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Agricultores se preparan ante desafíos que exige el nuevo escenario climático

SEQUÍA. Productores asumen que descenso en las precipitaciones llegó para quedarse y que invertir en sistemas de riego será indispensables en el futuro. También habrá nuevos cultivos.
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Rodrigo Alarcón

Acaba de terminar uno de los inviernos más secos de los últimos años, que significó graves perjuicios para los agricultores de la zona sur. Un fenómeno que, dicen, llegó para quedarse a pesar de que las lluvias de las últimas semanas lograron aminorar en algo el crítico déficit hídrico que afecta a varias comunas de la provincia de Osorno.

La situación ha obligado a los empresarios agrícolas de la zona a reinventarse y lograr convivir y sacarle el mayor provecho posible a las nuevas condiciones climáticas que se han ido presentando en los últimos años y que amenazan con poco a poco continuar acentuándose en la Región de Los Lagos.

De hecho, según plantea el meteorólogo previsionista de la oficina meteorológica de El Tepual, en Puerto Montt, Nelson Varas, "si uno mira la climatología en los últimos años en la zona sur, si uno va sacando los promedios, éstos se calculan en base a los datos de treinta años. Y si uno se va corriendo hacia promedios móviles, efectivamente en los últimos años ha ido decayendo, ha ido bajando. Por ejemplo de 1960 a 1990 lo normal eran 1.802 milímetros. En el período siguiente bajó cerca de cien milímetros ese promedio normal. Aunque pequeña, se ve una tendencia", detalla.

A su juicio, el fenómeno es como mirar un pedacito del prisma nada más. "Hacer una proyección en ese sentido es muy complicado en climatología", precisó.

Por lo mismo, entre las alternativas que están rondando en el ambiente agrícola para sortear este nuevo escenario climático se cuentan la mayor tecnificación del riego, el cambio de la forma de producir y, por último, la introducción de cultivos nuevos considerados hasta ahora como no tradicionales y que se han venido probando poco a poco de manera experimental, pero que en el futuro podrían hacer cambiar el panorama agroproductivo de la zona sur.

Gremio

"Sin lugar a dudas hay productores que han invertido en tecnologías como el riego. Eso creo que es algo que se viene viendo en los últimos ocho años en aumento para regar praderas y algunos cultivos como el caso de la papa", comenta el presidente de la Sago, Christian Arntz.

El dirigente gremial agrega que en los últimos años algunos agricultores ya han tenido que cambiar variedades de cultivos que antes se daban bien en la zona, pero que ante la falta de agua hoy son cada vez menos productivos.

Además "han tenido que cambiar prácticas culturales, como por ejemplo las fechas de siembra. Lógicamente se ha ido dando una adaptación a como han sido estos años más secos. Pero diría que una transformación estructural todavía no. Está en etapa inicial el cambio hacia algunas variedades de frutales que antes no se daban en la zona. Algunos pocos agricultores que van más en la punta han visto en esto una oportunidad en este campo y se han atrevido. Pero no es la generalidad", dice.

El presidente de la Sago comenta que por costos lo que hacen todos los agricultores son ajustes pequeños para ir adaptándose a las nuevas situaciones climáticas, pero que aún son menores. La mayor cantidad de ellos ha optado por responder a la necesidad inmediata que es el déficit hídrico. Por lo mismo han comenzado a introducir tecnología y nuevos sistemas de riego.

"Hay un consenso respecto a que el cambio viene y lógicamente los rubros tradicionales como la carne y la leche se van a ver estresados por la llegada de la fruticultura y de los cultivos que con el cambio climático se ven más favorecidos. De hecho hay algunos viñedos, lo que antes era impensado. La entrada también del avellano europeo, la entrada de otro tipo de frutales está convirtiendo a la zona en un polo atractivo de desarrollo frutícola".

En esa línea, el agricultor Víctor Hugo Gómez tiene un campo dedicado fundamentalmente a cultivo de papas y de praderas destinadas a forraje en la zona de Corte Alto.

Gómez plantea que en base a lo que ha visto hasta ahora no ha notado la aparición de cultivos nuevos, pero sí de un fuerte impacto en implementar riego para mantener lecherías, lo que genera mejores rendimientos en las praderas.

Nuevos cultivos

El productor destaca que "en frutales hay un interés en incorporar cerezos, pero son zonas agroclimáticas bastante específicas. Los cereales son tradicionalmente de secano y van a seguir así. Los trigos, aparte de que están con un mal precio, se siembran muy poco. Lo que se siembra para evitar el efecto de la sequía son trigos invernales. Se ha plantado avellano europeo, el hazelnut. Lo masivo continúa tal cual, salvo los que tengan mayores recursos económicos para invertir".

Sobre tecnificación comenta que "yo siembro papas bajo riego y también tengo vacas lecheras. Las papas las he tenido que adaptar. Ahora estoy viendo cómo implementar riego en las praderas. Uno de repente se ve topado en dos puntos: tener fuentes de agua y tener la implementación de equipos. Aproximadamente una hectárea de riego vale dos millones de pesos. Eso es lo que cuesta implementar el sistema de regadío y hay que amortizarlo en un par de años. Eso aumenta los costos porque regar tampoco es gratis. Hay que hacerlo con bombas a petróleo o electricidad y eso tiene un costo".

Respecto al cultivo de papas, asegura que prácticamente ya no quedan productores que no tengan sistemas de riego.

Otro agricultor que fue previsor con respecto a la futura falta de agua en la zona fue Juan Carlos Tampier, quien se dedica actualmente al forraje para lecherías en Casma.

"Yo alcancé a pedir agua de río, por lo que poseo concesión de aguas. Hay vecinos aquí que han hecho pozos profundos. La mayoría de los lecheros están obligados" plantea.

Tampier agrega que "soy medio antiguo en el riego aquí en mi zona. Yo regaba ya en el año 1987 cuando sembraba remolacha. Después con el tiempo empezamos a hacer el primer sistema de riego con bonificación de la Corfo. Primero implementamos los carretes de riego, pero no nos resultó muy bien. No es muy eficiente. Para praderas la verdad que no me funcionó bien. De ahí nos cambiamos al sistema de K-line, que es un sistema neocelandés. Para no botar árboles pusimos ese sistema y ahora en las zonas donde no había mucho árbol pusimos un pivote. Ese ya es mucho más eficiente, es lo ideal. La baja de las napas subterráneas es un tremendo riesgo que viene".

Tampier agrega que "los cultivos que tenemos se siembran más temprano y por eso no se afectan tanto por la sequía. Pero las praderas destinadas a lechería se afectan mucho. Quedamos con cero crecimiento por lo menos tres o cuatros meses en los dos últimos años. Uno mantiene un crecimiento permanente con el riego. Falta el agua nomás".

En tal sentido, el presidente de Sago confirma que para hacer frente a la sequía, "la implementación tecnológica va orientada fundamentalmente a lo que es riego. Y probablemente la discusión se centre en si la ganadería tradicional es la mejor manera o hay que ir pensando en otros cultivos y sobre todo los frutales. Va a ser una pregunta interesante".

TECNIFICACIÓN

K-Line Consiste en tuberías de regadío movibles que se distribuyen por las praderas y permiten una fácil operación.

Pivote Armazón metálica de regadío sobre ruedas que permite un amplio alcance sobre cultivos. Tiene gran eficiencia.

milímetros 1108

de agua caída es lo considerado normal para la provincia de Osorno. 611