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El sobrepeso en la adolescencia generaría insuficiencia cardíaca

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Tras analizar los historiales médicos de 1.610.437 varones suecos en el momento en el que, con una edad de 18 años, iniciaron el servicio militar obligatorio entre los años 1968 y 2005, los investigadores de la Academia Sahlgrenska de Gotemburgo concluyeron que los varones con sobrepeso en la segunda década de su vida tienen un riesgo mucho mayor de insuficiencia cardíaca en la mediana edad.

La insuficiencia cardíaca es la enfermedad en la que el corazón se encuentra debilitado y no late con suficiente fuerza como para satisfacer las necesidades metabólicas del organismo. Una enfermedad que, incluida en el grupo de las patologías cardiovasculares, se asocia con una mortalidad mayor, inclusive, que varios tipos de cáncer.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista European Heart Journal señala que, partiendo de un IMC de 20 kg/m2, cada incremento de una sola unidad en este IMC se asocia con un aumento del 16% del riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca. Tal es así que los adolescentes con obesidad mórbida -es decir, con un IMC igual o superior a 35 kg/m2-tienen un riesgo hasta 10 veces mayor de padecer la enfermedad que aquellos con un IMC de 20 kg/m2.

De los 1.610.437 hombres cuyos historiales médicos fueron seguidos entre 5 y 42 años, 5.492 tuvieron que ser hospitalizados por insuficiencia cardiaca. Entre ellos, la media de edad para el desarrollo de la enfermedad se estableció en 47 años.

Los resultados mostraron que, comparados frente a aquellos jóvenes con un IMC de 18,5 a 20 kg, las personas con un IMC entre 20 y 22,5 kg/m2 tenían un riesgo un 22% mayor de padecer insuficiencia cardiaca en la mediana edad, y tres veces más vulnerables se mostraron quienes actualmente presentan sobrepeso.

10 veces mayor

es el riesgo para aquellos con obesidad mórbida, es decir, quienes poseen un IMC sobre 32 kg/m2. 50%

de quienes padecen insuficiencia cardíaca morirán en los cinco años siguientes al diagnóstico, según el Minsal.

El sobrepeso en la adolescencia generaría insuficiencia cardíaca

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Tras analizar los historiales médicos de 1.610.437 varones suecos en el momento en el que, con una edad de 18 años, iniciaron el servicio militar obligatorio entre los años 1968 y 2005, los investigadores de la Academia Sahlgrenska de Gotemburgo concluyeron que los varones con sobrepeso en la segunda década de su vida tienen un riesgo mucho mayor de insuficiencia cardíaca en la mediana edad.

La insuficiencia cardíaca es la enfermedad en la que el corazón se encuentra debilitado y no late con suficiente fuerza como para satisfacer las necesidades metabólicas del organismo. Una enfermedad que, incluida en el grupo de las patologías cardiovasculares, se asocia con una mortalidad mayor, inclusive, que varios tipos de cáncer.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista European Heart Journal señala que, partiendo de un IMC de 20 kg/m2, cada incremento de una sola unidad en este IMC se asocia con un aumento del 16% del riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca. Tal es así que los adolescentes con obesidad mórbida -es decir, con un IMC igual o superior a 35 kg/m2-tienen un riesgo hasta 10 veces mayor de padecer la enfermedad que aquellos con un IMC de 20 kg/m2.

De los 1.610.437 hombres cuyos historiales médicos fueron seguidos entre 5 y 42 años, 5.492 tuvieron que ser hospitalizados por insuficiencia cardiaca. Entre ellos, la media de edad para el desarrollo de la enfermedad se estableció en 47 años.

Los resultados mostraron que, comparados frente a aquellos jóvenes con un IMC de 18,5 a 20 kg, las personas con un IMC entre 20 y 22,5 kg/m2 tenían un riesgo un 22% mayor de padecer insuficiencia cardiaca en la mediana edad, y tres veces más vulnerables se mostraron quienes actualmente presentan sobrepeso.

