Secciones

La samba y el funk marcan la colorida inauguración de los JJ.OO. de Río de Janeiro

COMPETENCIA. Previo a la ceremonia la antorcha olímpica tuvo que cambiar de rumbo por las protestas junto a la playa, mientras que el Presidente interino, Michel Temer, no fue presentado para evitar pifias.
E-mail Compartir

Con un colorido show pirotécnico y de luces marcado por la variedad de ritmos, comenzaron ayer en el Estadio Maracaná los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. El cantautor Paulinho da Viola fue el encargado de abrir el show con la interpretación a guitarra del himno brasileño.

El espectacular show de luces que tomó lugar al centro de la cancha del icónico recinto deportivo estuvo a cargo de Fernando Meirelles, conocido por su película "Ciudad de Dios".

La responsabilidad para Brasil era grande, ya que estos son los primeros Juegos Olímpicos que se llevan a cabo en Sudamérica. Anteriormente se realizaron en México, en 1968.

Un Maracaná completo entonó la clásica "Garota de Ipanema" junto a Daniel Paulo Jobim, nieto de Antonio Carlos Jobim, autor de la canción. La samba, el pasinho y el funk, ritmo nacido en las favelas, tuvieron un lugar en la ceremonia. Éste último con el rapero Marcelo D2 y el cantante de samba Zeca Pagodinho.

Elza Soares, una de las grandes damas de la samba, entonó el "Canto de Ossanha", canción lanzada en 1966 por Baden Powel y Vinícius de Moraes.

Con "País Tropical", Jorge Ben Jor hizo que el público se pusiera de pie, con una canción que los brasileños cantaron a capela.

Posteriormente, la actriz británica Judi Dench (81), recitó acompañada de un video que hacía alusión a la deforestación del Amazonas, el poema "A Flor e a Nausea", del brasileño Carlos Drummond de Andrade.

El momento más esperado para los chilenos llegó cuando la atleta Érika Olivera cargó la bandera nacional vestida con un traje de huasa de Ricardo Oyarzún, escoltada por la delegación que representa al país en los JJ.OO.

Cambio de ruta

La ceremonia estuvo marcada por los hechos políticos que agitan actualmente a Brasil, razón por la que la organización decidió no presentar al Presidente interino Michel Temer durante la ceremonia, para evitar así que fuera abucheado.

A pesar de que existían varias convocatorias a protestar durante la ceremonia, en el Maracaná todo se desarrolló según estaba planeado. Sin embargo, durante el día, la antorcha olímpica tuvo que cambiar de rumbo en el paseo marítimo de Copacabana debido a una manifestación contra Temer, que asumió en reemplazo de la suspendida Dilma Rousseff.

Unas tres mil personas bloquearon las seis pistas de la avenida que bordea la playa de Copacabana, por la que pasaría la antorcha en su camino hacia el Maracaná, por lo que el símbolo tuvo que seguir un camino alternativo por calle interiores.

Pese a esto, la antorcha llegó a su destino, donde según cálculos se congregaron unas 80 mil personas para ver el puntapié inicial de la competencia, que tendrá a 11.400 atletas de 205 países participando en 42 modalidades distintas hasta el próximo 21 de agosto.

La primera jornada de los JJ.OO. se vio marcada por la cantidad considerablemente más baja de autoridades que asistieron. Menos de una veintena de jefes de Estado o de Gobierno participaron de la recepción que ofreció Temer, número muy inferior al casi centenar de gobernantes que fueron a la inauguración de los Juegos de Londres 2012 y de los de Beijing 2008.

De los mandatarios sudamericanos sólo fueron los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y de Paraguay, Horacio Cartes, según la cancillería brasileña.

Rousseff, en tanto, descartó ir a la ceremonia por considerar que, tras haber sido una de las protagonistas, no podía ir ahora en una condición de secundaria.

Entre los asistentes estaban el francés, François Hollande, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi y el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry.