Leonel del Carmen Hermosilla: un peluquero con alma de escritor
TESTIMONIO. Tiene 85 años y es un conocido personaje de La Unión. Hace 30 años comenzó a escribir en sus ratos libres, en un cuaderno y con letra imprenta, donde destacan los recuerdos de su niñez.
Un vecino y comerciante cercano a su peluquería lo rebautizó en los años 60' como "Chiflido" y Leonel del Carmen Hermosilla, de 85 años, recuerda a Cricerio Burgos con el afecto de los buenos tiempos vividos.
Una de sus alegrías, al ser invitado a la segunda exposición La Unión de Historias, en la Estación de Ferrocarriles, fue encontrar su retrato gigante pegado en un trozo de madera recortado con su figura: "me emocioné y me dijeron que yo era parte del patrimonio cultural viviente de la ciudad, fue una hermosa sorpresa", dijo.
Nacido en La Unión, muy joven decidió buscar a su progenitor, un practicante de Carabineros en la zona de Coyhaique, y con su sexto año en la preparatoria, como única educación, inició la aventura que lo llevaría a trabajar por algunos años en Argentina "tumbeando" en las estancias del sur de ese país, hasta que el llamado de sus familiares lo hace retornar a esta ciudad, donde siendo niño vendía tortillas por las calles.
Peluquero
Fue junior en varios locales comerciales y oficinas, cargador en el molino Grob y con lo que ganó allí compró las máquinas que lo transformarían en un reconocido peluquero por más de 50 años.
Recuerda que usó tijeras y máquinas de cortar pelo mientras cumplía con su Servicio Militar, y en la Cruz Roja, donde sigue siendo socio activo, cortaba el pelo a los niños y aprendía mirando al peluquero Troncoso, uno de los mejores de la ciudad en su oficio.
Como parte de la Cruz Roja de Hombres sirvió en cada actividad, donde incluso contaron con dentista y médico, atendiendo a las personas de menores recursos en su cuartel de calle Riquelme, donde Leonel Hermosilla también vivía como cuartelero.
En hojas de cuaderno
Hace 30 años comenzó a escribir en sus ratos de descanso en un cuaderno con letra imprenta "y muchas faltas de ortografía, porque sólo tengo sexta preparatoria, aunque siempre hay amigos que corrigen y trasladan al papel mis escritos, a máquina o en el computador; no soy un escritor, apenas un 'escribidor'", afirma.
Aparecen recuerdos de su niñez, el lugar donde se bañaba siendo niño, "La Peña", en el río Llollelhue, cercana al Cementerio Católico; también menciona a personajes de su infancia, las fiestas por alguna victoria de deportistas locales, y en otras escribe de su rebeldía como en "El Pataleo" o en el "Juicio a Dios", por todo lo que permite.
Hasta ahora son 15 cuentos los que ha ido regalando y que muchos han leído, "me lo dijo un señor que también se bañó en La Peña y lo revivió en Río Bueno, cuando encontró mi relato", precisa Hermosilla.
CARPINTERO
Leonel y un grupo de amigos y vecinos adquirieron un terreno casi al final de la calle Riquelme, el cual bautizaron como el callejón "El Esfuerzo", e iniciaron la autoconstrucción de sus viviendas.
Este excéntrico personaje acomodó la carrocería de una antigua micro como casa provisoria durante 10 años, y en su faceta de carpintero, construyó "palo a palo" la casa que habita con su segunda esposa.
"Aparte de otra que arriendo, porque ya sabes, con la jubilación no alcanza y hay que seguir comiendo; uno de mis oídos y uno de mis ojos no funcionan y mis caderas me dicen que no puedo exigirles, dos esposas, dos hijos y dos hijastros, me tienen aquí", explica.
Leonel Hermosilla, quien destaca que tiene sólo un apellido, "porque soy hijo huacho, como antes nos decían", recalca que espera vivir hasta los 90, "aunque alejado de la Iglesia, confío en la bondad de Dios", expresa sonriendo.
cuentos ha creado Leonel Hermosilla, muchos de los cuales se basan en sus recuerdos de niñez. 15