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ENTREVISTA. Renée von artens, empresaria con sangre aristócrata que emprendió en Puerto Octay y ahora lanza libro autobiográfico:

"Espero que mis hijos continúen con mi legado y logren exportar al extranjero"

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Yasna Barría

Sus expresivos ojos azules y ademanes suaves quizás pudieran evidenciar el linaje que guarda muy humildemente Renné von Artens, una empresaria de Puerto Octay que hoy a sus 76 años da a conocer su nuevo desafío, esta vez literario, y que se traduce en un libro autobiográfico de un poco más de 100 páginas, el que denominó "Los secretos de la baronesa".

El escrito es un libro que narra una vida acomodada y singular que fue heredada por su padre, Hermann Ritter von Artens, quien pertenecía a la nobleza austríaca y también de su madre Ellen Tjebbes, de familia oriunda de Holanda.

La historia de sus padres es un capítulo aparte, colmado de anécdotas y personalidades que estuvieron en sus vidas debido al linaje paterno y luego al puesto de cónsul general de Bulgaria en Chile, que tuvo el barón (padre) y que provocó que su familia llegara a este lejano país.

Renée es una mujer que no hace aspaviento de su vida y las relaciones que forjó en Chile, lugar donde llegó a los seis meses de edad luego de nacer en Argentina. Por ello se siente una chilena más, sin embargo, tuvo la oportunidad de viajar por el mundo y conocer grandes autoridades de la mano de su padre, sin embargo, eso no la define.

Ella es una historia propia colmada de carácter y creatividad.

Tras casarse cuando apenas tenía 24 años, junto a su marido potenció su ingenio y decidieron crear la primera discoteque de Chile en 1967, que estaba emplazada en Reñaca, en la Región de Valparaíso, a la cual llamó Club L' Époque. De ahí en adelante su visión de empresaria no se detuvo hasta llegar años más tarde a vivir a la comuna de Puerto Octay, donde debido a su afición por la pesca del salmón emprendió otro negocio, nada menos que la planta de conservas "Ahumados del Sur", que aún existe en la Ruta InterLagos y es el legado y desafío que deja a sus cuatros hijos, dos hombres y dos mujeres, a quienes dedica el libro que "evidencia el camino de su madre y los alienta a continuar con motivación".

-¿Por qué decidió escribir un libro autobiográfico?

-Una hija me alentó debido a tantas historias y vivencias que han marcado mi vida. Yo nací en Argentina, en San Isidro. Mi papá era austríaco, mi mamá holandesa y me vine a Chile cuando tenía seis meses, porque mi padre llegó como cónsul de Bulgaria.

-Su padre tenía título de barón, ¿De ahí que usted acuñara en herencia el nombre de "baronesa" en sus negocios?

-Sí, fue una forma de dar un sello distintivo a la empresa, porque técnicamente el título de barón se otorga a los hijos hombres.

-Las historias que plasma en su libro entrelazan la vida de su padre y la suya...

-Sí, porque resulta interesante contar tantas travesías, como por ejemplo, que debido a que mi padre jugaba tenis en el team de la Copa Davis llegó hasta Argentina y ahí conoció a mi madre.

-¿Era muy unida a su padre?

-Absolutamente, con él viajé mucho hasta que en uno de esos viajes, en la embarcación de la Sudamericana de Vapores conocí al amor de mi vida, un marino chileno con quien me casé y emprendí una nueva travesía.

De la disco a los salmones

-Luego de casarse fue que su veta de empresaria surgió...

-Una amiga me contó que en Buenos Aires era furor un negocio llamado discoteque y así fue que me entusiasmé y junto a mi marido creamos la primera discoteque restaurante del país, emplazada en Reñaca. Tuvimos una época de gloria grande, donde entre los clientes llegaron artistas destacados como Sandro o tuvimos incluso la visita del poeta Pablo Neruda y su Matilde.

-¿Quienes más pasaron por la discoteque?

-Bueno, un gran número de los artistas que venían al Festival de Viña del Mar. Pero también cancilleres, embajadores y políticos de toda América pasaron por Club L'Époque, lugar donde se gestaron innumerables anécdotas del jet set criollo durante 10 años.

-Si tuvieron una época de esplendor en la zona central, ¿por qué decidieron venirse a vivir al sur?

-Fue motivado por nuestra afición a la pesca, eso nos trajo al sur con mi marido hasta que decidimos comprar una tierras en Puerto Octay y ahí preparábamos lo que pescaba y quedaban tan sabrosos los productos que muchos amigos nos impulsaron a transformar nuestras conservas de pescados en productos gourmet y así nació "Ahumados del Sur" Baronesa Renée von Artens.

-¿El negocio hoy lo manejan sus hijos?

-Sí, y espero que mis hijos continúen con mi legado y logren exportar al extranjero. Esa invitación les hace también el libro, continuar una historia que espero siempre una a la familia.

