leonardo Yevenes

A eso de las 11.30 horas de ayer y en el Cementerio General de Purranque, fue despedidos el cuerpo de Temístocles Licandeo, el conocido yerbatero rionegrino de 76 años de edad que durante más de tres décadas recetó remedios, aguas y todo tipo de hierbas para calmar dolores y sanar enfermedades de pacientes venidos de todo Chile, de países cercanos, Europa y hasta Oceanía.

Producto de un cáncer que lo afectó durante los últimos meses, este hombre que en su juventud estudió en el Liceo Industrial de Osorno, atendía en su clínica naturista ubicada en el sector Los Copihues, cercano a Casma (comuna de Frutillar).

Ayer fue despedido en Purranque por más de 200 personas que lo acompañaron tanto en el velatorio que se llevó a cabo en la capilla católica San Vicente de Paul, como en su lugar de descanso.

En el lugar, amigos, familiares y hasta quienes alguna vez fueron sus pacientes, describieron el gran don que Temístocles Licandeo poseía para detectar enfermedades y sanarlas, convirtiéndose así en un verdadero icono de la medicina complementaria.

Víctor Aguilera Licandeo, nieto del reconocido yerbatero describió a su abuelo como una persona que "atendió a mucha gente, incluso a figuras políticas reconocidas. En los últimos meses, eso sí, se había visto afligido por un cáncer que terminó por ganarle. Aún así, hasta los últimos días mi abuelo atendió a la gente que venía a verlo. Era una persona que tenía muchos dones relacionados con la sanación".

Entre las curiosidades de su historia como yerbatero, Temístocles se dio cuenta que sanar era lo que tenía que hacer en la vida, cuando por esas casualidades, a los 38 años acompañó a un pariente enfermo y vio cómo el naturista Erno Paredes Uribe lo sanó.

Conocidos y pacientes

Por más de 30 años, Jaime Ramírez trabajó junto a Temístocles preparando las hierbas que le recetaban a los pacientes, una especie de "mano derecha".

En sus años de trabajo junto al yerbatero de Riachuelo, Ramírez explica que era usual que personas de todos los puntos del país llegaran hasta su clínica en busca de ayuda.

"Del norte, el sur, Argentina, de todas partes venían a visitarlo. La gente seguía llegando porque sus pacientes se mejoraban y la gente veía los resultados. La fama que tenía era sólo a través del boca a boca, ya que él nunca puso una sola publicidad en su vida", explica.

Finalmente Ramírez agrega que el riachuelino, a pesar de estar enfermo, sólo dejó de trabajar unas semanas antes de su deceso.

Claudio Landaeta era otro de sus amigos y conocía muy bien el trabajo del oriundo de Riachuelo. "Era una persona muy modesta, en el sentido de las cualidades que poseía, porque si él hablaba de las cualidades que tenía, nadie le iba a creer".

Según Landaeta, el naturista tenía un don para visualizar inmediatamente a lo que venía el paciente y qué es lo que estaba necesitando para sanarse, lo que lo convirtió en una persona reconocida en muchos lugares.

Por otro lado, Ana Peña, quien fue alguna vez paciente del naturista, lo recuerda como un naturista que las veces en que fue a visitarlo, pudo solucionarle sus dolencias, calificándolo como una persona que podía detectar rápidamente las enfermedades.

En una conversación con El Austral de Osorno el año 2011, Licandeo reconoció que antes de dedicarse a la sanación por medio de hierbas, veía a mucha gente enferma y él trataba de ayudarles por medio de las hierbas.

Finalmente, este hecho lo llevó a trabajar en el tema a tiempo completo.