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Tres astronautas despegan hacia Estación Espacial en una nueva nave Soyuz

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Tres astronautas despegaron ayer rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo de la Soyuz MS-01, un nuevo modelo de la legendaria nave espacial diseñada hace medio siglo en la desaparecida Unión Soviética.

El lanzamiento de la nueva nave tripulada rusa fue efectuado a las 01.36 GMT con ayuda de un cohete propulsor Soyuz-FG desde la rampa Nº1 del cosmódromo de Baikonur (Kazajistán), la misma desde donde el 12 de abril de 1961 inició Yuri Gagarin el primer vuelo del hombre al espacio.

A bordo de la Soyuz MS-01 viajan el ruso Anatoli Ivanishin, el japonés Takutya Onishi y la estadounidense Kathleen Rubins, quienes en los dos días de vuelo hacia la EEI someterán a diversas pruebas los nuevos sistemas de la nave.

La MS presenta numerosas innovaciones respecto de los modelos anteriores en sus sistemas de comunicación, propulsión, navegación y televisión, que, según declaró Ivanishin la víspera del despegue, hacen la nave "más inteligente y más segura".

El cosmonauta destacó, en particular, que el nuevo esquema de disposición de los dos propulsores principales permite su intercambiabilidad, lo que aumenta la seguridad de la nave.

La primera Soyuz fue lanzada el 23 de abril de 1967 y desde entonces se han efectuado un total de 127 lanzamientos de sus distintas modificaciones, 125 de los cuales fueron exitosos.

De acuerdo con el programa de vuelo anunciado por Roscosmos, la agencia espacial rusa, la Soyuz MS-01 se acoplará a la plataforma orbital a las 07.12 horas de Moscú (04.12 GMT) de mañana, tras dar 34 vueltas a la Tierra.

En vista de que se trata de un vuelo de prueba, Roscomos optó en esta ocasión por el "esquema lento" de aproximación y acoplamiento a la EEI, a diferencia del que se veían empleando en las últimas misiones, que permitía a la naves engancharse a la plataformas seis horas después de su lanzamiento.

Por qué es importante dejar entrar en casa a los microbios

ESTUDIO. Expertos sugieren considerar los beneficios de estos microorganismos en el sistema inmune cuando se piense en el diseño de las viviendas.
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Mabel González / Agencias

La sociedad tiende a pensar que los microbios son peligrosos para su salud, sin embargo, los hay beneficiosos. Por eso un trabajo publicado en Trends in Microbiology recalca los beneficios de convivir con estos microorganismos en la casa e, incluso, sugiere tenerlo en cuenta en el diseño de las viviendas.

El artículo lo firman ingenieros mediambientales de la Universidad de Yale (EE.UU.), que señalan que la arquitectura actual se centra en el diseño, la eficiencia energética y sostenibilidad, pero no en la exposición a los microbios que son positivos para la salud al interactuar con el conjunto de bacterias que habitan en nuestro cuerpo.

Estos recuerdan que estudios publicados en el pasado ya hablan de "lo beneficioso" que resulta para niños de zonas rurales el estar expuestos a determinados microbios, ya que tienen menor tendencia a desarrollar alergias como resultado de este contacto.

Y es que, por ejemplo, los niños de una familia que vive en un entorno agrario, trabajando en los campos, usando caballos para su transporte y bebiendo leche no pasteurizada tienen menos de la mitad de probabilidad de desarrollar asma que aquellos de entornos suburbanos europeos (un 5,2% frente al 19,1%).

Esto parece deberse a que algunos microbios enviarían señales a un tipo de glóbulos blancos, llamados linfocitos T, que provocarían un cambio para ayudar a prevenir respuestas inmunes innecesarias, explicaron los autores en una nota de prensa de Cell, grupo que edita la revista en la que se publicó este artículo de revisión.

Las mascotas

Para los firmantes, vivir con animales, sobre todo perros y gatos, es otro modo de "entrenar" a nuestro sistema inmune: además de tener su propia flora microbiana pueden llevar consigo bacterias y hongos comunes del exterior, "contribuyendo así a la diversidad beneficiosa de los microbios del interior de nuestras casas".

Como indicó en la nota Jordan Peccia, "la principal cuestión es cómo el diseño de los edificios -disposición geográfica, materiales de construcción, ocupación o ventilación- modula la exposición a los microbios y a nuestra propia microbiota (los microorganismos que se localizan de manera normal en distintos sitios de nuestro cuerpo)".

Los avances científicos permiten que cada vez identifiquemos un mayor número de esos microbios beneficiosos y de esta manera, remarca, "nosotros -arquitectos, ingenieros y público general- necesitamos pensar en cómo facilitar nuestra exposición a los mismos".

No obstante, según este investigador, no habría una aproximación única para mejorar la diversidad microbiana de nuestros hogares.

