Yasna Barría
Dando cátedra no sólo de sus análisis y estudios, sino además de su forma de impartir la educación, algo tan necesario incluso para aquellos que tienen una profesión u oficio, pero que muchas veces desconocen la raíz que posee la historia de su país, el historiador, académico e investigador Jorge Pinto, de 71 años, realizó ayer la conferencia llamada "Conflictos en Chile y La Araucanía. La visión de un historiador".
Se trató de la antepenúltima conferencia del año del ciclo literario de Conferencias Bajo El Volcán, proyecto osornino que cada mes trae a un destacado escritor nacional.
Sin duda, Jorge Pinto, Premio Nacional de Historia 2012 y actual académico e investigador del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de la Frontera, de Temuco, tiene méritos de sobra, ya que además de sus innumerables escritos, actualmente es actor relevante en la Mesa de Diálogo que el Gobierno instauró para enfrentar el llamado "conflicto mapuche" en la Región de La Araucanía.
En osorno
Llegó a Osorno el jueves, pero durante la mañana de ayer, antes de su conferencia abierta al público, programada a las 19 horas en el Centro Cultural, se reunió con estudiantes de cuarto medio del Liceo Eleuterio Ramírez, a quienes anticipó de alguna manera su cátedra de la tarde.
Junto a los estudiantes demostró su largo recorrido como profesor de historia y su buena llegada con los jóvenes, que profundizaron conocimientos con agrado al ver el desplante y sencillez con el que traspasó su saber investigativo.
Les contó, por ejemplo, que cuando partió, los historiadores Mario Góngora y Sergio Villalobos fueron sus profesores y en adelante su camino se desplegó con pasión y esfuerzo hasta llegar a profundizar en la investigación de hechos tan relevantes como es hoy el conflicto en La Araucanía, en el que dijo, no descansará hasta aportar un grado de paz.
Diálogo y violencia
-Tras años de investigación, ¿cuál es su análisis del llamado conflicto mapuche hoy día?
-El problema que se desencadena hasta hoy es un conflicto que en primer lugar creó el Estado hace más de 100 años y por lo tanto corresponde al Estado tomar las iniciativas para resolver el tema. Creo que las políticas impulsadas a través de todos los gobiernos del siglo XX no han sido capaces de dar una solución. Por eso tengo mi fe puesta en la actual mesa de diálogo, en la cual participo, porque está constituida exclusivamente por personas de la región, porque el Gobierno entendió que corresponde a esos actores locales impulsar cambios, modificaciones y políticas que favorezcan a la región y no a Santiago.
-¿Cree que una mesa de diálogo solucionará el conflicto?
-No lo sabemos, eso es impredecible, porque todo dependerá de lo que el Ejecutivo decida, pero los ministros se comprometieron a responder a las expectativas de la mesa y dar cumplimiento a lo que ésta va a plantear.
-¿Qué dificultad tiene la mesa?
-El desafío es lograr convocar a todos los actores relevantes. Reunir a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) con los empresarios agrícolas, forestales y a los representantes de las hidroeléctricas y en eso se está avanzando.
-¿Cómo se conforma la mesa?
-Está constituida por 21 personas que se han dividido en subcomisiones, la mía se llama "Reconocimiento y paz social", y cada una de ellas invita a diversos personeros que representan distintas corrientes de opinión para que dialoguen con nosotros, de manera que nos ayuden a elaborar el informe final para luego formular la propuesta que entregaremos al Gobierno, que tiene un plazo de término en diciembre.
-¿De qué forma se puede lograr paz en La Araucanía?
-Logrando concertar acuerdos entre los actores: la sociedad civil, empresarios, dirigentes mapuches y fundamentalmente con aquellos que han radicalizado sus posiciones, como la CAM, que hasta el momento no ha querido conversar.
-¿Cómo explica que haya tantos hechos de violencia en esa zona?
-Hay mucho odio en La Araucanía, ira, rabia contenida y eso es porque el pueblo mapuche ha sido discriminado, empobrecido, avasallado, expropiado y creo que esas son reacciones violentas frente a una situación que ellos consideran de injusticia.
-¿Condena esa violencia?
-Sí, condeno la violencia, pero también la entiendo, así, de alguna manera, podemos encontrar fórmulas para la solución. Si sólo la sanciono, ésta brotará por otro lado.
-¿Conoce la realidad de los pueblos indígenas de más al sur?
-Mucho menos, pero sé que aquí se vivió una situación distinta, pues se logró cierto grado de entendimiento, aunque hubo expropiaciones de tierras. El pueblo huilliche fue castigado, pero no adquirió la virulencia que ocurre en La Araucanía.
Este país está enfermo de violencia y nosotros queremos detenerla en La Araucanía, porque estamos conscientes que la paz va a garantizar su desarrollo.