10 veces mayor

es el riesgo para aquellos con obesidad mórbida, es decir, quienes poseen un IMC sobre 32 kg/m2. 50%

de quienes padecen insuficiencia cardíaca morirán en los cinco años siguientes al diagnóstico, según el Minsal.

Estudio dice que Perdonar a los demás es bueno para la salud

SICOLOGÍA. La investigación señala que esta acción elimina el vínculo entre el cansancio severo y los efectos negativos que este tiene en el bienestar mental.
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Mabel González

Un nuevo estudio realizado en Iowa, EE.UU., descubrió que perdonarse a uno mismo y a los demás puede proteger a las personas del estrés y de los efectos negativos que este suele causar en la salud mental.

Según publicó la revista especializada Journal of Health Psychology, un equipo de investigadores de la universidad Luther College analizó los efectos que tiene el estrés en la salud mental de una persona a lo largo de su vida y compararon a los individuos que eran más indulgentes con los que no lo eran tanto.

Para realizar esto, el grupo de profesionales reclutó a 148 adultos jóvenes, a quienes se les pidió llenar un cuestionario que midió sus niveles de estrés a lo largo de la vida, su tendencia a perdonar y su salud física y mental.

Con estos datos, el estudio concluyó que la gente con mayor exposición al estrés en distintas etapas de su vida tuvo peor salud mental y física, un resultado que no sorprendió al equipo. Lo que sí les llamó la atención fue el hecho de que si las personas eran más indulgentes, tanto con ellas mismas como con el resto, esa característica por sí sola prácticamente eliminaba la conexión entre estrés y enfermedad mental.

"Se borró casi totalmente, (el vínculo) llegó estadísticamente a cero", sostuvo Loren Toussaint, uno de los autores del estudio, citado por la revista Time en su edición digital. "Si no tienen la tendencia a perdonar, sientes los efectos del estrés sin mitigaciones ni paliativos. No tienes un amortiguador para el estrés", agregó el investigador, quien es profesor asociado de Luther College en Iowa.

Los científicos admitieron, sin embargo, que es difícil determinar de qué manera una personalidad tendiente a perdonar protege a una persona de los males del estrés severo.

Los académicos creen que los individuos que son más indulgentes quizás adoptan mejores estrategias para lidiar con el estrés, o que su reacción a factores estresantes se debilita, según recogió el citado medio estadounidense.

Los autores del experimento también advirtieron que la muestra de de este fue pequeña, por lo que se requerirá de un mayor cuerpo de investigación para entender completamente los eventuales beneficios de perdonarse y perdonar.

Pero Toussaint cree "en un 100%" que el perdón se puede aprender. Afirmó que muchos terapeutas trabajan para cultivar el perdón a través de sesiones. Asimismo, un estudio realizado anteriormente por el mismo académico mostró que decir una breve reflexión sobre el perdón puede ayudar a las personas a relajarse.

"El perdón toma esa mala conexión entre el estrés y la salud mental y la deja en cero", puntualizó el investigador. "Creo que la mayoría de las personas quiere sentirse bien y esto ofrece la oportunidad de lograr aquello", finalizó.

Perdón con condiciones

En 2011, una investigación publicada en la revista Journal of Behavioral Medicine encontró que las personas que practican el "perdón condicional" (es decir, solo perdonar si los otros también lo hacen o prometen no fallar de nuevo) son más propensas a vivir menos. En esa oportunidad los autores del estudio explicaron que las disculpas pueden ayudar a acelerar el proceso del perdón, pero si un "lo siento" es una condición necesaria para el perdón, "entonces en el futuro habrá menos instancias en que esa persona pedirá perdón".

Seis pasos para pedir perdón

Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.) y publicado en abril mostraron seis pasos específicos para pedir perdón de manera efectiva. La expresión de pesar, la explicación de lo que salió mal, el reconocimiento de la responsabilidad, la expresión de remordimiento, la oferta de reparaciones y por último la petición de perdón son los pasos que una persona debería tomar. Lo más importante, según los investigadores, es asumir la culpa y reparar el daño causado.