La pareja integrada por Miguelina Silva y Cristian Barriga, ganó el Segundo Campeonato Nacional de Cueca para Funcionarios Municipales del país, desarrollado este fin de semana en La Unión.

Delegaciones de todo el país, incluido los dirigentes nacionales y regionales de Ufemuch, participaron del encuentro durante tres días con la organización de la Asociación Local de funcionarios que dirige Sandra Faúndez y la municipalidad, con su alcaldesa María Angélica Astudillo.

Al segundo día de la competencia, el jurado entregó el primer lugar y la condición de campeones de este Encuentro para Funcionarios Municipales del país a la pareja riobuenina integrada por Miguelina Silva y el funcionario Cristian Barriga.

En opinión de los asistentes, ambos fueron los que mejor bailaron, con más picardía y conocimientos de nuestra danza nacional y recibieron el aplauso y las felicitaciones de los organizadores.

Al escenario subieron junto con la alcaldesa anfitriona, los dirigentes nacionales Víctor Mora y el riobuenino Antonio Parraguez, para entregar los premios a los que se hicieron acreedores los nuevos campeones.

Una emocionada Miguelina Silva agradeció a sus colegas que confiaron en ella y Cristián Barriga, para defender a su municipalidad en un trabajo que fue preparado a conciencia, puliendo parte de los pasos y desplazamientos sobre el escenario, para hacer más perfecta la interpretación de la danza. Agradeció también a Nicolás Coronado por su ayuda y a los organizadores que no escatimaron esfuerzos para el éxito de este evento.

El alcalde subrogante Mauricio Obando, invitó a la pareja a su oficina para felicitarlos y agradecerles por este galardón que prestigia a Río Bueno.

Doce voleibolistas riobueninos ganaron el derecho a representar a la ciudad en los Juegos de la Araucanía en Concepción.

Rodolfo Soto, profesor de Educación Física de la Escuela N° 1 desde hace ocho años, trabaja con los alumnos en esta disciplina y ha conformado planteles con muy buenos resultados en las competencias estudiantiles y hace tres concurrieron a los Juegos de la Araucanía que se hicieron en El Calafate, Argentina. Este año corresponde en Concepción y espera conseguir una buena ubicación.

"Tengo claro que no será fácil. Cada año las selecciones de las diferentes regiones y de Argentina se preparan mejor y ese es el motivo para que tras un breve receso por vacaciones, volveremos a trabajar para llegar en las mejores condiciones al encuentro de noviembre", expresó.

Por sus condiciones y rendimiento eligieron a sólo 12 de ellos, el 80 % de los cuales son locales. Los restantes vendrán de otros lados, ya que según comenta, "nuestro objetivo es estar entre los 5 mejores y para eso estamos trabajando y cada uno de los chicos así lo entiende", subraya Soto.

Dijo que posee mucha confianza. Que tiene un buen plantel y que ha recibido el respaldo de autoridades locales y de los padres y apoderados.

Ricardo Cifuentes

Hace 20 años en Río Bueno existían a lo menos 30 zapateros, sin embargo hoy éstos se reducen a menos de 10 de ellos reconocidos y con locales establecidos.

Entre las causas de dicha baja aducen a que el suyo dejó de ser un oficio rentable y porque los zapatos que antes hacían, dejaron de ser solicitados y fueron reemplazados por el calzado en serie proveniente de países como China, México y de fábricas nacionales, que con mucha publicidad postergó el trabajo de estos artesanos que confeccionaban zapatos y botas para damas o caballeros, a un costo superior, pero con calidad garantizada.

Desde la unión

Uno de los artesanos que sigue trabajando a diario en su local de calle Comercio, a metros de la plaza, es Omar Waldemar Álvarez Álvarez de 79 años. Casado con Albina Vásquez y con más de 60 años en el rubro de la zapatería, se inició en La Unión en el local de Nicolás Flores, ya desaparecido, donde su función era la confección de calzado junto a otras nueve personas.

En esta ciudad instaló su local de confección para los clientes que fueron aumentando, en reconocimiento a la calidad de su trabajo. "Llegué a tener cinco operarios para cumplir con los encargos que se multiplicaban para Fiestas Patrias, Navidad y Año Nuevo", recuerda con nostalgia.

Hacían zapatos "estaquillados", cuyos clavos eran pequeñas piezas de madera, los zapatos "cosidos", las botas de cabritilla y detalló los tipo de cueros que usaban para garantizar el zapato que se vendía a precios que hoy, "si hubiera que hacerlos", en unos $120 mil.

Omar Álvarez fue parte del deporte y detalla cómo se hacían los zapatos de fútbol, "gambos" entonces, que eran solicitados con algunas características por los futbolistas locales y hasta de otros lugares que llegaban a su local.

Las cosas cambiaron. Hoy ya no confecciona calzado y sólo es la "compostura" con una clientela que solicita el cambio de las tapillas o los tacos, la media suela, "a todos ellos les seguimos entregando un servicio responsable, hasta que las fuerzas nos acompañen", resume este conocido zapatero a quien dejamos preparando el reemplazo de un par de tacos para botas de mujer.

DON VíCTOR

En la esquina de Ejército Libertador con Aníbal Pinto está instalado hace más de 30 años Víctor Riquelme Flores, de 70 años. "Esta ubicación se la debo al alcalde Luis Reyes, pero yo me construí este local, en que a diario atiendo a mis clientes", explica.

Trabajaba en el sector agrícola-forestal y cuando las cosas no funcionaron allí incursionó en el rubro de la confección de calzado, donde trabajó con operarios hasta que entraron los zapatos del exterior.

"Pasé por un período negro, pero busqué los recursos, pedí créditos y hasta vendí una de mis máquinas para continuar con este oficio que me ha dado muchas satisfacciones", afirma.

Nos muestra orgulloso su máquina para coser cuero, que "tiene más de 100 años y funciona mejor que cualquiera de las modernas", y agrega que eran dos, pero vendió la otra para hacer caja y salir adelante.

"No ha sido fácil adaptarse. Los tiempos han cambiado, los materiales también y hay que asistir a cursos, en especial sobre adhesivos y texturas o formas de trabajo para reparar los nuevos zapatos que llegan al mercado, porque nuestro fuerte es la compostura", sostiene.

Le preguntamos cómo lo hace para recuperar el dinero del calzado reparado y sin retirar, uno de los problemas en su oficio. Responde que cada compostura debe ser cancelado en un 50% al momento de ser recibido y la espera es de sólo 60 días, "porque créame, aún tengo zapatos reparados de hace 20 años".