Manifestaciones contra Barros
Las protestas, manifestaciones, gritos, carteles, etc., que se alzan contra el obispo no sólo lo incomodan a él, sino a todos los Hijos de la Iglesia, que más allá de una persona en frente con debilidades y virtudes vemos al mismo Cristo que nos anima y exhorta, tal como lo dijo el santo de Asís. Aquí no es cuestión de entrar en argumentos de culpabilidad o responsabilidades, pero cabe mencionar que la justicia eclesial (que es totalmente diferente a la justicia civil) estima ciertos criterios para "juzgar" a un clérigo religioso, los que se encuentran narrados en los cánones 1378 - 1389.
De estos cánones, en ninguno se le aplica un castigo eclesiástico a monseñor, pero sería interesante mencionar que la justicia eclesiástica también establece para los laicos, y que son los siguientes: quien usa de violencia física contra otro clérigo o religioso, en desprecio de la fe, de la Iglesia, de la potestad eclesiástica o del ministerio, debe ser castigado con una pena justa. Canon 1370, art 3. Luego otro artículo dice lo siguiente: quien suscita públicamente la aversión o el odio de los súbditos contra la sede apostólica o el ordinario, con el motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o induce a los súbditos a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justas. Canon 1373.
Y el canon 1375: pueden ser castigados con una pena justa quienes impiden la libertad del ministerio, de una elección o de la potestad eclesiástica, o el uso legítimo de los bienes sagrados o de otros bienes eclesiásticos, o coaccionan al elector, al elegido o a aquel que ejercitó una potestad o ministerio eclesiástico.
Incurrir en estos "delitos" eclesiasticos atenta contra la unidad de la Iglesia. Alguien podría decir por ahí la Iglesia y sus cuestiones burocráticas, alejadas de la realidad y encasilladas en lo antiguo. Ante esa respuesta me gustaría mencionar otro texto de San Francisco de Asís que hoy es tomado como modelo revolucionario de paz y de cuidado de la creación, y que habla con una alta sensibilidad espiritual y mística lo siguiente: 1.- "Bienaventurado el siervo que tiene fe en los clérigos que viven rectamente según la forma de la Iglesia Romana". 2.- Y ¡ay de aquellos que los desprecian!; pues, aunque sean pecadores, nadie, sin embargo, debe juzgarlos, porque sólo el Señor en persona se reserva el juzgarlos". 3.- "Pues cuanto mayor es el ministerio que ellos tienen del santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, que ellos reciben y ellos solos administran a los demás, tanto más pecado tienen los que pecan contra ellos, que los que pecan contra todos los demás hombres de este mundo". Que el Señor único Juez que ve el corazón del hombre, ilumine a sus hijos de Osorno. Para que los de corazón sensato busquen amar y servir al Señor con sus mismo Espíritu.
Emmanuel Muñoz Espinoza
Héroes y antihéroes en Osorno
¡Osorninos míos! Si ya no se han enterado, a nuestra ciudad ha llegado un superhéroe que más que "súper" es un antihéroe. Desde que éramos niños, la televisión nos mostró una gran gama de héroes que seguían a villanos que planeaban actos que tenían un solo fin: aprovecharse de los débiles y desamparados.
A diferencia de los villanos, el superhéroe se caracterizaba por su nobleza y búsqueda desinteresada del bien. Rescataba a los débiles de las "garras" de los villanos y por ningún motivo sacaba provecho ni popularidad de sus misiones.
Este nuevo antihéroe de nuestra ciudad se adjudicó una misión propagandista: "Quiero mi ciudad, sin abusadores, ni encubridores de abusos sexuales." Supuestamente, a la ciudad de Osorno arribo un "súper villano", acusado de un gran número de delitos contra personas indefensas. Extrañamente la acusación que se le realiza a este supuesto "súper villano" se deja entrever en la misión propagandista del antihéroe.
Al escuchar esta situación apareció el "antihéroe" y se mezcló entre las multitudes. Descubrió que uniéndose a las protestas del gentío que pedía "día tras día" que el "súper villano" se vaya de la ciudad, podía ser reelegido nuevamente como el mejor héroe de la comuna. Todo coincidía con el contexto que se vivía en la ciudad, donde se votaba para elegir héroes consejeros que ayudarían al gran héroe-alcalde del lugar a gobernar.
A este personaje le llamamos antihéroe por cumplir una serie de características, entre esas están: el aprovechamiento personal de contextos (sobre todo de dolor y sufrimiento) para beneficio personal y ser reconocido popularmente; la utilización de crisis de instituciones en su afán de "panfletearse" y autoadjudicarse un mesianismo. "Por sus frutos los conoceréis".
José Manuel Rozas Navarro
Aborto y muerte
En un aborto provocado, legal o ilegal, inevitablemente hay un individuo de la especie humana que muere por decisión de su madre y por la acción de un tercero, que actúa con superioridad desde todos los puntos de vista. Aunque se le cambie el nombre y se disfrace la situación, ese siempre será el resultado. ¿Es tan difícil entender algo tan obvio?
Jorge Becker, ginecólogo obstetra