El libro "Los Secretos de la Baronesa" está disponible en la librería Multilibros de Osorno, (en Cochrane 653) y además se distribuye por ediciones Mar del Plata en distintas librerías y emporios de Santiago.

años tiene la llamada baronesa Renée von Artens, creadora de "Ahumados del Sur" en Puerto Octay. 76

ENTREVISTA. Renée von artens, empresaria con sangre aristócrata que emprendió en Puerto Octay y ahora lanza libro autobiográfico:

"Espero que mis hijos continúen con mi legado y logren exportar al extranjero"

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Yasna Barría

Sus expresivos ojos azules y ademanes suaves quizás pudieran evidenciar el linaje que guarda muy humildemente Renné von Artens, una empresaria de Puerto Octay que hoy a sus 76 años da a conocer su nuevo desafío, esta vez literario, y que se traduce en un libro autobiográfico de un poco más de 100 páginas, el que denominó "Los secretos de la baronesa".

El escrito es un libro que narra una vida acomodada y singular que fue heredada por su padre, Hermann Ritter von Artens, quien pertenecía a la nobleza austríaca y también de su madre Ellen Tjebbes, de familia oriunda de Holanda.

La historia de sus padres es un capítulo aparte, colmado de anécdotas y personalidades que estuvieron en sus vidas debido al linaje paterno y luego al puesto de cónsul general de Bulgaria en Chile, que tuvo el barón (padre) y que provocó que su familia llegara a este lejano país.

Renée es una mujer que no hace aspaviento de su vida y las relaciones que forjó en Chile, lugar donde llegó a los seis meses de edad luego de nacer en Argentina. Por ello se siente una chilena más, sin embargo, tuvo la oportunidad de viajar por el mundo y conocer grandes autoridades de la mano de su padre, sin embargo, eso no la define.

Ella es una historia propia colmada de carácter y creatividad.

Tras casarse cuando apenas tenía 24 años, junto a su marido potenció su ingenio y decidieron crear la primera discoteque de Chile en 1967, que estaba emplazada en Reñaca, en la Región de Valparaíso, a la cual llamó Club L' Époque. De ahí en adelante su visión de empresaria no se detuvo hasta llegar años más tarde a vivir a la comuna de Puerto Octay, donde debido a su afición por la pesca del salmón emprendió otro negocio, nada menos que la planta de conservas "Ahumados del Sur", que aún existe en la Ruta InterLagos y es el legado y desafío que deja a sus cuatros hijos, dos hombres y dos mujeres, a quienes dedica el libro que "evidencia el camino de su madre y los alienta a continuar con motivación".

-¿Por qué decidió escribir un libro autobiográfico?

-Una hija me alentó debido a tantas historias y vivencias que han marcado mi vida. Yo nací en Argentina, en San Isidro. Mi papá era austríaco, mi mamá holandesa y me vine a Chile cuando tenía seis meses, porque mi padre llegó como cónsul de Bulgaria.

-Su padre tenía título de barón, ¿De ahí que usted acuñara en herencia el nombre de "baronesa" en sus negocios?

-Sí, fue una forma de dar un sello distintivo a la empresa, porque técnicamente el título de barón se otorga a los hijos hombres.

-Las historias que plasma en su libro entrelazan la vida de su padre y la suya...

-Sí, porque resulta interesante contar tantas travesías, como por ejemplo, que debido a que mi padre jugaba tenis en el team de la Copa Davis llegó hasta Argentina y ahí conoció a mi madre.

-¿Era muy unida a su padre?

-Absolutamente, con él viajé mucho hasta que en uno de esos viajes, en la embarcación de la Sudamericana de Vapores conocí al amor de mi vida, un marino chileno con quien me casé y emprendí una nueva travesía.

De la disco a los salmones

-Luego de casarse fue que su veta de empresaria surgió...

-Una amiga me contó que en Buenos Aires era furor un negocio llamado discoteque y así fue que me entusiasmé y junto a mi marido creamos la primera discoteque restaurante del país, emplazada en Reñaca. Tuvimos una época de gloria grande, donde entre los clientes llegaron artistas destacados como Sandro o tuvimos incluso la visita del poeta Pablo Neruda y su Matilde.

-¿Quienes más pasaron por la discoteque?

-Bueno, un gran número de los artistas que venían al Festival de Viña del Mar. Pero también cancilleres, embajadores y políticos de toda América pasaron por Club L'Époque, lugar donde se gestaron innumerables anécdotas del jet set criollo durante 10 años.

-Si tuvieron una época de esplendor en la zona central, ¿por qué decidieron venirse a vivir al sur?

-Fue motivado por nuestra afición a la pesca, eso nos trajo al sur con mi marido hasta que decidimos comprar una tierras en Puerto Octay y ahí preparábamos lo que pescaba y quedaban tan sabrosos los productos que muchos amigos nos impulsaron a transformar nuestras conservas de pescados en productos gourmet y así nació "Ahumados del Sur" Baronesa Renée von Artens.

-¿El negocio hoy lo manejan sus hijos?

-Sí, y espero que mis hijos continúen con mi legado y logren exportar al extranjero. Esa invitación les hace también el libro, continuar una historia que espero siempre una a la familia.

El libro "Los Secretos de la Baronesa" está disponible en la librería Multilibros de Osorno, (en Cochrane 653) y además se distribuye por ediciones Mar del Plata en distintas librerías y emporios de Santiago.

años tiene la llamada baronesa Renée von Artens, creadora de "Ahumados del Sur" en Puerto Octay. 76