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El Senado brasileño decide sobre la destitución de Rousseff

PROCESO. Luego de los debates, los 81 senadores deberán votar un informe que recomienda su destitución.
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El Senado brasileño comenzaba ayer a configurar una mayoría favorable a la destitución de la Presidenta Dilma Rousseff, durante una maratónica sesión de cerca de 20 horas, que podría culminar la madrugada de hoy, en la que deberá pronunciarse sobre la continuidad de un proceso que puede concluir a fin de mes.

La sesión convocada para la primera de dos votaciones en las que se jugará la suerte de Rousseff debería durar unas 20 horas, pero el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirigía el trámite como garante constitucional del proceso, manifestó que intentaría abreviar las discusiones.

Al concluir la fase de debates, los 81 senadores deberían votar un informe que recomienda la destitución de la Mandataria, acusada de irregularidades fiscales.

Para que el informe sea aprobado era necesaria una mayoría simple de 41 votos y, tras las primeras ocho horas de debates, 24 senadores se habían declarado favorables, frente a apenas ocho que anticiparon su rechazo.

Uno de los legisladores que pidió la destitución de Rousseff fue Aécio Neves, quien preside el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y usó la tribuna en representación de otros 10 senadores de ese partido, en un intento por acelerar la sesión.

Neves, derrotado por Rousseff en las elecciones presidenciales de 2014 por apenas 3%, afirmó que el proceso ha demostrado la veracidad de la denuncia sobre la "irresponsabilidad" de Rousseff que hizo en aquella campaña.

La última fase del proceso se realizará a fines de mes, cuando el Senado sesione hasta cinco días, para escuchar a testigos de la acusación y la parte acusadora. Tras eso, Rousseff será despojada del cargo si lo decide la mayoría calificada de 54 votos.

Familiares de víctimas del ataque en Bengasi demandaron a Clinton

EE.UU. Acusan a candidata de exponer a los funcionarios por uso de correo.
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Los padres de dos de los cuatro estadounidenses asesinados durante el ataque de 2012 al consulado de Bengasi (Libia) interpusieron ayer una demanda contra la candidata demócrata a la Casa Blanca y entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, acusándola de haber causado esas muertes por negligencia.

Los demanda la interpuso la organización conservadora Freedom Watch ante un juzgado del Distrito de Columbia en nombre de Patricia Smith, madre del diplomático Sean Smith, y Charles Woods, padre del contratista de la CIA Tyrone Woods. Smith y Woods fallecieron junto al entonces embajador de EE.UU. en Libia, Chris Stevens, y el también contratista de la CIA Glen Doherty en el ataque de terroristas islamistas el 11 de septiembre del 2012.

Los demandantes acusan a Clinton de muerte por negligencia, difamaciones y angustia emocional.El fundador de Freedom Watch, el abogado Larry Klayman, vinculó el uso de una cuenta privada de correo electrónico por parte de Clinton y sus supuestas comunicaciones con Stevens a través de ella con una filtración que habría conducido al ataque.

Según Klayman, "adversarios hostiles" de Estados Unidos como Rusia, China, Corea del Norte o Irán "en alianza con grupos terroristas" habrían obtenido la información clasificada expuesta por Clinton. "Está claro que Hillary Clinton dio de forma negligente e imprudente la localización confidencial de los hijos de los demandantes, resultando en un mortífero ataque terrorista", añadió Klayman.

Donald Trump insinuó que la ejecución del científico nuclear iraní Shahram Amiriun se debió a secretos divulgados por el uso de la cuenta de correo de Clinton. Tom Cotton, senador republicano por Arkansas, dijo en CBS que "en los correos había conversaciones entre sus asesores sobre ese hombre".

El extraño llamado de Trump

Trump dijo ayer que si Clinton gana y define a un liberal para la Suprema arriesgaría la Segunda Enmienda (porte de armas). Ante eso, "no hay qué hacer, aunque está la Segunda Enmienda, quizá ahí está, no lo sé". Analistas criticaron que sus palabras pueden leerse como un llamado a "disparar" a Clinton.

Putin y Erdogan "firman la paz" sin mirar a Occidente

ENCUENTRO. Mandatarios de Rusia y Turquía acercaron posiciones tras crisis por derribo de avión caza ruso en la frontera turco-siria.
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Mauricio Mondaca/Agencias

El Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunió ayer con su "amigo", el Mandatario ruso Vladimir Putin, para abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre ambos países, luego de la crisis que se desató por el derribo de un avión militar ruso en la frontera entre Turquía y Siria.

"Estoy convencido de que con este paso y otros pasos futuros entramos en una fase completamente nueva", dijo Erdogan al inicio de su encuentro con Putin en la ciudad rusa de San Petersburgo.

El conflicto se desató por el derribo de un avión de combate ruso por parte de los turcos en la frontera con Siria a finales de noviembre de 2015, mientras realizaba operaciones de ataque contra rebeldes sirios que combaten el régimen de Damasco. Tras este espisodio, Rusia impuso sanciones económicas a Turquía y las relaciones entre ambos llegaron a un punto muerto.

Los lazos económicos

Erdogan y Putin acordaron restablecer los fuertes vínculos económicos del pasado y se comprometieron a colaborar en una serie de proyectos de construcción y energéticos, como el gasoducto Turkish Stream.

Según la agencia de noticias DPA, el Presidente turco afirmó que el gasoducto, que conectará el sur de Turquía con Rusia, será construido "lo antes posible", con el objetivo de extenderlo a Europa. "Espero que como resultado de estos pasos creemos un 'Eje de Amistad' (...) en aras de la estabilidad en la región", destacó el líder turco, quien se dirigió a Putin como "querido amigo".

También garantizó la seguridad de los turistas rusos, que tenían en Turquía su principal destino, pero cuyo número, con la crisis diplomática, pasó de 3,6 millones en 2015 a menos de 100.000 en este año.

El líder turco hizo especial hincapié en el "apoyo moral" que supuso para él que Putin le llamara por teléfono al día siguiente del intento de golpe de Edstado en Turquía el 15 de julio pasado. "El proceso ya arrancó, pero requiere tiempo", aseguró Putin; no obstante, admitió que ambos países tiene "un arduo trabajo por delante para reanimar la cooperación económica y comercial".

La normalización

Según los analistas, Putin quiere aprovechar el enfriamiento con Occidente para recuperar la amistad con Turquía, país crucial para el arreglo del conflicto sirio y que también busca normalizar sus relaciones con Israel. La normalización ruso-turca cuenta con el apoyo de Irán, con cuyo Presidente, Hasán Rouhaní, Putin se reunió el lunes en Bakú, y con el que comparte el apoyo político y militar al régimen sirio de Bashar al Assad. Putin y Erdogan conversaron para acercar posturas sobre el conflicto en Siria y el papel de Occidente.