Secciones

Luis Gnecco y su "Neruda"

"Las actuaciones son algo vivo y así deben quedar"

E-mail Compartir

-¿Te gustaba la poesía antes de hacer la película?

-De adolescente leía a Dylan Thomas en inglés. No me gustan mucho los poetas canónicos, soy quizás un poco parriano y me gusta otro tipo de poetas, los más chicos, como el que vive en la playa y es fotógrafo. Me gusta mucho Claudio Bertoni por lo creativo, rupturista y juguetón. También Jorge Teillier. Creo que he leído más de ellos que de Neruda, pero Neruda siempre me gustó. Como muchos, tenía montones de prejuicios: que era un señor comunista, pero muy burgués, poco amable, contradictorio.


En resumen

El 11 de agosto estrenó en Chile "Neruda", último filme de Pablo Larraín y su cuarta colaboración con el actor Luis Gnecco, quien anteriormente participó en sus películas "Post Mortem", "No" y la serie televisiva "Prófugos". Un dato: "Neruda" fue grabada en 82 locaciones.

-¿Cómo es tu Neruda, terminaste amándolo u odiándolo?

-Juguetón, un tipo que no se toma muy en serio, que no está nunca en un lugar determinado, que salta de un lugar a otro, un gallo al que le gustan los desafíos, que los goza. También tiene algo de hedonista, algo de irónico. Es difícil para mí hablar de esto, hice lo que hice y el que quiera ponerle adjetivos que se los ponga. Leí "Confieso que he vivido", un par de biografías y una parte de su vasta obra. Obviamente Neruda es distinto para mí después de esta película pero no por eso voy a terminar amándolo u odiándolo.

-¿Quedaste satisfecho con tu actuación?

-Te podría responder esa pregunta en un tiempo más. A mí me gusta lo que veo, me gusta el resultado de la película y cómo quedó. Cada vez que la veo me gusta más, pero la propia actuación se va conformando, se va amigando con lo que está ahí de a poco, me pasa eso. Es un proceso que va de a poco. Las actuaciones son algo vivo y así deben quedar. Por eso cuando ves una película, te vuelves a impresionar de tal o cual aspecto de una actuación, y me gusta que suceda eso cuando me veo a mí, no siempre me pasa.

Gnecco Dice que luego de entregarle su cuerpo y alma al personaje, no lo ama ni lo odia.

3 preguntas

1

2

3

FÁBULA

"El niño y la bestia": al maestro con cariño

Este jueves se estrena en cines de todo el país la última maravilla del animador japonés Mamoru Hosoda, una fábula sobre un niño que, en el Reino de las Bestias, aprenderá a combatir su propia oscuridad.
E-mail Compartir

Ren, un niño que acaba de perder a su madre, se niega a vivir con sus tutores legales y se lanza a las caóticas calles de Tokio. Ahí se cruza con un tipo misterioso que le pide que sea su discípulo. Ren lo rechaza, pero cuando se da cuenta de que no es humano, decide seguirlo.

Así llega a un callejón que lo conducirá directamente al Reino de las Bestias, mundo paralelo habitado por animales antropomórficos. En este lugar existen las luchas de poder pero sus habitantes no conocen el odio. A pesar de los consejos de los más sabios, quienes advierten que los humanos no son de confiar, porque están dominados por la oscuridad, la bestia decide entrenar al visitante.

Sus personalidades chocarán pero pronto ambos alcanzarán una funcional relación de maestro-alumno que se extenderá por años. Kumatetsu, el mentor, tendrá que superarse a sí mismo mientras que Ren deberá aprender a controlar su lado sombrío -y por lo tanto destructor- en su camino hacia la madurez. "El niño y la bestia" es la última gran sensación de la animación japonesa reciente, una película que sigue la ecuación de imaginación sin límites, vocación metafórica y climas nostálgicos que ha distinguido a realizadores orientales como el venerado Hayao Miyazaki ("El viaje de Chihiro"). Aunque Mamoru Hosoda no es menos que ese maestro nipón que logró cruzar las barreras culturales. Cabeza de los estudios Madhouse, cuenta con un puñado de premiados largometrajes como "La chica que saltaba a través del tiempo" y "Summer wars". En "El niño y la bestia" depura, sin embargo, un arte que lleva a territorios simbólicos cargados de misticismo. El trazo de Hosoda es fascinante. Su retrato de Tokio está lleno de detallismo y vitalidad, como si buscara replicar el realismo de una fotografía a través de la ilustración. Esas vibrantes postales urbanas son complementadas con la geografía fantástica del mundo de las bestias. Si bien la pugna contra la propia oscuridad alimenta también apuestas occidentales como "Star Wars", Hosoda se distancia de convenciones de industria a fuerza de excentricidad, ingenio y un atingente guiño a "Moby Dick".

"Es una de las novelas que más me influyó cuando estudiaba", reconoció el director. "Ahab lucha contra una ballena, pero en realidad está luchando consigo mismo, es una sensación muy parecida a la que tienen los adolescentes: siempre están luchando porque no saben qué hacer". "El niño y la bestia" confirma la belleza visual y la profundidad temática de las animaciones hechas en Japón. Será un rayo de luz en nuestra cartelera.

"El niño y la bestia" es la primera película de Hosoda que se estrena comercialmente en Chile.


en resumen

Antes de "El niño y la bestia", Mamoru Hosada tuvo éxito con "Toki wo Kakeru Shojo" (2006) y "Summer Wars" (2009). Su primera película fue "Digimon Adventure" (1999).

Por Andrés Nazarala R

Fotograma de la película