Ricardo Cifuentes
Dirigente de la vieja escuela que los más jóvenes conocen por relatos de quienes ahora dirigen sus instituciones. Víctor Hugo Faúndez Ríos, viudo (77 años), ha vivido un calvario en los últimos cinco meses y algunos dirigentes han destacado su calidad en el deporte y en el fútbol en particular.
"Sorpresivamente un coágulo me impidió movilizarme, he estado durante los últimos cuatro meses hospitalizado y ahora recluido en mi casa, pero ya en franca recuperación", explica.
Vida de DIRIGENTE
Trabajó en la antigua planta lechera Calo de la comuna ribereña y allí por sus condiciones fue dirigente sindical y posteriormente dirigente del club deportivo del mismo nombre, por casi 45 años.
En ese período tuvo la presidencia casi en forma vitalicia y en otras la vicepresidencia. Se reconocía su entrega por la institución fundada el 29 de mayo de 1959, "a veces olvidando a mi esposa, que falleció hace ya varios años. Pero es que cuando uno asume hay que hacerlo bien, era delegado y si era necesario utilero, aguatero y hasta entrenador, cuando no llegaba el director técnico", detalla.
Asegura que muchos quieren practicar deporte, "pero hay que cumplir otras funciones y a veces los que se comprometen no aparecen y los partidos hay que jugarlos, por lo menos esa era la realidad local en el fútbol amateur y mi meta era siempre ganar", enfatiza el ex dirigente deportivo.
Trabajo también en la planta Iansa Rapaco, fue nochero, trabajó en algunas obras y hasta en una época fue "carretonero", pero siempre fiel al Deportivo Calo, donde luchó por el engrandecimiento de la institución y de la sede que aún mantienen en Pedro Lagos al llegar a Independencia.
"condorito"
Los dirigentes locales recuerdan las peleas verbales, mitad en serio y el resto en broma, entre los dirigentes del San Pedro, Esmeralda, Escuela o Dagoberto Godoy y los de Calo. Todo por los puntos y porque siempre al inicio del campeonato todos se prometían ser los campeones, "siempre les ganamos y son muchos los trofeos que dan cuenta de nuestra calidad" argumenta.
Al consultarle por el apodo que lo identifica en esta ciudad, "Condorito" explica que cuando ingresó a la planta lechera, uno de los operarios bautizaba a todos y quizás por sus características le colocó "Condorito", el que lo acompaña hace medio siglo.
En el anecdotario menciona que en una temporada llegaron a la final casi con el mismo puntaje para enfrentar al San Pedro, encabezado por su dirigente Sergio Soto, conocido como "Tranca", "muy irrisionista", quien instaló una imagen del popular personaje de Pepo en la vitrina donde trabajaba, lo llenó de alfileres y una leyenda inferior, "este domingo muere Condorito", en clara alusión al dirigente Víctor Faúndez.
"Al principio me reí cuando los ociosos me lo contaron y después me molestó, y le dije que si mi equipo ganaba daría tres vueltas de carnero en la cancha del estadio... y claro, en las vueltas se me cayeron varias monedas de los bolsillos, lo reté y le dije que las monedas se las dejaba de regalo", rememora.
Eterno monarca
"Fuimos campeones muchas veces. Ganamos en varias oportunidades a nivel provincial, superamos en alguna oportunidad a clubes de Osorno, y hasta estuvimos entre los mejores de la antigua Región de Los Lagos, aunque nunca fuimos campeones regionales", relata.
Sobre su enfermedad, dice que es tiempo de cuidarse y su nueva pareja lo mantiene encerrado para que se recupere. Lamentó que los directivos de su club no le hayan visitado y, sin embargo, de otros clubes como los hermanos Quezada de Gol y Gol, lo fueron a ver y le entregaron un trofeo, en que se reconoce su condición de dirigente y otro tanto hizo el Consejo Local de Deportes con su presidente Vance Montecinos.
Dice que ya no volverá a ser dirigente y que hay muchos que le han pedido que vuelva, pero es tiempo de gente más joven, de los que se identifican con sus clubes, "con muchos discutí, pero reconozco en ellos el mismo afán que me movía... ser los mejores y ganar, como lo hizo ahora nuestra selección en la copa Centenario. Lindo, muy lindo y uno se alegra", concluye.