"La ventaja es que este es un nuevo campo de estudio", afirmó Peccia, quien apuntó que se puede trabajar para desarrollar aproximaciones cuantitativas que resuelvan estos problemas y ofrecer así "mejores soluciones que inhaladores o filtros de aire".

Según calculan Peccia y su equipo, los europeos y los estadounidenses pasan un 90% de su tiempo en el interior de edificios.

A juicio del Instituto de Biología de la Construcción y la Sostenibilidad (IBN, por sus siglas en alemán), el número de bacterias del ambiente interior debería estar al mismo nivel o inferior al del exterior.

Guía contra la resistencia a antibióticos

Científicos de EE.UU. publicaron un estudio que debe servir de "guía" a los médicos para mejorar la prescripción de antibióticos y hacer frente así a la resistencia que las bacterias están desarrollando contra estas medicinas, problema que, según dijeron, es la nueva "crisis" del siglo XXI. El informe se realizó a partir de mil extracciones de sangre de adultos y 96 de niños enfermos de sepsis, la infección de bacterias del torrente sanguíneo como efecto de una infección previa y cuya complicación es potencialmente mortal.

Por qué es importante dejar entrar en casa a los microbios

ESTUDIO. Expertos sugieren considerar los beneficios de estos microorganismos en el sistema inmune cuando se piense en el diseño de las viviendas.
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Mabel González / Agencias

La sociedad tiende a pensar que los microbios son peligrosos para su salud, sin embargo, los hay beneficiosos. Por eso un trabajo publicado en Trends in Microbiology recalca los beneficios de convivir con estos microorganismos en la casa e, incluso, sugiere tenerlo en cuenta en el diseño de las viviendas.

El artículo lo firman ingenieros mediambientales de la Universidad de Yale (EE.UU.), que señalan que la arquitectura actual se centra en el diseño, la eficiencia energética y sostenibilidad, pero no en la exposición a los microbios que son positivos para la salud al interactuar con el conjunto de bacterias que habitan en nuestro cuerpo.

Estos recuerdan que estudios publicados en el pasado ya hablan de "lo beneficioso" que resulta para niños de zonas rurales el estar expuestos a determinados microbios, ya que tienen menor tendencia a desarrollar alergias como resultado de este contacto.

Y es que, por ejemplo, los niños de una familia que vive en un entorno agrario, trabajando en los campos, usando caballos para su transporte y bebiendo leche no pasteurizada tienen menos de la mitad de probabilidad de desarrollar asma que aquellos de entornos suburbanos europeos (un 5,2% frente al 19,1%).

Esto parece deberse a que algunos microbios enviarían señales a un tipo de glóbulos blancos, llamados linfocitos T, que provocarían un cambio para ayudar a prevenir respuestas inmunes innecesarias, explicaron los autores en una nota de prensa de Cell, grupo que edita la revista en la que se publicó este artículo de revisión.

Las mascotas

Para los firmantes, vivir con animales, sobre todo perros y gatos, es otro modo de "entrenar" a nuestro sistema inmune: además de tener su propia flora microbiana pueden llevar consigo bacterias y hongos comunes del exterior, "contribuyendo así a la diversidad beneficiosa de los microbios del interior de nuestras casas".

Como indicó en la nota Jordan Peccia, "la principal cuestión es cómo el diseño de los edificios -disposición geográfica, materiales de construcción, ocupación o ventilación- modula la exposición a los microbios y a nuestra propia microbiota (los microorganismos que se localizan de manera normal en distintos sitios de nuestro cuerpo)".

Los avances científicos permiten que cada vez identifiquemos un mayor número de esos microbios beneficiosos y de esta manera, remarca, "nosotros -arquitectos, ingenieros y público general- necesitamos pensar en cómo facilitar nuestra exposición a los mismos".

No obstante, según este investigador, no habría una aproximación única para mejorar la diversidad microbiana de nuestros hogares.

"La ventaja es que este es un nuevo campo de estudio", afirmó Peccia, quien apuntó que se puede trabajar para desarrollar aproximaciones cuantitativas que resuelvan estos problemas y ofrecer así "mejores soluciones que inhaladores o filtros de aire".

Según calculan Peccia y su equipo, los europeos y los estadounidenses pasan un 90% de su tiempo en el interior de edificios.

A juicio del Instituto de Biología de la Construcción y la Sostenibilidad (IBN, por sus siglas en alemán), el número de bacterias del ambiente interior debería estar al mismo nivel o inferior al del exterior.

Guía contra la resistencia a antibióticos

Científicos de EE.UU. publicaron un estudio que debe servir de "guía" a los médicos para mejorar la prescripción de antibióticos y hacer frente así a la resistencia que las bacterias están desarrollando contra estas medicinas, problema que, según dijeron, es la nueva "crisis" del siglo XXI. El informe se realizó a partir de mil extracciones de sangre de adultos y 96 de niños enfermos de sepsis, la infección de bacterias del torrente sanguíneo como efecto de una infección previa y cuya complicación es potencialmente mortal.